Como sabe, la mayoría de los fármacos que se comercializan hoy en día contienen o imitan ingredientes naturales, sobre todo plantas y flores. Todos los pueblos de la antigüedad conocían bien el poder de la herboristería para mejorar su salud, equilibrar cuerpo y mente o, como vemos en esta noticia, impedir los embarazos no deseados. Estudiosos de la cultura griega antigua afirman que entre los remedios naturales de esta avanzada civilización se encontraría la que sería la primera píldora “del día después” de la historia de la anticoncepción. Basan su afirmación fundamentalmente en la presencia de la imagen de una flor peculiar en la cara de varias monedas de uso cotidiano en los territorios dominados por los antiguos griegos. En el metal de estas monedas se han encontrado grabados de una planta de tallo muy grueso llamada silfio o laserpicio y que recibiría su nombre por crecer en los campos de la ciudad griega de Silfio (nuestra actual Libia).
Al parecer, esta planta tenía abundantes propiedades estrogénicas, es decir, era capaz de controlar los estrógenos producidos por el cuerpo de la mujer y las hormonas sexuales del mal llamado sexo débil. Al parecer, los médicos griegos y después los romanos utilizarían el extracto de esta planta como potente abortivo para eliminar los efectos indeseados de las relaciones sexuales. Además, se afirma que era práctica habitual entre la sociedad femenina griega acomodada tomar infusiones de silfio como método de anticoncepción.
Las peculiaridades de esta curiosa planta eran tales que solo se podía cultivar en una estrecha franja del actual territorio libanés; era, así, uno bien escaso, caro y muy cotizado por la alta sociedad de la Grecia Antigua. Todo ello, unido a sus extraordinarias propiedades abortivas y anticonceptivas, provocaría la extinción del silfio en torno al año I después de Cristo. Actualmente solo tenemos imágenes representativas de esta precursora de la píldora “del día después” a través de su grabado en las monedas antiguas y de la descripción que de ella hizo el antiguo y conocido historiador Plinio El Viejo.
A lo largo de la historia los descubrimientos arqueológicos han sorprendido a pequeños y mayores. Tumbas olvidadas, antiguos instrumentos musicales, asesinatos sin resolver, modas y técnicas de costura, costumbres sociales?o, como en este caso, remedios medicinales ancestrales, medicinas algo mágicas que ayudaban a la mujer de aquel entonces a no caer en la tentación de clonar sus genes en futuras generaciones.
Imagen:«Arkesilas Cup Cdm Paris DeRidder189 n2» por © Marie-Lan Nguyen / Wikimedia Commons. Disponible bajo la licencia CC BY 2.5 vía Wikimedia Commons