Nadamos en un mar de confusión con las palabras que acompañan al sexo. Esto no sucede con otros temas, pero lo sexual, aun en una sociedad “avanzada”, sigue teñida de prejuicios y reducida a los genitales y a la faceta reproductiva. Cada día nacen más palabras que llevan el sufijo –sexual, se maneja un argot en el que no se comprende lo que se dice y al final tenemos los líos.
Hoy vamos a intentar aclarar algunos conceptos.
Orientación del Deseo. Responde a la pregunta ¿Quién me gusta? ¿Quién me atrae? ¿A quién deseo? Así encontramos que existen hombres que desean hombres, hombres que desean mujeres, mujeres que desean mujeres, mujeres que desean hombres, hombres que desean hombres y mujeres, así como mujeres que desean mujeres y hombres e igualmente, hay hombres y mujeres que no desean a nadie.
Suele hablarse de heterosexualidad cuando te atrae alguien del sexo diferente a tu sexo sentido, de homosexualidad cuando te atrae alguien que coincide con tu sexo sentido, de bisexualidad cuando se desean personas coincidentes o no con el sexo sentido y en la calle, suele hablarse de “Asexualidad” cuando no se desea a nadie. (también, en alguna ocasión se emplea para indicar que no se tiene ganas de realizar prácticas eróticas) Decir, que la palabra asexualidad no encuadra bien el hecho de no desear a ninguna persona o práctica, ya que la sexualidad no es el equivalente del deseo. Sería interesante crear un concepto o una palabra más acertada que refleje esta realidad.
Identidad sexual. Responde a la pregunta ¿Quién soy? Se trata de una vivencia en la que cada persona se autopercibe y siente de uno u otro sexo. El sexo sentido poco tiene que ver con los genitales o con los cromosomas. Se trata de una cuestión biográfica. En los primeros años de vida, se tiene consciencia y se verbaliza, siendo algo inalterable a lo largo de nuestra trayectoria de vida. ¿Por qué eres hombre/mujer? ¿Desde cuándo? ¿Si tus genitales mañana desaparecieran dejarías de sentir la identidad sexual que vives? Son preguntas que planteamos para reflexionar sobre qué nos hace ser quienes somos.
Transexualidad. Cuando nacemos un médico certifica, en función de los genitales que se observan, si somos niños o niñas. La mayor parte de las veces, esta asignación coincide con el sexo sentido. Es lo que se conoce como Persona Cisexual. Pero existen ocasiones en las que esa coincidencia no se producirá. Estamos entonces en el caso de una persona Transexual. Su sexo sentido no será coincidente con el sexo asignado al nacer. Así pues, existen niños con pene pero también niños con vulva y niñas con vulva, así como niñas con pene.
Transgénero. En múltiples ocasiones lo equiparan erróneamente a la transexualidad, en otras muchas ponen el foco de atención, para diferenciarla de la misma, en una intervención en los genitales, pero la identidad sexual se siente, parte del cerebro, es una realidad subjetiva, así que los genitales, como hemos mencionado anteriormente, poco tienen que ver en este asunto.
Una persona transgénero no se identifica con lo que socialmente se atribuye a uno u otro sexo. Se rechaza el género asignado con la carga social que conlleva y, a su vez, se rechaza el marco cultural que impone el “Binarismo de género”. Se trata de una postura política y filosófica que desafía al statu quo por lo que su relación con la transexualidad es errónea. Así pues, puedes ser transgénero y cisexual o transgénero y transexual.
Sexo. Solemos pensar al hablar de sexo en lo que se tiene entre las piernas (Sexo que se tiene), o en lo que hacemos con lo que se tiene entre las piernas (Sexo que se hace), pero nos olvidamos de que el sexo hace referencia al hecho de que somos hombres y mujeres (sexo que somos) y de todas nuestras manifestaciones, interacciones y diversidades. Existirán tantas formas de ser hombres y mujeres como hombres y mujeres hay en el mundo y, dentro de uno u otro sexo, la intersexualidad estará presente en cada parte de nuestro cuerpo.
En ciencias sociales ha existido un problema, que es, la atribución del género a lo que en realidad es el sexo, relegando a éste la parcela de los genitales y las prácticas eróticas. Este hecho, se debe principalmente a una errónea traducción de la palabra anglosajona Gender. En inglés, su traducción es male/female. En español, para contestar “Hombre/mujer” se pregunta por Sexo. Transgender significa transexual y Transsexual también significa transexual. Por un lado, existen más palabras para denominar el sexo de las que existen en el español y por otro lado, se tiende a utilizar de forma incorrecta los anglicismos, con lo que hemos conseguido que, cuando hablemos de hombres y mujeres se emplee en numerosas ocasiones la palabra género en lugar de la que le correspondería: Sexo
Intersexualidad. Se trata de un concepto que refleja los polos y los matices o gamas del continuo de los sexos. Habitualmente se suele emplear esta palabra para referirse a una serie de fenómenos en los que se produce una ambigüedad a la hora de sexar al bebé. (Síndrome de insensibilidad a los andrógenos, hiperplasia suprarrenal congénita, hipospadias, síndrome de Turner) El foco se encuentra en los genitales principalmente y en la presentación cromosómica, pero es una reducción, ya que somos más que genitales y cromosomas.
Una cosa es sentirse hombre o mujer y otra muy distinta, la presencia de las diferentes parcelas y características que conforman nuestros caracteres sexuales primarios, secundarios y terciarios, como por ejemplo el vello corporal, los genitales, el modo de comunicación, los roles sexuales No existen sexos 100% masculinos y 100% femeninos. Convivimos con múltiples características masculinas y femeninas a todos los niveles de nuestra existencia biopsicosocial y, finalmente es nuestra biografía, la que junta todos esos elementos y nos va construyendo como seres sexuados únicos.
Ejemplo:
Mujer. Siente que es mujer desde siempre, lo verbaliza desde que aparece el habla. Presenta algunos caracteres sexuales visibles que son más frecuentes en el sexo masculino, como vello abundante, gran altura y otros no visibles como forma de comunicación, aficiones y habilidades visoespaciales. Otros aspectos suelen corresponder con características más frecuentemente femeninas, así que, dentro de esa mujer que siente que es, presenta una gran diversidad de características tanto masculinas como femeninas a nivel físico o biológico, psicológico y social.
Género. Se refiere a los roles socialmente construidos, aquellos comportamientos, características, actividades y atributos que la sociedad considera apropiados para cada sexo.
Y para finalizar, unas últimas aclaraciones en las que me tomo la libertad de compartir esta adaptación de la traducción realizada por http://jralonso.es de un texto en inglés de @Gracietwoshoes
Ruth Arriero. Sexóloga en Serise Sexología. Logroño. La Rioja
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