En este artículo una vez más quiero hacer énfasis en que la salud de nuestro cuerpo depende de cada una de las personas, la alimentación y como se vive el día a día. La suma de malos hábitos, consumir pocos o ningún alimento de origen vegetal, y la falta de ejercicios van sumando cada vez una gota y cuando se rebosa el vaso puede desencadenar diferentes padecimientos.
Quisiera retomar la información que compartí sobre el hígado graso. Ana Paula es una nueva seguidora. Ella no conocía la importancia de tener una alimentación saludable. Para ella los productos que vendían en los supermercados debían ser saludables y más si los empaques aseguraban tener vitaminas y minerales. Consideraba que era una pérdida de tiempo comer ensaladas, frutas o acompañar sus comidas con verduras. Su solución para tener una vida saludable era tomar los medicamentos que le indicaban cuando enfermaba.
A Ana Paula le diagnosticaron obesidad e hígado graso y su médico le indico que en esta ocasión no le recetaría ningún medicamento, que para tomar cartas en el asunto debía comenzar con un nuevo régimen alimenticio. Este régimen debía aportarle todos los nutrientes que ella requería para tener una alimentación saludable. Su mejor amiga le aconsejo que me contactara para ayudarle a iniciarse con estos nuevos hábitos de alimentación.
Quisiera compartir toda la información que otorgué a Ana Paula luego de que me escribiera.
La importancia del hígado
No es posible tener un cuerpo sano sin un hígado sano, esto demuestra la importancia de este órgano, el cual es considerado uno de los más grandes del cuerpo humano. El hígado cumple con varias funciones vitales, entre ellas:
Descomponer la grasa
Metabolizar los carbohidratos y las proteínas
Filtrar la sangre para eliminar toxinas
Producir y excretar la bilis
Almacenar vitaminas y minerales
Hay estudios que demuestran que el hígado efectúa más de quinientas tareas en el cuerpo humano.
Además de esto, es el único órgano que tiene la posibilidad de regenerarse. Puede regenerar y crecer a su tamaño completo así solo esté en funcionamiento el 25% de su tejido. Ante esto hay estudios que demuestran cómo los tejidos del hígado fueron capaces de regenerarse después de que fueran extirpados dos tercios del órgano. Sin embargo el proceso de regeneración se puede ver lesionado si el paciente está afectado por los siguientes factores:
Diabetes
Resistencia a la insulina
Noradrenalina
Interleucina-6
Factor de crecimiento epidérmico
Factor de crecimiento de hepatocitos
Hígado graso, un problema mundial
El hígado graso no alcohólico también es llamado como NAFLD gracias a sus siglas en inglés. En la actualidad esta enfermedad se ha convertido en un problema mundial. En occidente se ha convertido en la enfermedad hepática crónica más común. Además, progresivamente puede desencadenar otros padecimientos como fibrosis hepática cirrosis o cáncer. Así mismo el padecimiento de hígado graso incrementa de manera alarmante debido al aumento de pacientes obesos y diabéticos.
Las cifras lo demuestran. En el año 2016, 1.900 millones de adultos presentaron sobrepeso y 650 millones padecían de obesidad. Además de eso, la enfermedad del hígado graso se relaciona con la resistencia a la insulina y la dislipidemia. Por otro lado al ser una afección multifactorial, se incrementa la tasa de complicaciones y muerte, debido a trastornos hepáticos y la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares.
Definición y síntomas de hígado graso
Cuando nos referimos a la enfermedad del hígado graso no alcohólico la misma consiste en un padecimiento en el cual se acumula grasa en el hígado. Dicha enfermedad puede ocasionar esteatohepatitis en donde además de acumulación de grasa hay lesión e inflamación de las células hepáticas.
Generalmente quienes padecen de hígado graso presentan pocos o ningún tipo de síntomas. Sin embargo, lo grave de dicha situación es que aunque la enfermedad pueda mantenerse asintomática durante años, el hecho de no tratarse a tiempo, permite que el padecimiento pueda avanzar a cirrosis o cáncer. Quienes presentan síntomas pueden experimentar:
Fatiga
Cansancio
Diarrea
Vómitos
Pérdida de apetito
Dolor abdominal, específicamente en la región derecha del abdomen y la boca del estómago
Para diagnosticar la enfermedad, los médicos deberán analizar la historia médica de cada paciente, sobre todo prestando atención sobre los padecimientos que puedan presentar como resistencia a la insulina, diabetes u obesidad. Posteriormente es necesario efectuar un análisis de sangre, de esta forma es posible evaluar la función hepática, además de algunas pruebas capaces de evaluar el nivel de las enzimas hepáticas. Así mismo existen otra serie de procedimientos para descartar el hígado graso no alcohólico, esto incluye ultrasonidos, tomografías y resonancia magnética.
