Lo primero de todo es que no todas las palas son idóneas para cada persona, sino que tenemos que buscar una que se sitúe en un punto en el que nos favorezca a la hora de jugar.
En otras palabras, una que nos haga mejores y no porque cojamos la que en teoría es mejor, o porque es la que usan los profesionales. No es bueno si sucede que tenemos una pala que no es la adecuada porque sencillamente no se adapta a nuestra forma de juego, o a nuestras capacidades.
¿Qué tipo de pala elegir para jugar al pádel?
¿En qué fijarse para elegir una pala de pádel?
Es importante reseñar que existen diferentes clasificaciones de palas de pádel, según hablemos de forma, peso, medidas o de dureza en cuanto a la superficie de impacto. Hay un montón de libros sobre pádel que explican cómo encontrar la pala perfecta para tu estilo de juego, tus condiciones físicas o las prestaciones generales del modelo. Todo ayuda para conseguir la perfecta para estar cómodo en tu juego.
Como ya vimos los 3 tipos de palas fundamentales (redonda, lágrima o diamante), hoy hablaremos sobre qué aspectos debemos tener en cuenta al elegir nuestra pala:
Por un lado, si hablamos de tamaño veremos que están las palas de tamaño clásico que cuentan con un tamaño básico en la cabeza. Mientras que después están las midsize y las oversize que van incrementando gradualmente su tamaño, como su nombre indica.
En cuanto a la dureza para la superficie de impacto existen palas duras, que nos permiten un mayor control sobre el golpe disminuyendo la velocidad a la que saldrá la pelota, así como palas blandas. Estas palas más blandas tienen un efecto inverso del que hemos mencionado en las palas duras.
En cuanto a la forma generalmente se clasifican en forma redonda, forma de lágrima, y forma de diamante. Normalmente cada una de estas formas son recomendadas para un tipo u otro de jugador, en base en gran medida a la experiencia que tenga en este deporte.
Por ejemplo, para las personas que se inician lo más recomendable es una pala de forma redonda, puesto que lo que prima aquí es el control sobre la misma.
El punto de equilibrio de la pala, en cuanto a peso, se distribuye en el centro lo que hace que se tenga un mayor control sobre la trayectoria de la pelota. Es este el que influye casi en un 80% en la sensación que el jugador tiene a la hora de poner la pelota en un sitio o en otro (además de la técnica general y los golpes de pádel que des, evidentemente, no todo es el material).
Cuando vamos a otros tipos vemos como, por ejemplo, la pala con forma de lágrima suele equilibrar la potencia con el control, dirigiéndose a un público más experimentado aunque sin llegar al nivel de experto.
Y por último las palas con forma de diamante, que basan sus principales características en dar mayor potencia a nuestro golpe, frente a tener mayor control sobre la misma.
Como veis todo tiene su lógica también en el pádel, y dependiendo de qué tipo de jugador seas te vendrá mejor una pala u otra.
Cabe destacar que no es ningún desagravio comprar un tipo de pala u otra, sólo porque haya personas o deportistas que emplean una diferente a la tuya. Simplemente tienes que guiarte por tus sensaciones y valorar cuál es la marca, el modelo o las características que mejor se adaptan a ti y a tu forma de jugar.
Recuerda que la práctica es lo que se necesita para acercarse a la perfección, por lo que si eres principiante piensa que todo el mundo empezó, probablemente, con la pala de forma redonda.
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