Actualmente, los riesgos de la obesidad es uno de los principales problemas de nuestra sociedad, sobretodo porque aumenta de forma alarmante entre la población infantil.
Los riesgos de la obesidad se tratan pero no se curan ya que es un exceso de grasa que provoca a su vez un aumento del peso corporal.
Uno de los métodos más fiables y sencillos para saber si una persona tiene riesgos de la obesidad es saber si su peso es adecuado y determinar el calculo del Índice de Masa Corporal (IMC o BMI), una herramienta que correlaciona el peso con la altura.
Para calcularlo, se debe dividir el peso en kilogramos entre la altura en metros, y el resultado volver a dividirlo entre la estatura en la misma unidad de medida. Así, por ejemplo una persona que pese 50 Kg y mida 1,60 m tendría un IMC de 19,53.
Así se sabe que, si el Índice de Masa Corporal es:
Menor de 18,5 el peso del paciente es insuficiente.
Entre 18,5 y 24,9 el paciente tiene un peso ideal.
Entre 25 y 29,9 el paciente sufriría sobrepeso.
Entre 30 y 34,9 el paciente padecería obesidad.
Entre 35 y 39,9 el paciente presentaría obesidad grave.
Superior a 40 el paciente será diagnosticado de obesidad mórbida.
Enfermedades relacionadas
Además de limitar al paciente empeorando considerablemente su calidad de vida, esta enfermedad está relacionada con otras muchas que pueden poner en riesgo su vida. Estas podrían dividirse en tres grandes grupos:
Enfermedades cardiovasculares: los pacientes con obesidad tienen un mayor número de posibilidades de desarrollar patologías cardiacas y vasculares periféricas. En este grupo pueden incluirse enfermedades cardíacas isquémicas, accidentes cerebrovasculares, aneurismas y enfermedad arterial periférica. Se debe principalmente a estos problemas de salud el que las personas obesas tengan una mayor tasa de mortalidad frente a las que se encuentran en su peso ideal.
Enfermedades metabólicas: otras de las patologías que están estrechamente asociadas a la obesidad son las que están dentro del grupo conocido como Síndrome Metabólico, entre ellas destacan la diabetes, las dislipidemias y la hipertensión. Al igual que en el caso anterior, estas patologías aumentan el riesgo de mortalidad por problemas cardiovasculares y cerebrovasculares.
Enfermedades respiratorias: el exceso de peso también puede provocar la aparición de patologías respiratorias como el asma, la apnea del sueño o el síndrome de obesidad-hipoventilación. Por supuesto, todas estas enfermedades dificultan considerablemente la respiración de estos pacientes y aumenta el riesgo de complicaciones respiratorias.
El tratamiento más efectivo para evitarlas
La mejor forma de luchar contra la obesidad y evitar la aparición de las enfermedades asociadas es un control adecuado del peso a través de unos hábitos saludables que incluyen una dieta equilibrada y ejercicio moderado. Precisamente, si no puede evitarse la aparición de la obesidad o el sobrepeso este deberá ser uno de los primeros pasos que el paciente debe intentar reeducarse para conseguir esos hábitos tan deseados. Estos conseguirán que la mayoría de las personas obesas pierdan peso y consigan mantenerlo dentro de unos parámetros normales.
Sin embargo, en los casos más graves esto no es suficiente y es necesario recurrir a tratamientos farmacológicos y quirúrgicos que permitan conseguir perdidas de peso más importantes y mantenidas en el tiempo. No obstante, incluso en estos casos, el paciente deberá realizar cambios en su estilo de vida para evitar una recaída.
Agradecimientos: Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas (SECO)
Imágenes (por orden de aparición): Tobyotter/Flickr, FBellon/Flickr y colros/Flickr