Está demostrado que frente a esta enfermedad, el tratamiento más eficaz es optar por adquirir un estilo de vida saludable. Para reducir el nivel de grasa que se encuentra acumulada en el hígado es indispensable perder peso, esto se logra adquiriendo una alimentación saludable y ejercitándose.
Alimentación y Nutrición
En este orden de ideas está demostrado que los pacientes con hígado graso no alcohólico tienen un patrón alimenticio alto en consumo de grasas saturadas y colesterol, así como una disminuida ingestión de fibras, vitaminas y antioxidantes. Por ello, las intervenciones no farmacológicas para tratar el hígado graso son los primeros enfoques clínicos. Los mismos se apuntan en corregir el estilo de vida poco saludable.
Ante esto se recomienda disminuir el consumo de carbohidratos y la ingesta de grasas. Por otro lado es indispensable aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal. En términos generales, ingerir este tipo de alimentos está relacionado con la salud del hígado debido a que promueven la circulación enterohepática y la desintoxicación hepática.
Los alimentos hepatoprotectores contienen sustancias con actividades antioxidantes, estos nutrientes son tan esenciales como las vitaminas, minerales y oligoelementos. Además de eso, los antioxidantes de origen vegetal tienen efectos preventivos y terapéuticos en diversas enfermedades hepáticas, incluida la hepatopatía alcohólica, no alcohólica, fibroproliferativa, la hepatitis viral y el cáncer de hígado.
Así mismo, los vegetales crucíferos, frutas cítricas, aceites de semillas de alcaravea y allium son quimiopreventivos para el cáncer de hígado. Por otra parte es importante evitar los alimentos vegetales fumigados, a la parrilla, contaminados con pesticidas o podridos.
Alimentos que protegen el hígado
Reducir el consumo de calorías ayuda a perder peso y del mismo modo existen alimentos que protegen el hígado. Entre estps podemos mencionar:
Café
El consumo de café se relaciona con la disminución en la cantidad de enzimas hepáticas anormales. También hay estudios que demuestran que los consumidores frecuentes de café sufren un menor daño hepático y se disminuye en ellos el riesgo de padecer enfermedades hepáticas.
Vegetales verdes
Consumir brócoli previene la acumulación de grasa. Esto es gracias a uno de sus componentes, el suforafano, el cual no solo contrarresta el desarrollo de esta enfermedad sino que tiene un efecto natural quimiopreventivo.
Avena
El consumo de carbohidratos proporciona energía al cuerpo, al disminuir su ingesta es necesario ingerir otros alimentos que le otorguen fuerza al organismo. La avena es uno de ellos gracias a su contenido de fibra, permitiendo así un peso saludable y vitalidad.
Nueces
Este fruto seco es rico en omega-3. Su consumo se relaciona con una disminución de los ácidos inflamatorios que se encuentran en sangre y la grasa almacenada en el hígado.
Aguacate
Al igual que la nuez, el aguacate es rico en grasas saludables. En esto las investigaciones sugieren que sus sustancias retardan el daño hepático. Además de ellos son ricas en fibra, lo que a su vez ayuda a controlar el peso.
Aceite de oliva
Este aceite es rico en omega-3. Además es el reemplazo más saludable para dejar de lado la margarina, manteca vegetal o mantequilla. Su consumo también disminuye los niveles de enzimas hepáticas, consiguiendo así beneficios para el hígado y la perdida de peso.
Té verde
Este té interfiere en la absorción de grasa y disminuye el colesterol, ayudando así a reducir el almacenamiento de grasa en el hígado y mejorando su función.
¿Cuáles alimentos deben evitarse?
