La piel de los pies necesita los mismos cuidados que la del resto del cuerpo, a veces incluso más ya que se pasa muchas horas al día cubierta por medias, calcetines y por un calzado grueso. A veces, los materiales en contacto con la piel no son los mejores, es el caso de ciertos calcetines que causan roces o no permiten transpirar bien o de medias que destiñen los pies.
Siempre que sea posible se debe de llevar un calcetín de algodón y cuando non se pueda, caso de las mujeres que ponen medias, se recomienda usar debajo un calcetín protector de algodón. Estos calcetines son los invisibles que se utilizan en verano para que no se van con el calzado y por tanto son muy discretos.
Cuidados para la piel de los pies
Las soluciones para pieles deshidratadas a menudo no tienen en consideración las características propias de los pies, por lo que lo más recomendable es utilizar cremas específicas. Estas cremas no solo deben de tener un alto grado de hidratación, también deben de absorberse muy rápido ya que de otro modo impedirían calzarse con normalidad.
Se recomienda que cuando los pies están muy deshidratados se use una mascarilla exfoliante. Actualmente las hay muy efectivas en el mercado, ya que se aplican en forma de calcetín. El calcetín con el líquido tratante se coloca en los pies y se deja actuar el tiempo indicado por el fabricante.
Tras esto, a los pocos días la piel muerta se va cayendo y deja paso a la piel regenerada mucho más sana y bonita. Si cada día se aplica una crema hidratante por la mañana y por la noche, el efecto será mucho mayor.
Acude a los profesionales
Además de los cuidados que se realizan cada día en casa, es bueno acudir a los profesionales para que de vez en cuando realicen una hidratación más profunda de la piel de los pies. De paso, se puede realizar un tratamiento de pedicura para que el aspecto de los pies, en general, mejore.
Los pies hay que cuidarlos todo el año, no solo en verano cuando se sale a la calle con ellos al descubierto. Así, se evitarán problemas de duricias y de callosidades que pueden resultar muy dolorosos.