Aquí 3 claves para lograr dirigir tu mente en la ruta que realmente deseas.
Hace tiempo escuché la siguiente historia “en cierta ocasión un grupo de leones fueron atrapados en una jaula. La jaula era grande y espaciosa y los leones podían desarrollarse y vivir allí con cierta comodidad. Cada cierto tiempo, nuevos leones eran atrapados y llevados a la jaula para vivir allí. En uno de esas veces, apareció un nuevo león que recién entrando a cautiverio debía escoger a que grupo pertenecer. Al llegar uno de los leones veteranos lo recibió con gentileza y procedió a mostrarle los diferentes grupos que existían para que pudiera determinar a qué grupo pertenecer. Habían leones que desarrollaban sus habilidades físicas: corrian más rápido, atrapaban presas con velocidad única y eran hermosos y bien formados. Otros leones habían dedicado su tiempo a estudiar los modos en que los leones se comportaban en cautiverio, creando todo tipo de sistemas teoricos sobre los cuales hablaban y discutían constantemente. Otros, dedicaban su tiempo a registrar como había sido cuando los leones vivían libres y felices fuera de la jaula.
El nuevo León pudo observar con maravilla muchos tipos de actividades, todas interesantes y fantásticas, cuando notó la presencia de un león aislado en una esquina de la jaula y preguntó al León guía que le mostraba la jaula. “Y ese León que esta ahí, a que grupo pertenece?” el viejo león levantó los hombros e hizo un ademán de desprecio. “Nadie sabe. Ese león se pasa todo el día, todo el tiempo sentado allí mirando sin hacer nada. Esta un poco loco.” El león nuevo siguió caminando junto a su guía, pero quedó intrigado, por lo que antes de decidir a que grupo pertenecería, se acercó al león solitario. “Disculpe que lo moleste, pero de todas la actividades cual es la que realiza usted”. El león solitario lo miró con calma y respondió “De todas las actividades yo realizó la más importante y la única que tiene sentido.” “Y cual es esa, señor?”, preguntó el león nuevo. “Yo me dedico a estudiar la jaula”.
El 11 sentido de la percepción
“Aquello que te separa de Dios es mente. La muralla que separa de Dios es Mente. Tira la muralla abajo a través de Om-Chintana o devoción y te encontrarás cara a cara con Dios.” – Mind, Its Mysteries & Control, Swami Sivananada.
Según la filosofía yoguica, la mente tiene varios aspectos. Vimos que desde el Kundalini Yoga, hay tres cuerpos mentales: la mente positiva (deseos), la negativa (miedos) y la mente neutral (ecuanimidad) y cada una define una tendencia perceptiva. Por otra parte desde el yoga tradicional encontramos una calificación que profundiza el estudio sobre la mente. Desde esta perspectiva, la mente se conoce como el órgano de la percepción. Es aquello que nos permite dar forma a lo observado y para ello se alimenta tanto de nuestras experiencias anteriores (memorias: chitta) como de nuestra proyecciones (deseos). Esto es importante porque la mayoría de las personas se identifican con lo que califican como “su mente”, sienten que “son” la sumatoria de sus pensamientos y experiencias.
Cuando comenzamos a entender el funcionamiento de la mente se empieza a hacer cada vez más claro que la mente es un instrumento extraordinariamente poderoso para crear realidades internas e incluso externas. El impacto que tienen nuestros pensamientos y las emociones asociados a ellos han sido ampliamente estudiados por la ciencia en las últimas décadas, llegando a probar lo que por tanto tiempo pareció imposible: que nuestros pensamientos y realidades internas incidían poderosamente en la realidad que nos rodea. Con eso quedo totalmente descartado eso de que existía una realidad objetiva y una realidad subjetiva separadas.
De esto nacen muchas de las técnicas de cocreación tan populares en los últimos años, como fue el ejemplo de El Secreto.
La promesa de estas técnicas era espectacular: ser capaz de cocrear tu realidad a voluntad. Pero mucha gente sufrió una fuerte desilusión al ver que las promesas de la concreación quedaban solo en eso: promesas. Lo cierto es que las claves quedaron ocultas. La fuerza y motor primordial de la cocreación y del manejo de nuestras potencialidades esta en el control de nuestra mente.
Aquí quiero entregarte las 3 claves para comenzar a dominar esta herramienta tan fantástica que se llama mente para lograr realmente conducir tu vida hacia un estado de plenitud.
