La primavera se suele asociar con el lado feliz y positivo de la vida ya que trae mejor clima, más horas de luz, la explosión de color que traen las flores y una mayor sociabilidad, pero también viene con ciertos efectos negativos, y no sólo nos referimos a las tan temidas alergias.
Efectos negativos.
Alergias:
Estas reacciones exageradas de nuestro organismo vienen por el aumento del polen en el aire, nuestro cuerpo lo percibe como un agente nocivo que tiene que expulsar, principalmente por la nariz y los ojos.
Para quienes la sufren se les recomienda no ventilar la casa en las horas de luz, limitar el tiempo que pasamos en la calle, el uso de gafas de sol y consumir ciertos alimentos como la manzana, la zanahoria, la cebolla, el arroz integral o las espinacas, evitando otros como los lácteos, el pan y la pasta.
Astenia primaveral:
El aumento de horas de luz también trae un aspecto negativo, el cambio en la presencia del sol y la presión atmosférica altera nuestro organismo y la cantidad de endorfinas (hormonas que están ligadas a nuestro bienestar) que produce.
La astenia primaveral no afecta a todo el mundo, pero los que la sufren padecen ciertos síntomas bastante molestos: falta de energía, aumento del cansancio, somnolencia, mayor irritabilidad, malestar general…Estas pequeñas alteraciones son efectos normales que se superan en un corto espacio de tiempo de entre 3 y 7 días. Suceden porque las funciones de los órganos más importantes del ser humano dependen de la fabricación y secreción de hormonas vinculadas con los ciclos de vigilia y sueño (cortisol y melatonina), de tal modo, al adelantar los relojes una hora se produce una desincronización entre los ritmos internos y los ambientales.
En estos casos se suele recomendar una dieta rica en nutrientes como los de los frutos secos o el plátano, practicar ejercicio con moderación o fijarse nuevos horarios.
Efectos positivos.
Mayor actividad:
Los que no sufren de astenia pueden encontrarse con los efectos contrarios a esta. El nivel de melatonina, una hormona que se desarrolla en los meses más fríos, baja drásticamente, lo que nos llena de energía y nos desinhibe socialmente. Esta última consecuencia es la razón por la que solemos enamorarnos con más frecuencia en primavera.
Cambios en nuestro reloj biológico:
La primavera está relacionada con los cambios que se producen en la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro y cuya función es mandar señales y disparar nuestras hormonas, abriéndonos más a la posibilidad de tener descendencia.
La libido por las nubes:
Prepárate porque la temperatura va a subir, y no sólo por el clima. Mientras a más horas de luz estemos expuestos, más vitamina D segregaremos, justo tras alcanzar los niveles más bajos a la salida del invierno. Esta vitamina aumenta nuestros niveles de testosterona (en los hombres) y endorfinas (en ambos sexos) lo que conlleva un mejor ánimo, una reducción del estrés y una mayor estimulación a nuestra respuesta sexual, lo que aumenta nuestra libido.
Como podemos observar la primavera tiene más cosas positivas que negativas.
Para terminar os damos 5 consejos para cuidar la piel tras el letargo del invierno y recibir sin problemas los primeros rayos de sol:
Una forma sana de conseguir un bronceado perfecto y un aspecto más saludable es comer frutas y verduras. Estos alimentos son ricos en carotenoides, con muchas propiedad saludables, que mejoran el sistema inmune y dan a la piel un color más dorado.
Los flavonoles de las uvas también tienen un gran poder antioxidante y protegen a la piel de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta.
El frío del invierno seca mucho la piel. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, es recomendable emplear cremas hidratantes y humectantes, como aquellas que contienen glicerina, propilén-glicol, urea o lactato sódico. Nosotros también os aconsejamos haceros un Tratamiento de hidratación corporal y/o facial para preparar la piel antes de exponerla al sol.
Aunque el sol caliente con menos fuerza, es necesario usar protección solar. Basta con un factor de protección 15, si bien para exposiciones prolongadas al sol es conveniente usar factores más altos.
Es conveniente visitar anualmente al dermatólogo, especialmente aquellas personas con pieles más claras, para revisar las manchas cutáneas y lunares.