La implantación es una etapa de cada embarazo que ocurre casi siempre en el noveno día después de la ovulación. Este proceso se describe como la unión del óvulo fertilizado, también conocido como un blastocisto, con el revestimiento del útero. No todas las mujeres tienen los mismos síntomas de implantación, de hecho, pueden variar en una misma mujer de un embarazo a otro. Se dice que la mayoría de las mujeres no experimentan signos asociados a la implantación. Sin embargo, una vez que conozcas las posibles señales, estarás en condiciones de notar lo que otras no notarían.
Los siguientes síntomas pueden ayudarte a confirmar si estás embarazada o no:
1. Manchado ligero. El manchado, también conocido como sangrado de implantación, es a menudo un síntoma primario que señala la implantación del óvulo fecundado. Si tienes un pequeño sangrado antes del comienzo de tu período normal, entonces es posible que hayas quedado embarazada.
Es de vital importancia tener en cuenta que el sangrado de implantación no sigue el patrón normal de un período, por lo general es escaso, de color rosado o marrón, nunca es rojo brillante o abundante.
2. Calambres. Estos calambres se asemejan a los cólicos menstruales y la mayoría de las mujeres tienden a confundirlos con el inicio de su período. A veces se presentan como cólicos leves o moderados en la parte inferior del abdomen y la espalda, que duran un día o dos. Se plantea que dichos calambres están asociados con la contracción continua de las paredes uterinas durante el empotramiento del óvulo. Si llegan a ser insoportables o duran demasiado tiempo, póngase en contacto con el médico tan pronto como sea posible.
3. Hinchazón, dolor y sensibilidad en los senos. La hinchazón y sensibilidad de los senos es una de las quejas más comunes cuando se ha producido la implantación y por tanto, el embarazo. Idealmente, los niveles hormonales femeninos cambian rápidamente justo después de la concepción, y debido a estos cambios, los senos tienden a sentirse hinchados, sensibles o dolorosos al tacto. Básicamente, si una mujer que ha tenido relaciones sexuales sin protección, siente dolor en los senos 7 días después de la ovulación, entonces hay una alta probabilidad de que haya ocurrido la implantación.
4. Aumento de la temperatura basal del cuerpo (TBC). El aumento de la TBC a menudo es causado por la hormona progesterona durante la ovulación y permanece elevada si se produce la implantación. Por tanto, el seguimiento de los valores que alcanza la temperatura basal se puede utilizar como confirmación de una concepción exitosa.
5. Micción frecuente. Aproximadamente una semana después de la concepción exitosa puede que te encuentres corriendo al baño cada hora. Este hecho es provocado por la secreción de la hormona del embarazo, llamada gonadotropina coriónica humana (hCG). Dicha hormona le indica al cerebro que debe aumentar el suministro de sangre hacia la región pélvica. De esa forma incide sobre la vejiga, llegando a irritarla considerablemente.
6. Aversiones alimentarias o antojos. De acuerdo con estudios recientes, la mayoría de las mujeres han informado de un agudo sentido del olfato o del gusto como un síntoma de la ovulación, pero la aversión a la comida o tener antojos es considerado como un indicador significativo del embarazo. Esto se puede atribuir al hecho de que durante o después de la implantación, se producen ciertas hormonas que causan aversión por ciertos alimentos preferidos y por el contrario, despiertan el antojo por otros alimentos que antes no gustaban tanto.
7. Sofocos. Aunque los sofocos son uno de los indicadores menos comunes, un buen número de mujeres ha informado esta condición, asociándola a la implantación. Normalmente son provocados por las fluctuaciones rápidas en los niveles hormonales durante el empotramiento del óvulo. A pesar de ser un signo inconsistente, su presencia junto a otros de los síntomas anteriores, puede servir para confirmar el embarazo.
Si bien estos síntomas que acompañan la implantación pueden servir para saber si estás embarazada, la manera más confiable de comprobarlo es realizando un test de embarazo y acudir al médico para obtener un examen pélvico. Recuerda que algunas mujeres no experimentan ninguno de estos síntomas y que en ocasiones, lejos de indicar un embarazo, pueden avisar sobre algún trastorno o problema de salud.
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