Claves para dominar la mente cocreando tu realidad
Para que el proceso de controlar la mente valga la pena y no parezca un esfuerzo de sofismo filosófico, vamos a ponerlo en práctica en función de lograr objetivos. Para esto hay dos preceptos que manejar:
a) la mente miente: Muchos llaman a la mente la gran mentirosa, en parte porque construye una ilusión en base a la muy limita información que maneja. Por lo tanto es necesario conocer sus artimañas. Fijarse un objetivo es una excelente manera de verla en acción para ver todas los trucos que sacará para o impedirte realizar lo que quieres, o mantenerte distraído/a y ocupado/a con una infinita cantidad de tareas siempre nuevas. Todo para hacer lo que a ella le gusta. Moverse sin control.
b) Fijar un objetivo es solo una excusa: Hay personas que dicen, ser feliz es avanzar. La pregunta es hacia donde? hacia donde haya crecimiento. No puedo estar de acuerdo con esto. Si fuera así la vida no sería más que una carrera sin fin hacia un loco más y mejor. Cuando más abajo veas que digo, “readecúa y crece”, quiere decir, flexibilizate y despierta. Cada vez más despierta/o es cada vez más libre. Cada vez más libre significa que puedas hacer y crear lo que quieras y eso requiere manejar las tendencias de tu mente.
Sin más preambulo, vamos a las claves para cocrear.
Claridad
Si la vida fuera un viaje (que lo es), la claridad es el mapa, la brújula, el guía y el plan. Todo en uno. Sin claridad no puedes llegar a ninguna parte. Y esto no solo desde la perspectiva de crear claramente tus objetivos sino también y de la misma manera ser capaz de ver y darte cuenta donde estas ahora.
Que quiere decir saber donde estas ahora. Eso quiere decir saber identificar tus limitantes, tus obstáculos, tus debilidades. Es cierto que es esencial tener el objetivo claro, sentirlo real, visualizarlo como algo ya alcanzado con todos sus detalles, pero es igualmente importante darnos cuenta con prístina claridad de cuales son los problemas que tenemos para ir hasta donde tenemos que llegar. Por lo tanto cuando quieras desarrollar tu claridad debes hacer dos cosas como mínimo:
a) Definir tu resultado con total claridad y todo lo que ello implica, y
b) Definir cuales son los impedimentos o qué trucos utilizará tu mente para impedirte llegar hasta ahí (ejemplos: que te de pereza justo antes de terminar lo que sabes tienes que terminar. Miedo a fallar. Miedo a ganar. Miedo a exponerte. Miedo a que otros te rechacen. Autoboicot y cómo.etc.)
Definir nuestras debilidades es duro. Es quizás la razón por la cual mucha gente falla en este primer paso. Mirarse en aquellas cosas que no nos gustan no es fácil, pero en realidad es quizás lo más esencial para no seguir quedándonos pegados en el lugar que no nos place y nos impide crecer.
2. Focalización y constancia
Una vez que tenemos la claridad suficiente para sentir que nuestro plan de acción tiene posibilidades pasamos a la segunda etapa del proceso. No hay nada más facil en el mundo que distraernos y desisitir. Funcionar eternamente con el discurso de algún dia retomo o mañana si que si. Como alguien dice por ahi en una frase que me da mucha risa “el camino de algún dia lleva al país de ninguna parte”.
Por lo tanto el foco debe permanecer constante y para ello debes hacer un hábito de observar y conectarte con tu claridad. Que no se borronee, se difumine, se pierda. Para mantener tu foco y tu constancia debes hacer dos cosas:
a) Saber tu porqué: Identifica y registra la razón de fondo por la cuál tienes ese objetivo. Los últimos estudios han demostrado con holgura mucho más que el cómo, o el qué, se hace, lo más importante en un proyecto personal o de trabajo, es el porqué. Este es el motor y guía no solo para empezar una tarea sino para sostenernos en ella. Un ejemplo de esto es una de las charlas TED más vistas, a cargo de Simon Sinek, en las que se explora claramente como el éxito duradero de ua empresa se mide por la calidad de su porqué.
b) Revisarlo periodicamente: De nada sirve establecer un por qué si no lo revisas nunca o no sabes donde está. Aparecerán momentos en que necesitarás inspiración para seguir. Recordarte la razón por la cual estas haciendo este esfuerzo.
3. Readecúa y Crece (o flexibiliza y despierta)
Este trabajo hacia conseguir lo que buscas requiere de que puedas sentir el efecto positivo de tus opciones. De nada sirve que tomes un plan que al poco andar no te lleva a ninguna parte. Si en la practica el resultado no es lo que esperas es momento de ser flexible. También sucede que quizás tus motivaciones cambien. Muchas veces nosotros creemos que algo nos apasiona y después cuando empezamos a realizarlo nos damos cuenta de que no. De que en realidad no era lo que pensábamos. No hay rollo. Readecúa y continua.
Si estas avanzando todo bien. Lo más importante es sentir que estas creciendo, que algo es diferente, que tu horizonte es más amplio, que has aprendido algo nuevo o diferente o quizás que la experiencia te ha hecho otra persona. Readecúa para sentir que has logrado vencer algún obstáculo.
Recuerda más no es mejor, y el saber que avanzas es en realidad que puedes darte cuenta de que has logrado manejar tu mente y tus tendencias hacia donde realmente quieres ir.
Para un resumen de estos pasos pincha aquí y descarga la infografía de los pasos para concrear manejando tu mente.
Y tu? prefieres la feliz ignorancia o el feliz despertar? Deja tus comentarios abajo y únete a la discusión.
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