Cómo funciona el sistema de recompensa cerebral
El sistema de recompensa está formado por un conjunto de estructuras cerebrales encargadas de generar la sensación subjetiva de placer. Este sistema tiene como objetivo conseguir que el individuo quiera repetir una serie de comportamientos con el fin de asegurar su supervivencia.Gracias a esta sensación placentera que aparece tras mantener relaciones sexuales o comer algo delicioso, el individuo buscará repetirlas asegurando así la reproducción y el consumo de alimentos, lo que permitirá su supervivencia y la continuidad de su especie.
Qué es el núcleo accumbens
El núcleo accumbens es un grupo de neuronas ubicadas en el centro del cerebro. Cada hemisferio cerebral tiene su propio núcleo accumbens.A su vez, el núcleo accumbens se subdivide en dos subregiones, la motora y la límbica, conocidas como la corteza y el núcleo.
Se lo considera involucrado principalmente en el sistema de recompensa o de refuerzo conductual positivo.
Núcleo accumbens y adicciones
El sistema de recompensa se basa en la liberación de un neurotransmisor, la dopamina, a diversas áreas del cerebro como el área tegmental ventral (ATV), el núcleo accumbens (NA) y la corteza prefrontal.El ATV activa el sistema de recompensas y proporciona información sobre el nivel de satisfacción al NA. Este último segrega dopamina, que es la hormona del placer. El hipocampo, finalmente, permite la memorización del evento.
Se sabe que las drogas, ciertos sabores intensos y algunos alimentos alteran el funcionamiento normal del sistema de recompensa, provocando una alteración en el núcleo accumbens y de la producción de dopamina.
Todavía se desconoce qué es exactamente lo que provoca que una conducta placentera termine en adicción, pero los últimos hallazgos sugieren que, ciertas sustancias requieren dosis cada vez más elevadas y frecuentes para alcanzar los mismos niveles de dopamina (placer), lo que daría lugar a un consumo crónico y creciente de la sustancia en cuestión.
Las grasas y azúcares estimulan el placer
En el año 2014 un equipo de investigadores del CNRS (Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia) destacó la acción de las sustancias grasas conocidas como triglicéridos en el área del cerebro involucrada en el circuito de recompensa. Exactamente como ocurre con la adicción y dependencia a determinadas drogas.Este descubrimiento abrió una nueva senda hacia nuevas investigaciones sobre los comportamientos compulsivos y también sobre el complejo fenómeno de la obesidad. Porque si la obesidad comienza en el plato, sabemos que continúa en la cabeza.
En los últimos años, varios estudios han destacado el papel que juegan determinadas áreas del cerebro en la mecánica del aumento de peso. Este es el caso, por ejemplo, del hipotálamo, que participa en la regulación del apetito y de la sensación de hambre.
En 2017, la UPF (Universidad Pompeu Fabra de Barcelona) centró sus investigaciones sobre la adicción a la comida en el núcleo accumbens. Los investigadores expusieron a un grupo de ratones a cantidades ilimitadas de comida rica en azúcares y grasas saturadas como chocolatinas, encontrando que esta dieta provocaba la activación de la microglía (células cerebrales inflamatorias) en una zona del sistema de recompensa relacionado con el desarrollo de conductas adictivas.
Cómo controlar la adicción a la comida basura
La mayoría de los adictos al tabaco intentan dejar de fumar varias veces antes de tener éxito a largo plazo. Sin embargo, a diferencia de otras adicciones como el alcoholismo, la cocaína, la ludopatía o la cleptomanía, no se puede restringir el contacto con la comida por completo.Si bien es posible superar esta adicción por uno mismo, es conveniente buscar ayuda. La adicción a la comida requiere ayuda multidisciplinar.
Un psicólogo o psiquiatra que tenga experiencia en el tratamiento de adicciones a la comida te brindará el apoyo emocional que necesitas y un dietista-nutricionista te marcará las pautas adecuadas para que te alimentes correctamente y mantengas la saciedad bajo control.
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