Las personas con diabetes tipo 2 podrían tener mayor riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado, según un estudio publicado en la revista BMC Medicine. en mayo de 2019 que incluyó 82 a millones de adultos residentes en Europa, realizada por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad de Glasgow, ambas en el Reino Unido.
El propósito de la investigación fue estimar el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado en personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico o de esteatohepatitis.
El hígado graso no alcohólico ( esteatosis) es una causa importante de enfermedad hepática en todo el mundo. Su prevalencia global ha aumentado del 15% al 25% en la década anterior a 2010 y es paralela al aumento de la obesidad y la diabetes tipo 2 .
Para muchas personas con hígado graso no alcohólico, la condición hace poco daño. Sin embargo, un parte de ellos desarrollarán la forma mucho más agresiva conocida como esteatohepatitis, un condición que daña el hígado y puede provocar cáncer.
Diagnóstico precoz
Debido a que las personas que tienen hígado graso no alcohólico o tienen esteatohepatitis corren el riesgo de que las condiciones sean potencialmente mortales, es fundamental apostar por un diagnóstico precoz. De esa manera, aumentan las posibilidades de poder obtener un tratamiento eficaz.
Sin embargo, los investigadores sugieren que es posible que los médicos no detecten la enfermedad del hígado graso no alcohólico con la suficiente antelación.
Diabetes, potente predictor de enfermedad hepática
El análisis mostró que las personas con un diagnóstico hígado graso no alcohólico o de esteatohepatitis eran más propensas a tener presión arterial alta, obesidad y diabetes tipo 2 que los del grupo de control.
Durante un período mediano de seguimiento de 3,3 años, el equipo observó qué individuos desarrollaron cirrosis hepática y cáncer de hígado.
El análisis reveló que, en comparación con el grupo de control, el riesgo de recibir más tarde un diagnóstico de cirrosis fue 4,73 veces mayor en aquellos que tenían hígado graso no alcohólico o padecían esteatohepatitis. Para el diagnóstico de cáncer de hígado, el riesgo fue 3.51 veces mayor.
Además, parece que el predictor independiente más fuerte de un diagnóstico de cirrosis o cáncer de hígado tenía un diagnóstico de diabetes tipo 2 al inicio del estudio.
El análisis también mostró que las personas con hígado graso no alcohólico o con esteatohepatitis parecían estar recibiendo diagnósticos de afecciones hepáticas más graves y potencialmente mortales en unos pocos años.
Los investigadores señalan que esta escala de tiempo no refleja el tiempo más prolongado que tarda el hígado graso no alcohólico o elesteatohepatitis en progresar hacia una enfermedad hepática avanzada.
Esto sugeriría, al menos en Europa, que para cuando algunas personas reciban un diagnóstico de hígado graso no alcohólico o de esteatohepatitis el hígado podría estar en una etapa avanzada de la enfermedad.
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