Evidentemente, es posible experimentar un deterioro cognitivo como consecuencia de un problema de la edad. Sin embargo, en otras etapas de la vida, la memoria también puede atravesar un momento de dificultad a partir de la autoestima. Autoestima y memoria, dos conceptos que aunque no lo parezcan están muy relacionados. ¿Por qué motivo? En este post te lo contamos.
Cómo te sientes con autoestima baja
Cuando estás viviendo una etapa de bajo amor propio sufres en exceso porque te posicionas en un rol de desconfianza hacia los demás. En tu mente surgen un montón de ideas y pensamientos que al más puro estilo de un círculo rayado producen una energía contaminante que duele y mucho. Cuando tienes baja autoestima, estos pensamientos te atrapan con tal fuerza que, todo lo demás, parece que queda en un segundo plano.
No es de extrañar entonces que en esta situación podamos sufrir olvidos frecuentes. En realidad, nuestra mente no está centrada en el lugar correcto en esas circunstancias. Está en el pasado o está en el futuro. Y recuerda que para ejercitar tu memoria tienes que entrenarla en presente.
La baja autoestima minimiza nuestra propia capacidad de resiliencia. Y la memoria es una capacidad de resiliencia que nos dota de recursos para superar dificultades. Por esta razón, cuando nuestra autoestima es baja, también sufrimos más.
Cuando nuestra autoestima es baja también corremos el riesgo de descuidar nuestras necesidades físicas y psicológicas. Y recuerda que el desarrollo de la memoria también se nutre del óptimo cuidado de las necesidades corporales ya que, por ejemplo, una alimentación saludable y un buen descanso también influyen en la memoria. Por esta razón, los hábitos que adoptas también forman parte de tu estilo de vida.
Cuando tenemos una autoestima baja estamos tan condicionados por el peso del “no puedo” que no desarrollamos nuestras alas en todo su potencial. Es decir, vivimos más en el plano teórico que en la práctica del vivir. Imaginamos cosas que nos gustaría llevar a cabo pero en la práctica no damos el paso por miedo al fracaso o a qué dirán los demás. Por tanto, de lo dicho podemos deducir que existe una relación directa entre el amor propio, como forma de cuidado personal, y la memoria como reflejo de ese buen estado de forma mental. ¿Cómo desarrollar entonces la autoestima?
Consejos para elevar la autoestima
1. Vive el presente. Para ello, intenta despertar tus sentidos. Por ejemplo, regálate un baño de bosque. Pasea por un entorno natural poniendo plena atención a los estímulos que recibes: el aire que acaricia tus mejillas, los aromas del campo, el aroma de la vegetación…
2. Observa la realidad de tu vida. ¿Cuántas veces te has preocupado por miedos que nunca han llegado a materializarse en la realidad? Corrige esta inercia a partir de ahora.
3. Practica un deporte que te guste. De este modo, activas tu cuerpo y tu mente. El ejercicio físico es una fuente inagotable de autoestima.