He necesitado un bastón en forma de ayuda psicológica, un ángel que me ha ayudado mucho mas de lo que podré agradecer jamás. Yo, la superwoman incapaz de permitirse flojear, caí en un pozo muy oscuro del que no podía salir sola. Y llegó con su sonrisa, su buen hacer, su tacto…me ha calado tanto que se me aparece en determinadas decisiones para recordarme que debo ser un sky dancer, un junco que se mece con el viento, que se deja llevar, que no conoce la rigidez.
Hoy ha sido el último día de terapia, ha sido breve pero intenso, suficiente, eficiente…nunca hubiese imaginado tanto cambio en tan poco tiempo. Pero se que algo estoy cambiando, para mi toda una novedad novedosa.
Imagino que he generado la suficiente intriga, ya os cuento…
El término psicooncólogo forma ya parte de mis especialidades médicas favoritas, y esta vez lo digo sin ironía. He tenido la suerte de tratar con Fátima Castaño, psicooncóloga de GEPAC. Si en algún momento sentís que no podéis solos con esto, ni lo dudéis. Pedir ayuda es el primer paso para ganar la partida. Y si vivís en Madrid, ella es la mejor en su campo.
Todo lo demás sigue su curso, el cole ha comenzado con normalidad, mis puntos han evolucionado con normalidad, la familia ha recaído con normalidad, los nervios ante la consulta del viernes están desatados con normalidad… Os iré desgranando poco a poco todas las novedades que me acechan, os lo aseguro, ya con la rutina sujeta y muchas ganas de afrontar un otoño diferente.
Yo, yo misma y mis bailes al viento, os prometo asomarme por aquí mucho más a menudo.
Y, como siempre, os leo!!