- Picor y enrojecimiento.
- Sensación de cuerpo extraño o hinchazón de los párpados.
- Lagrimeo.
- Fotofobia ligera o sensibilidad a la luz.
Estas molestias pueden ser aún más desagradables para las personas que usen lentes de contacto. Lo ideal para estas personas sería usar lentillas desechables. Si usas otro tipo de lentes la clave está en seguir unas correctas pautas de mantenimiento, como la limpieza y desinfección al final del día.
El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) recomienda a través de este decálogo seguir unos sencillos pasos que harán disminuir tu incomodidad ocular.
1. Si usas lentes de contacto, es conveniente que limites su uso para no agravar la irritación ocular. También puedes optar por utilizarlas sólo por la tarde, cuando descienden los niveles de polen en la atmósfera.
2. Procura no salir a pasear por el campo o por parques, donde suele haber una mayor concentración de polen.
3. Cuando viajes en coche, mantén subidas las ventanillas.
4. Utiliza gafas de sol para protegerte del polvo y del resto de partículas en suspensión.
5. Evita exponerte a ambientes con polvo, a animales domésticos o a agentes irritantes que agraven los síntomas (humo, cloro de las piscinas, etc.).
6. En casa, evita la acumulación de polen cerrando las ventanas y manteniendo las superficies limpias con una bayeta húmeda.
7. Utiliza humidificadores y aparatos de aire acondicionado que dispongan de filtros específicos para el polen.
8. Extrema tu higiene diaria. Al regresar a casa, dúchate y cámbiate de ropa, pues el polen se puede depositar en el pelo y las prendas.
9. Lávate las manos a menudo.
10. Evita frotarte los ojos.