En la actualidad, la prevalencia de casos del síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) residual en la infancia ronda el 20% de todos los casos de esta patología. “La tasa de curación del SAHS infantil es del 80% aproximadamente, por tanto estamos ante cerca de un 20% de los pacientes que continúan con ronquidos, pausas de apnea nocturnas, alteraciones de comportamiento diurno o retraso de crecimiento, que pueden acarrear importantes repercusiones sobre la salud de los pequeños, como problemas de desarrollo y crecimiento, alteraciones neurocognitivas e incluso cardiovasculares”, explica el Dr. Joaquín Terán, miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES).
Sin embargo, el SAHS residual puede pasar inadvertido porque, aunque los pacientes mejoren, muchos de ellos presentan alteraciones de la respiración durante el sueño que no son detectados si no se realiza un estudio del sueño. “Por eso, es prioritario considerar ciertos grupos de riesgo a los que siempre será necesario, después del tratamiento quirúrgico convencional, realizar un estudio de sueño y comprobar la presencia o no de SAHS residual”, indica el Dr. Terán. Estos grupos de riesgo son los menores de 3 años, niños con obesidad, con comorbilidad añadida como síndromes malformativos o con un diagnóstico inicial de SAHS grave.
“En la actualidad el diagnóstico de referencia del SAHS es la polisomnografía convencional, que incluye variables neurológicas y respiratorias sobre la calidad y cantidad del sueño. Pero el diagnóstico simplificado es una alternativa que suprime el estudio de los datos neurológicos y utiliza solo los datos respiratorios, con lo que es una prueba más sencilla pero igualmente efectiva, ya avalada por numerosos grupos internacionales, y que permitiría su acceso a un gran número de pacientes”, indica el Dr. Joaquín Durán, miembro de la SES.
¿Conocías esta patología infantil?
Imágenes (por orden de aparición): tamakisono/Flickr y sethbaur/Flickr.