Se llama Lisa Reid y cuando tenía 11 años de edad le fue detectado un tumor que le presionaba su nervio óptico.Tras un par de años con dificultades visuales, terminó perdiendo la visión en ambos ojos por completo. Durante 13 años, su vida era la típica y normal de cualquier invidente, acompañada de su bastón y su perro guía, hasta que sucedió el hecho desencadenante. El caso es que en la noche del 15 de noviembre del 2000, Lisa siempre hacía se agachó para "achuchar" y dar su habitual beso de buenas noches a Ami, su perra guía, y sin querer se golpeó su cabeza contra una mesa al volver a incorporarse. Tras el dolor normal de este tipo de golpes decidió irse sin más a la cama. Lo que no podía ni imaginar es que a la mañana siguiente se despertaría habiendo recuperado parcialmente la visión. hoy en día, a sus 38 años de edad y según refleja el Daily Mirror Australia, puede disfrutar de una vida prácticamente normal.
"Ver el mundo otra vez es un regalo" afirma Lisa que añadió "nadie sabe qué paso ni sabe explicarlo". Lo que le causó mayor sensación fue ver cómo habían cambiado su madre y su hermano. De la primera afirmó "que se la veía más mayor pero seguía estando igual" mientras que de su hermano llegó a comentar "que se había convertido en todo un hombre". Curiosamente lo mismo que le había sucedido a ella misma, ya que perdió la visión siendo una adolescente y cuando la recuperó en parte se encontró que "ya estaba hecha una mujer". Su caso se ha dado a conocer durante la Semana de la Ceguera que se celebra del 29 de octubre al 3 de noviembre para colaborar con la Fundación de Ciegos de Nueva Zelanda que la ayudaba con su discapacidad visual y con la finalidad de poder recaudar fondos que puedan ayudar a personas invidentes.
En fin, que su caso, sin explicación científica aún a día de hoy, forma parte de esa estadística de recuperaciones (en este caso visual) cuya causa se desconoce, aunque para algun@s, y jugando con el lenguaje, puede haberse tratado de un golpe.....de suerte.