Érase un hombre a una nariz pegado… Cuando Quevedo escribió la famosa frase de su soneto satírico ridiculizando el atributo nasal de Góngora por su excesivo tamaño no sabía que esta parte de nuestra anatomía dice muchas más cosas de nuestra salud y estado de ánimo de lo que pensamos.
La nariz es un órgano vital con el que hacemos una de las cosas absolutamente necesarias para sobrevivir: Respirar. A través de ésta introducimos en nuestro organismo miles de agentes químicos y microorganismos que deben ser filtrados para que no lleguen a nuestros pulmones. Por eso su correcto funcionamiento es vital para nuestra supervivencia y a través de ella podemos deducir muchas cosas del estado de nuestro organismo y de nuestro estado de ánimo.
Fíjate en la mucosa y en la mucosidad que desprende tu nariz
La mucosa de la nariz es la parte interna de la misma y su aspecto dice mucho de nuestra salud. Una mucosa sana tiene una apariencia rosada y húmeda. Cuando se sufren alergias que afectan a la nariz como la rinitis alérgica causada por la alergia al polen o a los ácaros del polvo, el aspecto de la mucosa se vuelve blanquecino, azulado y con un aumento del grosor.
La mucosidad, por su lado, también dice mucho de como nos encontramos. Una persona con buena salud tiene una mucosidad escasa, transparente o blanca. Si el moco se vuelve espeso y adquiere un color amarillo o verdoso es síntoma de infección vírica. Las personas con problemas alérgicos de las vías altas presentan una mucosidad abundante y líquida, con la sensación constante de lagrimeo y moco excesivo.
Falta de olfato, signo de enfermedad
Cuando, sin motivo aparente, perdemos olfato y no existen patologías previas propias de las vías respiratorias altas, podríamos estar ante un síntoma de enfermedades neurodegenerativas tales como el Alzheimer y el Parkinson. La malnutrición y algunos problemas de riñón también se asocian a la falta de olfato.
Nariz fría o caliente, termómetro de tu estado de ánimo
La temperatura nasal puede varias por múltiples motivos como es la ingesta de alcohol, fumar, la edad, el peso corporal o bien si se es mujer o hombre ya que las mujeres suelen tenerla más fría debido a temas hormonales. La temperatura ambiente y los cambios bruscos de temperatura también juegan, sin duda, un papel importante.
Pero, además de todos estos factores, el estado emocional también puede modificar su temperatura. Así pues, la narices más calientes suelen denotar alegría y felicidad y las frías lo contrario, tristeza o ansiedad. Incluso la mentira puede hacer descender la temperatura nasal, todo ello según un estudio del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada.
Al parecer, las emociones negativas reaccionan de la misma manera en la nariz que los olores desagradables, ésta tiende a cerrarse por vasoconstricción, lo cual provoca un enfriamiento de la misma. Además, todo ello está cargado de un alto componente subjetivo, ya que el mismo olor no tiene porqué resultar desagradable para todo el mundo, al igual que las emociones.
¿Qué te parece el hallazgo? ¿Estás de acuerdo?
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