El significado de mandala en sanscrito es el de “círculo mágico”. Esta figura está conformada por una serie de representaciones simbólicas aglomeradas dentro de un círculo. La utilización de los mandalas se remonta a culturas como el hinduismo y el budismo. Aunque si nos fijamos bien, estas representaciones consideradas también como espirituales se encuentran en todas las religiones y culturas. Es por esto que Carl Gustav Jung era un gran amante de los mandalas, ya que consideraba que este tipo de simbolismo que se repite en distintas culturas pertenecía claramente a lo que él llamó como inconsciente colectivo.
Fuente: Renateanna
Según Jung, estas representaciones simbólicas tenían el poder de transferirnos ideas, pensamientos y la sabiduría de nuestros antepasados. Es así como el mandala cobra un importante significado para Jung y para los estudiosos de la simbología y la espiritualidad.
En la actualidad, los mandalas son también conocidos en occidente, ya que son utilizados como un buen recurso que apoya a la meditación. Su aplicación práctica es sencilla y cualquier persona puede realirarlos, ya que solo se trata de colorear y dibujar. Sus beneficios sobre la mente humana han sido comprobados y se utilizan tanto con niños como con ancianos.
Incluso podemos encontrar los mandalas en cualquier tienda de libros, ya que hay cuadernos con mandalas hechos listos para ser coloreados. Como veremos a continuación, sus beneficios no dejan de asombrarnos y sus aplicaciones prácticas pueden desarrollarse en multitud de ámbitos.
El mandala en la meditación
Esta es una práctica que no procede ni mucho menos de ahora, se lleva aplicando desde hace miles de años tanto en el hinduismo como en el budismo. Este tipo de meditación tiene la ventaja de ser muy sencilla, por eso se utiliza también para personas que se están iniciando o no han practicado nunca la meditación.
Esta técnica ayuda a despejar la mente y a encontrar la claridad para lo que realmente es importante. Su objetivo es el de mantenerte calmado y concentrado en una actividad creativa que despierta tu esencia espiritual. Al alejarte de los problemas, los conflictos y las preocupaciones de tu día a día, dedicas un tiempo a tu mente para relajarse y poner en orden todo tu caos mental.
La meditación con mandalas es de gran utilidad si te encuentras en un momento con mucho estrés, inquietud, angustia y negatividad. No hay nada que tengas que repetir y nada que tengas que recordar, ni tan siquiera debes tener alguna postura específica. Su tarea es muy sencilla, y es dejar que fluya tu proceso creativo interno.
Concentrarse en la creación del mandala
El proceso de creación de estas figuras concéntricas tiene un poder especial para la mente. Tan solo con centrar la atención en el proceso de pintar y dibujar un mandala, estamos ejercitando capacidades tan importantes en nuestro día a día como la concentración, la focalización de la atención y el control de impulsos.
Hacer el ejercicio de dibujar o colorear un mandala supone una forma de entrar en trance. Por ello es considerado como una técnica de relajación que apoya a la meditación. El cómo dibujamos un mandala y cómo lo coloreamos también dice mucho de nosotros. De hecho existen profesionales especializados que se dedican al análisis del mandala tal y como hacía Jung.
Fuente: moritz320
El mandala individual representa nuestro estado interno, cada uno de los colores que elegimos de forma inconsciente simboliza la naturaleza de cada punto de energía llamado “Chakra”. Según la cultura hinduista, estos puntos de energía se encuentran en diferentes partes de nuestro cuerpo. Dependiendo de los colores que utilicemos iremos armonizando con cada uno de nuestros chakras.
¿Cómo se medita con el mandala?
Veamos detalladamente qué es lo que necesitas para practicar la meditación con el mandala. Antes de nada, es necesario que prepares un espacio en el que te encuentres cómodo, es importante que ese espacio o habitación estén limpios y ordenados, ya que tu mente se sentirá mejor. Deja que entre el aire limpio, y si es posible la luz natural del sol. Prepara un ambiente sin distracciones y acomódate para generar la mejor energía que te sea posible.
Ponte en silencio, o si lo prefieres pon una música de meditación que te ayude a concentrarte. El mandala que ya tienes previamente dibujado y coloreado acomódalo frente a ti a la altura de tus ojos, ya sea en una mesa o una silla. Ponte delante de él en una posición cómoda, en el suelo o donde te encuentres mejor.
A continuación cierra los ojos, concéntrate en tu respiración y deja que se calme el flujo de tus pensamientos. Cuando ya te encuentres algo más en calma abre los ojos y mira el mandala, obsérvalo desde el centro del dibujo, deja que te atrape su energía y a su vez envíale tú la tuya. Solo tienes que observarlo y concentrarte en sus figuras y colores. En este punto solo tienes que respirar y entregarte a la meditación con el mandala.
Fuente: 4615115
El mandala está considerado como un proceso para la sanación, la relajación y meditación. De alguna manera, dicen los expertos, simboliza el cosmos. Cuando nos zambullimos en su proceso creativo estamos plasmando todo nuestro mundo interno, que a su vez forma parte de nuestra herencia ancestral. Al meditar con el mandala poniendo toda nuestra atención en él, invocamos toda la fuerza de su energía para que calme nuestra mente y la mantenga llena de amor gracias a la adquisición de valores tan importantes como la compasión y la aceptación.
Si aún no conoces el mandala, ¡no esperes más! Verás que sencillo te resulta relajarte y meditar con él. Solo tienes que hacer el dibujo y colorearlo, comprobarás como te sumerges en un estado de paz con tu mundo interno.
Cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud. Para llevar una vida saludable necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Pero, además, podemos usar herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – para cuidar de nuestro interior, caminando hacia una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.