El tratamiento para la lumbalgia depende de los antecedentes del paciente y de la gravedad del dolor. La gran mayoría de los casos de la lumbalgia se curan dentro de seis semanas sin cirugía y los ejercicios para la lumbalgia son, casi siempre, parte del plan de tratamiento.En el caso de la zona lumbar, debemos saber que es una zona menos móvil que la cervical, pero algo más que la zona dorsal. Su mayor relación la tiene con la pelvis, sobre la que se asienta y por ende, con los miembros inferiores. Debido a esto, sus lesiones pueden estar relacionadas con estas zonas, y siempre serán regiones de obligada observación en caso de lumbalgias, y viceversa.
Debido al amplio abanico de causas que nos pueden desencadenar una lumbalgia, esta puede estar presente en múltiples patologías, tales como: tensión de diafragma, falta de movilidad o rigidez lumbar, cervicalgia o afectaciones posturales y/o tendón central (cadenas posturales). Una medida que podemos tomar ante la aparición del dolor pude ser el descanso.
Dejar de realizar actividades durante unos días permite que los tejidos lesionados, y hasta las raíces nerviosas, empiecen a curarse, lo que a su vez puede servir para aliviar la lumbalgia. Sin embargo, descansar por más de unos pocos días puede conllevar una debilitación de los músculos, y los músculos débiles pueden tener dificultades para apoyar la columna adecuadamente. Los pacientes que no hacen ejercicio regular para hacerse más fuertes y flexibles son más propensos a experimentar una lumbalgia recurrente o prolongada.
Las compresas de calor y hielo también facilitan el alivio de la mayoría de los casos de lumbalgia al reducir la inflamación. Muchas veces los pacientes utilizan el hielo, pero algunos prefieren el calor. Se puede alternar entre los dos.
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Last updated on 14 mayo, 2021 0:53 ⓘ
En cuanto a medicamentos, está disponible una gran diversidad de medicamentos recetados y de venta libre para ayudar a reducir los síntomas de la lumbalgia. Muchos medicamentos reducen la inflamación, que muchas veces es una causa del dolor, mientras que otros tratan de impedir la transmisión de las señales de dolor al cerebro. Cada medicamento tiene múltiples riesgos únicos, posibles efectos secundarios e interacciones farmacológicas (o interacciones con alimentos o suplementos) que deben ser evaluados por un médico.
No debemos olvidar que existen casos, en los que tras este amplio estudio para alcanzar el diagnóstico creemos conveniente la derivación a algún profesional de la salud. Si esto es lo mejor para el paciente y su recuperación sin duda será lo que se deba hacer. En otros casos, siempre que se crea conveniente, se puede intentar organizar un tratamiento multidisciplinar, todo ello depende del caso ante el que nos encontremos.