La subida de las temperaturas, estar mucho tiempo de pie o la falta de ejercicio pueden dificultar la circulación y provocar sensación de piernas pesadas.
Los problemas relacionados con la circulación preocupan al 83% de las mujeres. De hecho, las piernas cansadas es un fenómeno que afecta a 1 de cada 2 féminas. El exceso de calor o factores hereditarios pueden ser la causa, pero también es un problema en muchos casos provocado por malos hábitos.
LO QUE DEBES CAMBIAR
El problema de piernas pesadas y cansadas se produce por diversos síntomas, alimentación rica en sal, vida sedentaria, determinadas profesiones que requieren pasar mucho tiempo de pie. Además, tener sobrepeso o tomar ciertos medicamentos (antihipertensivos, antiinflamatorios, etc.) son factores que acentúan el problema. El embarazo es también una etapa en la que empeora considerablemente la circulación sanguínea.
PREVENIR LAS VARICES
Para evitar su aparición, "es fundamental llevar una dieta rica en poli fenoles, que favorecen la salud venosa, y practicar ejercicio físico de forma regular para facilitar la circulación sanguínea. Y seguir pequeñas rutinas que ayuden a mejorar la sensación de piernas pesadas como evitar los tacones muy altos".
MOVILIZA TUS PIERNAS
Moverlas es la mejor solución para sentirlas ligeras. Ejercitar los músculos de las piernas contribuye al flujo de la sangre venosa hacia el corazón y evita la acumulación de esta. Los movimientos más saludables consisten en subir y bajar escaleras, levantar las piernas de vez en cuando para facilitar que la sangre circule hacia el corazón y nadar, más concretamente patalear en el agua, porque activa la bomba muscular de las venas.
PEQUEÑOS CAMBIOS QUE MEJORAN TU CIRCULACIÓN
Mejorar la circulación de tus piernas es más fácil de lo que piensas. Cambiando algunas de tus rutinas podrás disfrutar de unas piernas mucho más ligeras:
- Viste ropa holgada. Las prendas ceñidas dificultan la circulación de la sangre.
- Evita las fajas, cinturones apretados o calcetines con goma.
- Los tacones muy altos o los zapatos que oprimen demasiado tampoco son recomendables.
- Utiliza medias de compresión, que aprietan suavemente las piernas para que la sangre circule hacia arriba, previniendo la hinchazón (las hay incluso de verano).
- Duerme con las piernas ligeramente elevadas, con una almohada bajo los pies. O acuéstate sobre el lado izquierdo del cuerpo.
En la playa, no hagas exposiciones largas al sol. El calor excesivo en las piernas es el peor enemigo de una buena circulación. Remójate cada quince minutos y aprovecha para estirarte en la orilla y que el agua "choque" contra tus piernas. Camina descalza siempre que puedas para favorecer la circulación sanguínea: en casa, en la arena de la paya y en la orilla para que el agua ayude al masaje.
Si pasas mucho tiempo en la misma posición, haz estos pequeños movimientos. Si es sentada, no cruces las piernas y levántate cada dos horas a estirar.
Si trabajas de pie, haz estiramientos poniéndote de puntillas cada dos horas o apoyando una pierna en un taburete y luego la otra.
Dúchate con agua tibia y termina con un chorro de fría en las piernas. Si tienes tiempo, pasa 3 o 4 veces la ducha de tobillo a muslo alternando agua fría y tibia.
Mantente en tu peso adecuado, ya que el exceso de kilos sobrecarga el aparato circulatorio y empeora la retención de líquidos en extremidades.
Practica ejercicio físico de forma regular para facilitar la circulación sanguínea.
Y sigue pequeñas rutinas que ayuden a mejorar la sensación de piernas pesadas como "evitar los tacones muy altos".
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