La mayoría de culturistas nunca están conformes con el volumen de sus bíceps, siendo esta una de las zonas de mayor visibilidad y que concentran más la atención en el cuerpo de un atleta. Durante mucho tiempo la mayoría de rutinas sugerían entrenar los bíceps y la espalda de forma simultánea, pero recientemente se ha descubierto que los ejercicios que se realizan en estas rutinas no favorecen del todo el crecimiento de los bíceps.
Lo que se debe hacer y lo que no
Trabajar en una rutina que enfoque la fuerza en el área que se desea aumentar es la mejor opción; si se realizan rutinas de ejercicios combinados en la mayoría de los casos se hace más difícil obtener buenos resultados, y el tiempo para verlos se prolonga. El riesgo de lesión también aumenta por la falta de calentamiento para cada zona específica.
Lo típico es realizar primero los ejercicios de espalda para proseguir con los enfocados en los bíceps; cosa que provoca un agotamiento precoz en los mismos, dificultando alcanzar el 100% de productividad. Lo más recomendado es trabajar los bíceps un sólo día, y muchos mejor si se programan luego del pecho y la espalda.
Si los brazos son la zona con más atraso en el entrenamiento, sin duda dedicarle sólo un día dentro de la rutina va a ser más que de provecho. Es necesario armar una rutina que trabaje zonas específicas con una intensidad más adecuada y proporcione también los descansos adecuados para la recuperación de los músculos; así por ejemplo:los días lunes el área de la espalda, los martes los hombros, los jueves los brazos, los viernes las piernas y los sábados el pecho; dejando los miércoles y los domingos para descansar.
Par obtener los resultados que se esperan en el menor tiempo posible, se recomienda realizar de 9 a 12 series de tres ejercicios; provocando un crecimiento de bíceps y evitando lesiones por sobre entrenamiento.