Para darnos cuenta de la importancia de conocer este síndrome, hay que tener en cuenta que afecta a dos de cada 10.000 personas. Esta cifra puede parecer pequeña pero sin embargo no es raro conocer a alguna de ellas. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres; de hecho, los varones lo padecen de tres a cuatro veces más.
¿Qué es el Síndrome de Asperger?
Ante todo hay que tener en cuenta (como ocurre con el autismo o el Síndrome de Down, por ejemplo) que el Síndrome de Asperger no es una enfermedad -de hecho a los familiares de los afectados les molesta sobremanera que se refieran a ellos como “enfermos”- sino un trastorno neuro-biológico, como ya dijimos, del espectro autista. En él aparece dañado el procesamiento de la información y, en ocasiones, y en distintos grados según el caso, tanto la comunicación como el lenguaje.
El aspecto de las personas que tienen Síndrome de Asperger suele ser normal; la inteligencia, también. Si bien puede despuntar en áreas concretas en detrimento de otras. Las habilidades, por tanto, en algunos aspectos, son superiores a la media.
Características del Síndrome de Asperger
El Síndrome de Asperger se caracteriza, por tanto, en la mayoría de los casos por:
Algún tipo de dificultad en la comunicación y el lenguaje al verse afectado el procesamiento de la información.
Dificultad en la comprensión de dobles sentidos.
Habla muy formal y monótona.
Mirada rígida.
Ausencia de expresión facial o inadecuada.
Rituales repetitivos.
Motricidad gruesa no bien coordinada.
Los síntomas aparecen alrededor de los dos o tres años. Precisamente una de las diferencias con respecto al autismo es que los niños con Síndrome de Asperger mantienen las habilidades tempranas del lenguaje adquiridas en su primera infancia, incluso después de que se les manifieste el síndrome.
Tal vez, la visualización del vídeo que te facilitamos a continuación, sirva para aclarar un poco más las características que lo definen.
Con respecto al nombre
El nombre se lo debemos a un pediatra oriundo de Austria llamado Hans Asperger. En 1944 observó el caso de 4 niños que presentaban síntomas como los descritos en el apartado anterior, esto es:
Dificultades en su integración social.
Escasez de habilidades de comunicación y no verbales.
Dificultades en experimentar empatía.
Torpeza en los movimientos.
Interés exagerado en un tema concreto, etc.
Este pediatra publicó sus observaciones denominando a este trastorno como “Psicopatía Autista”. No obstante, sus estudios pasaron desapercibidos hasta que Lorna Wing, médico inglesa, se interesó por estos estudios y publicó los suyos propios denominándolos ya como casos de “Síndromes de Asperger”.
Causas y tratamiento
Las causas parecen apuntar a la genética. Se han encontrado anormalidades en algunas zonas del cerebro atribuidas a ciertas migraciones de células embrionarias durante el desarrollo del feto.
El éxito del tratamiento va a depender en cierto grado, del diagnóstico precoz. Cuanto antes se sepa que el niño padece este síndrome, más apropiada y mejor será la educación que se le imparta. Por ahora, no se cura, pero se puede ayudar a los afectados a lograr, dentro de las posibilidades, un mayor grado de autonomía y vida normalizada.
Es de suma importancia, en este sentido, contactar con una asociación. Si has observado alguno de los síntomas descritos en tu hijo, no dudes en ponerte en contacto con alguna de ellas. Las encontrarás en el siguiente apartado.
Las personas con Síndrome de Asperger suelen tener problemas en la comunicación y habla estereotipada.
Enlaces de interés
Asociaciones de familiares y afectados de TEA y Síndrome de Asperger en España:
https://www.asperger.es/asociaciones.php
Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader.
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación.
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica