Os sorprendería la cantidad de mensajes que recibimos en nuestro correo electrónico girando alrededor del mismo tema: el temor a quedarse embarazada a través de una práctica concreta (el petting, roce de los genitales entre dos personas con o sin ropa). La redacción de los mismos varía, pero, en general, todos suelen ser del estilo a: “hace unos días mi novio y yo estuvimos jugando/tonteando/rozando nuestros genitales…”. Tras este comienzo más o menos común, la historia suele continuar de varias formas:
No eyaculó pero introdujo sus dedos en mi vagina tras haberse tocado el pene
No eyaculó pero rozamos nuestros genitales sin ropa
Eyaculó encima de mi ropa interior
Eyaculó con la ropa puesta
El final de la historia vuelve a ser común en todas ellas: “tengo miedo, estoy agobiada/asustada/nerviosa… ya que no sé si puedo estar embarazada”. En algunos de ellos, aparece en componente más: “me tenía que haber bajado la regla ya”.
Vamos por partes. Los mensajes suelen ser enviados por personas con una edad comprendida entre los 20 y los 30 años aproximadamente. Este hecho saca a flote la falta de educación sexual que existe. Hoy en día hay muchas vías para informarse, pero lo que no suele resultar tan sencillo es encontrar un medio en el que dicha información sea fiable, real y objetiva.
No es la primera vez que lo contamos, y es que refleja muy bien lo que queremos decir. Hace un tiempo, en una de nuestras intervenciones con alumnado de primaria (de unos 8-9 años) surgió la duda de cómo llegan a juntarse el óvulo y el espermatozoide. Además de visibilizar otras formas mediante las cuales ambas células pueden juntarse con ayuda de los médicos, por ejemplo, como suele ser en los casos de reproducción asistida o fecundación in vitro, les contamos la más frecuente: el pene entra en la vagina y ahí se liberan los espermatozoides. Hasta aquí parece que todo va bien. Cuál es nuestra sorpresa cuando alguien que formaba parte del equipo de profesorado del centro nos comenta, que decir que el pene entra en la vagina, le parece muy fuerte, que por qué no decir que se aproxima. Nuestra pregunta en ese momento fue… cuando se explica el mecanismo de la respiración, ¿contamos que el aire se aproxima a los pulmones o que entra en ellos?
¿Por qué os cuento esta historia? Si comenzamos a contarles mentiras o medias verdades a los niños (cuando a esa edad tiene la capacidad suficiente para entender los mecanismos de la reproducción), evitaremos situaciones en las que nos encontramos mucho agobio y miedo ante la creencia de que puede estar embarazada porque nadie le ha dicho que para ello, no es suficiente con que un pene “se aproxime” a su vagina.
Vivimos en la era de las nuevas tecnologías, donde prácticamente todo está al alcance de un “clic”, pero la realidad nos pone de frente que sigue existiendo muchísima desinformación, mitos y falsas creencias no solamente en jóvenes sino en un abanico de edades muy amplio.
Por último, cabe recoger uno de los aspectos que también suele aparecer en los correos electrónicos: el retraso de la menstruación. Nuestro cerebro es muy “cuco” y ante situaciones de nervios, estrés, miedo, rumiación, etc. es capaz de bloquear el mecanismo de la menstruación, aumentando de forma directa esas emociones que nos generan malestar. Nos vemos así metidas en un bucle en el que cuanto más afectadas estemos emocionalmente, más probable es que se retrase la menstruación, lo que a su vez, hará que nuestro estado de nerviosismo aumente.
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