Los parabenos en sí son sustancias químicas que se utilizan en productos cosméticos y de higiene e incluso en algunos alimentos como derivados de carnes, conservas, salsas, bebidas envasadas y repostería. Se utilizan para impedir el crecimiento de microorganismos, es decir, como conservantes.
Suelen asociarse a enfermedades como el cáncer, aunque está demostrado que su toxicidad es baja y no provocan cancer. Aún así, una pequeña parte de la población es alergica a los parabenos, por lo que estas personas, sí que pueden presentar eczemas, irritaciones y otras afecciones en la piel. Pero lo que no resulta tóxica es la cantidad recomendada por la UE en este caso.
La Legislación actual permite el uso de uno o más parabenos juntos en un mismo producto ya que nuestro organismo es capaz de absorver y metabolizar esta sustancia y eliminarla de forma rápida. A excepción de algunos parabenos como es el caso del propil-y butilparabeno, en los que se permite hasta 1.9gr por cada kg de producto, o al menos es el recomendado, la mayoría de parabenos se consideran aptos para el consumo siempre y cuando contengan 8gr de parabenos por cada kg de producto, no superando una concentración de 4gr por kg.
Aún así, existen estudios que concluyen que cuando los parabenos son ingeridos nuestro tracto intestinal los absorbe y son eliminados con rápidez por la orina, pero en el caso de aplicarlos por vía tópica, la eliminación no es tan rápida.
Otra cosa que preocupa con los parabenos es la capacidad que poseen algunos de ellos para actuar como estrógenos, la hormona sexual femenina, aunque son más débiles que las hormonas naturales.
En definitiva, a nivel científico, el tema de los parabenos sigue siendo una incognita al no existir estudios científicos que concluyan de manera rigurosa el daño que pueden causar a nuestra salud a largo plazo, en grandes cantidades o mezclados con otros componentes químicos. Se permite su uso porque se utilizan bajas concentraciones pero hemos de tener en cuenta que a diario consumimos productos que si no contienen parabenos, contienen otros aditivos químicos que se acumulan en nuestro cuerpo sin que le demos tiempo a nuestro organismo para eliminarlos. Salsas, conservas, bollería, geles de baño, desodorantes, cremas, etc… ¿Qué cantidad de parabenos y aditivos estamos consumiendo al día realmente? Pues acabamos consumiendo mucho más de lo que la legislación considera no tóxica.
Los parabenos están clasificados en:
E214 Etil Hidroxibenzoato y E215 Etil Hidroxibenzoato de Sodio, clasificados como tóxicos. Se empleas en salsas, zumos, refrescos, conservas… Puede producir, en dosis bajas, alergias, asma y problemas toxicólogicos. Su acumulación en el organismo aumenta el riesgo de padecer cancer.
E216 Propil Hidroxibenzoato y E217 Propil Hidroxibenzoato de Sodio, clasificados tóxicos. Actúan como el E214 y el E215, con otro agravante, mezclado con el E222 puede provocar problemas neurológicos y con el E300 cáncer.
E218 Metil Hidroxibenzoato y E219 Metil Hidroxibenzoato de Sodio, tóxicos. Mismas consecuencias que los anteriores E216 y E217.
Actualmente muchas marcas evitan en el etiquetaje de sus productos las mal vistas “E”, pero podéis identificar este tipo de aditivos en las etiquetas también con los nombres Benzoato de sodio y Laureate Sulphate, Metilparaben (Nipagin M) , Etilparaben , Propilparaben (Nipasol M), Butilparaben.
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