El dedo en martillo es una deformidad digital menor del pie en el plano sagital, es llamada así por la forma que adquieren los dedos en una posición flexionada similar a un martillo, puede presentarse aislada o asociada a otras deformidades en el pie. Por lo general se ven afectados los dedos 2° 3° y 4° del pie, su incidencia es de un 2 a 20% de la población, Anatómicamente en la deformidad por lo general se encuentran en extensión la articulación MetaTarso-Falángica (MTF), una flexión de la articulación InterFalángica Distal (IFD).
Es importante resaltar que también el Dedo en Martillo puede ocurrir en los dedos de la mano, pero en esta ocasión su causa es traumática, debido a la rotura o avulsión de los tendones extensores de los dedos y en consecuencia la articulación IFD permanece en flexión.
¿Cuáles son sus causas?
La deformidad en el pie de dedos en martillo ocurre principalmente por un desequilibrio muscular, el músculo flexor largo de los dedos está acortado O existe una mayor fuerza flexora, mientras que los extensores son débiles en conjunto con los lumbricales (músculos intrínsecos del pie) entonces progresivamente se modifica estructuralmente el pie a la posición de flexión, a su vez el uso de tacones (calzado alto) puede aumentar esta deformidad. aunque otras causas pueden ser:
Poliomelitis
Traumatismo.
Artritis.
Hereditario.
¿Qué signos, síntomas o problemas se presentan?
Por lo general estas deformidades son asintomáticas y el común de las personas no le dan importancia, ya que como en todo caso si no está presente el dolor, no se toman acciónes al respecto, dentro de los signos o síntomas más comunes.
Dolor o irritación en las cabezas de las falanges.
Callos (acumulación de piel) que se forman por la constante fricción contra el zapato. Pueden ser duros o blandos.
Inflamación, eritemas o enrojecimiento
En algunos casos las callosidades pueden abrirse y se pueden formar ulceraciones abiertas (Algo a tomar muy en cuenta en personas con Pie Diabético)
¿Se puede corregir?
Cuando la deformidad es muy severa debe ser corregido mediante una cirugía percutánea, previa consulta con el Médico especialista,en una primera fase, se puede optar por la extirpación de callosidades y verrugas plantares, o la protección local de las zonas afectadas con almohadillas, analgésicos (AINES) para el dolor y antiinflamatorios para reducir la tumefacción, suponen tratamientos a demanda según la sintomatología de cada paciente.
Evitar el calzado con punta estrecha o tacón alto es vital en este momento, para evitar la progresión de la deformidad.Cuando estas medidas se muestran insuficientes, existe la posibilidad de que el Médico sugiera realizar una infiltración local a nivel de la articulación afecta mediante anestésico y corticoide que proporcionan un alivio directo (aunque la persistencia de la causa que lo origina hace que sea un beneficio temporal) Continuando con el tratamiento conservador la aplicación de Frío local como anéstesico puede contribuir al alivio de los síntomas.
Para una solución definitiva se debe seleccionar la cirugía correctora. Cuando la rigidez es importante y el dolor incapacitante para la vida diaria se indica la corrección del desequilibrio que ocasiona la deformidad a través de diversos procedimientos dependiendo del tipo y grado de deformación, siendo necesaria la osteotomía (extirpación de parte de hueso),la artroplastia (Operación quirúrgica realizada en una articulación para devolverle su movilidad y función), la artrodesis (fusión de la articulación) o la transferencia tendinosa. Gracias al desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva (cirugía percutánea) es posible la corrección de la angulación originaria y el desequilibrio tendinoso, respetando los tejidos blandos, y posibilitado al paciente una recuperación funcional mucho más rápida y efectiva y una disminución significativa del dolor postquirúrgico.
Algunas recomendaciones si padeces dedo en martillo son:
Usar calzado de tamaño apropiado, zapatos amplios y que sienta cómodos, evitar aquellos donde los dedos quedan apretados.
Evitar Tacones Altos en lo posible.
Zapatos con plantillas suaves para mayor confort.
Utilizar almohadillas para las callosidades
Realizar ejercicios para la flexibilidad General del Pie.
Relajación para la Fascia Plantar
Como Sugerencias, estos vídeos del FISIOTERAPEUTA Iñigo Junquera Landeta te pueden ayudar.
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J. Antonio Lamas R.