Estamos compuestos por billones de células en todo nuestro cuerpo. Lo más parecido a una gran nación haciendo ruido constantemente al unísono.
Comprender esta maquinaria cuántica es el gran reto del siglo XXI.
Dentro de este campo hay varias teorías que hablan sobre la memoria de nuestras células. La más popular sostiene que venimos pre-programados y que nuestros genes controlan nuestro destino. Esto nos hace “víctimas” de cualquier situación y a su vez nos quita el poder de cambiarnos a nosotros mismos a nuestro antojo. A esto se le llama “determinismo genético”.
Sin embargo, en 1980 la revolucionaria investigación del proyecto de genoma humano, cambió la forma de ver y entender la vida dentro de una parte de la comunidad científica, a tal punto de incomodar a las teorías ortodoxas impuestas por la biología y la medicina.
Las investigaciones nos revelan que nosotros no somos “víctimas”, sino que tenemos el “poder” sobre nuestros genes.
En ello profundiza y demuestra el Doctor Bruce Lipton, biólogo celular. En su libro “la biología de las creencias” dice:
"Las células leen el medio ambiente en el cual habitan a través de los estímulos externos que reciben y responden a las mismas usando los interruptores de las percepciones de la membrana de la proteína."- Doctor Bruce Lipton
También desarrolla una nueva rama de la ciencia llamada la epigenética conductual. Revela que la información grabada en las células se extiende de generación en generación, es decir, que la información de los acontecimientos vividos por los ancestros viaja a sus descendientes mediante un campo invisible basado en la conexión que hay entre los seres humanos.
Hasta que alguien en la familia no haga la toma de consciencia o cambie la creencia, nada se resolverá. Un ejemplo en su libro dice: si un abuelo muere a causa de una enfermedad y al mismo tiempo estaba tratándose con X medicina, uno de los nietos puede salir alérgico a esa misma medicina. Afirma que reemplazar la creencia limitante puede modificar tú biología o una realidad de estrés.
En definitiva, somos una grabadora interconectadas a través de billones de receptores celulares que graban todos los acontecimientos conscientes e inconscientemente. El cuerpo es una maquinaria que nunca para de funcionar, en constante intercambio y bullicio. Se trasmiten las memorias genéticas heredadas por los ancestros: creencias, estados emocionales y conductuales. Llegamos a un punto que creemos vivir nuestra vida, y en realidad estamos viviendo las experiencias de otros anclándonos en el “yo soy así” sin dejar un espacio para ponerle cara a una situación y descubrir para qué está en nuestra vida.
El impacto en nuestras vidas puede manifestarse de muchas maneras como ya hemos visto a pequeños rasgos anteriormente. En nuestra salud propiamente dicha, situaciones repetidas en nuestras vidas como ejemplo alguien que le cuesta tener estabilidad en sus relaciones de parejas, está siempre experimentando el mismo patrón. Cambia de mujer, pero por arte de magia se sigue sintiendo igual de inseguro que antes. En el trabajo pasa lo mismo, te encuentras con los mismos compañeros de trabajo que te hacen sentir inferior, etc.
El nuevo campo científico nos da un punto de vista más holístico de las cosas. Un mejor entendimiento y comprensión de nuestras vidas. Empezar a observar y cuestionar nuestra realidad sería un primer paso para ir descifrando esa memoria que puede estar repitiéndose en nuestra vida sin ser conscientes de ello.
Alcanzar el tan anhelado bienestar social y emocional es nuestra responsabilidad.
Thábata Emo