Estas singulares feromonas femeninas están intrínsecamente ligadas a los niveles de estrógeno que suben y bajan durante el ciclo menstrual de la mujer. Durante la ovulación (horario estelar de una mujer para concebir) las feromonas de copulin emiten su más intenso y menos desagradable olor.
En un experimento que incluyó a 60 varones no fumadores, se presentaron para una prueba de olor químico composiciones de ácidos grasos que representaban secreciones de flujo vaginal pre-menstrual y ovulatorio. Al inhalar las composiciones se les pidió a los hombres que evaluaran el atractivo de las mujeres a partir de imágenes visuales.
Se encontró que las imágenes que se mostraron junto con feromonas humanas copulins desde una fuente ovulatoria resultaron mucho más atractivas que cualquiera de las otras combinaciones. Además, se observó que las muestras ovulatorias tenían un mayor efecto en el aumento de los niveles de testosterona masculinos.
Todo esto confirma que las feromonas femeninas en forma de copulin funcionan para evocar una respuesta sexual de los hombres y que las mujeres con niveles naturalmente altos de emisión de copulin tienen una ventaja para atraer la atención masculina.
Por cierto, la hormona copulin huele un poco como a la mantequilla que se ha descompuesto en climas cálidos. Para nuestros antepasados antiguos, que nunca se bañaban, el olor del copulin era probablemente más atractivo de lo que puede ser en la actualidad.