Si estás leyendo esto es porque el título de la entrada te ha llamado la atención y esa era mi intención. ¿Por qué? Porque creo que de lo que voy a hablar a continuación es algo de te puede interesar para hacer autocrítica, si eres fisioterapeuta o cualquier otro profesional de la salud. Si eres paciente, que estoy seguro que alguna vez lo has sido, probablememte te verás identificado.
¿Has escuchado alguna vez el típico “el médico gruñón ni siquiera me escuchó, cinco minutos y fuera”, “vaya sin gracia que está hecho mi fisioterapeuta, no hace más que regañarme por todo”, “estoy harto de que me digan que eso es la edad”, entre otras cosas?
Voy a analizar las situaciones mencionadas con anterioridad una por una y al terminar te explicaré, basándome en evidencia científica, el porqué tenemos toda la razón cuando nos quejamos de haber vivido estos momentos tan poco agradables y frustrantes.
“El médico gruñón ni siquiera me escuchó, cinco minutos y fuera”
Siempre me gusta explicarte todo con ejemplos y esta vez es una experiencia personal, por desgracia he frecuentado muchas consultas médicas durante años. Siendo positivo, esto ha sido bueno porque ahora puedo compartir mi experiencia contigo. Bueno, me dejo de rollos y al lío:
Cita con mi médico de cabecera, día 5 de septiembre, hora 17:28. Para empezar, lo de las 17:28 me hace esbozar una sonrisa, seguro que tiene su explicación, pero a mi me suena a chiste. Este médico de cabecera era nuevo para mi, así que entré a la consulta cruzando los dedos esperando tener la suerte de que me tocara un médico “apañao” (creo que todos vamos con estos pensamientos a nuestra primera consulta médica). Lo de cruzar los dedos no sirvió. Resumen de la consulta en pocas líneas:
– ¡Buenas tardes!
– ¡Uh! (ese es el ruido que emitió el médico, sin tan siquiera mirarme, yo lo interpreto como un “hola”)
– Vengo porque contraje mononucleosis infecciosa (enfermedad del beso, aunque en mi caso no hubo beso, supongo que sería un vaso) y…
– …quieres la baja (mira la foto de la derecha para ver la cara del médico cuando dijo esto, pero sin el habano)
– De hecho vengo a que me dé el alta, he estado de baja 2 semanas (sin pedirla y yo estando en casa me aburro) porque aparentemente es así por salud pública, para evitar contagios.
– ¡Uh! (esta vez supongo que significaba “vale”)
En este momento me dio el alta y me se levantó como diciendo “estamos listos”. Hora 17:31, pensamiento… “grrrr”.
A ver si nos vamos enterando, profesionales de la salud en general y fisios en particular (por aquello de que este blog se llama La Fisioterapia.net), nosotros estudiamos una profesión de la salud para ayudar a las personas a sentirse mejor. ¿Creéis que cinco o quince minutos de consulta y con cara de enanito gruñón son lo ideal para que el paciente se sienta mejor? Más de uno necesita estudiar un poco de psicología o inteligencia emocional y que le pase esto, como paciente, un par de veces para entender de lo que estoy hablando. Entiendo que en la seguridad social todo tiene que ser rápido por aquello de que el número de pacientes es enorme y los profesionales sanitarios normalmente escasos, pero sonreír es gratis y lleva un segundo.
“Vaya sin gracia que está hecho mi fisioterapeuta, no hace más que regañarme por todo”
Este ejemplo es verídico, pero no es personal sino uno de esos “me han contado que…”:
– Hola, María. ¿Cómo estás del cuello?
– Pues estoy yendo al fisio semanalmente.
– ¿Y vas mejor?
– Pues no mucho. De hecho, no sé si estoy haciendo bien los ejercicios que me dio el fisio y me da miedo preguntarle porque cada vez que lo hago, me ladra “ya va siendo hora de que te los aprendas”. Así que estoy pensando en dejar el tratamiento y empezar a tomar las pastillas que me dijo el médico, aunque me suelen causar molestias en el estómago.
Fisios, paciencia es la madre de la ciencia y también una cualidad esencial para todo profesional de la salud. Seamos un poco agradables y pensemos que los pacientes no se olvidan de los ejercicios por afición, ellos son los primeros interesados en que el tratamiento funcione. Ser agradable y paciente es la base de todo buen tratamiento.
“Estoy harto de que me digan que eso es la edad”
He escuchado esto un millón de veces y yo trato por todos los medias no decirlo.
Médicos, fisios, enfermeros/as y demás, las personas mayores ya saben que son mayores, no es necesario que se lo recordemos. Sí, a veces te puede parecer que las personas mayores son un poco pesadas. Piensa qué harías tú en su lugar, con dolores crónicos y con dificultades varias. Recuerda que la palabra “dolor” no es un diagnóstico y “eso es la edad” tampoco. Nuestra misión en este caso es tratar de mejorar su calidad de vida, por estrecho margen de mejora que haya, yo siempre pienso que todo es susceptible de ser mejorado. Ellos sólo buscan remedios a sus males, no que les digamos lo que ya saben. Una buena sonrisa y amabilidad suelen ayudar.
Probablemente estás pensando “pero si soy buen fisio, voy a ayudar a la persona de igual manera porque tengo el conocimiento para hacerlo”. Yo siempre digo que un buen trato es el mejor de los tratamientos, si además tienes un gran conocimiento en lo que a tu profesión se refiere, entonces rozarás la perfección (igual estoy exagerando un poco) y has de estar orgulloso de ti mismo.
Aquí te dejo la prueba científica de que un buen trato es esencial. Es un estudio realizado por John M Kelley y col. acerca del efecto placebo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, yo digo que una sonrisa y buen trato valen más que mil tratamientos
~Yo mismo
Ahora imagina que las siguientes caras son las caras de dos fisios, ¿cuál elegirías para tu tratamiento?
Como siempre, estaré encantado de recibir comentarios con tus experiencias y/o opiniones.
Además, siempre tienes la opción de leer este artículo en inglés si pinchas en este enlace Manners over treatment de mi blg inglés The Physical Therapy Blog.
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