Como ya comentamos anteriormente es importante adoptar una dieta de protección hepática, cuyo objetivo sea cuidar y limpiar el hígado. Por ello se deben evitar los siguientes alimentos:
Bebidas alcohólicas
Azúcar
Salsas
Alimentos fritos
Carnes grasas
Carnes rojas
Mantequillas
Aceites
Tocineta
Comidas congeladas
Comidas rápidas
Gaseosas
Snacks en bolsas
Entre otros
¿Cómo desintoxicar el hígado?
El consumo excesivo de grasas saturadas hace que una persona supere entre un 30 y un 50% sus necesidades diarias nutricionales. Esto trae consigo algunos síntomas como caída del cabello, debilidad, fatiga y disminución de energía. Ocasionando que el hígado se resienta, lo que básicamente demuestra que el primer síntoma para desintoxicarlo es retomar una alimentación nutricional habitual.
Así mismo, en otras ocasiones hemos hablado sobre la desintoxicación de nuestro organismo a través de la dieta Detox. Tal y como lo indica el diccionario de Oxford: “la desintoxicación es un proceso en el cual una persona se abstiene o elimina de su cuerpo sustancias tóxicas o poco saludables”.
Esto solamente se logra con el consumo de ingredientes orgánicos como frutas, cereales y verduras. Su consumo se recomienda para eliminar toxinas, limpiar el organismo, absorber vitaminas y sustancias antioxidantes.
Ante esto, se recomienda tomar en cuenta las siguientes indicaciones:
Consumir dos porciones de fruta al día. Una en la mañana y otra en horas de la tarde.
Consumir las verduras con poca sal.
Acompañar las ensaladas con aceite de oliva.
Agregar cereales integrales a la dieta.
Tomar al menos dos litros de agua al día.
Realizar ejercicios físicos todos los días.
Dormir las horas necesarias.
Jugos naturales para limpiar el hígado graso
Para continuar con el proceso de desintoxicación de nuestro hígado, además de cuidarnos con un buen régimen alimenticio y de ejercicios, podemos ayudarnos con el consumo de algunos jugos naturales como:
1. Jugo de cúrcuma
Estudios demuestran que la cúrcuma es un potencial tratamiento para la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Su consumo evita la progresión de la esteatohepatitis y disminuye las complicaciones en estos pacientes. Los pacientes analizados luego de consumir durante ochos semanas la curcumina, el cual es el principio activo de la cúrcuma. Demostraron una reducción del 78,9% del contenido graso del hígado. Del mismo modo disminuyeron su índice de masa corporal y niveles de colesterol, triglicéridos y glucemia.
La cúrcuma es rica en hierro, calcio y magnesio. Además tiene propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, bactericidas y antioxidantes. Tambien es utilizado como un remedio para limpiar los riñones, acelerar el metabolismo, controlar el peso, tratar la artritis y psoriasis.
Ingredientes
Una raíz de cúrcuma fresca
Dos limones
Miel
Un litro de agua
125 gr de tamarindos
¿Cómo lo realizo?
Pelar y limpiar la raíz de cúrcuma
Hervir la cúrcuma hasta que el agua se torne amarillenta
Aparte, colocar en un recipiente pequeño, aproximadamente dos centímetros de agua, agregarle el tamarindo y mezclar hasta que se funda y suavice la textura. Luego dejar que la mezcla se enfrié.
Colocar en una licuadora el agua de cúrcuma y la raíz
Colar el tamarindo.
Exprimir los dos limones sobre la mezcla
Agregar miel al gusto
Beber todos los días
La mezcla no debe durar más de cuatro días en refrigeración
2. Jugo de granada
La granada también disminuye los factores de riesgo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Los datos obtenidos indican que su consumo regular previene la enfermedad incluso si el paciente sufre de obesidad, colesterol alto o si tiene una dieta alta en grasas y azucares.
La granada es un alimento rico en: Vitaminas C, B2, B9, potasio, hierro, zinc, cobre, magnesio y calcio. Así mismo tiene una gran cantidad de antioxidantes y fibra.
Ingredientes
Una granada
Una taza de agua
Miel
¿Cómo lo realizo?
Abrir la granada y sumergirla en agua
Retirar las semillas
Licuar hasta obtener una consistencia homogénea
Colar sin dejar pasar ningún los grumos
Agregar agua y miel al gusto
Tomar una taza todos los días
3. Jugo de limón
Como bien se sabe el limón tiene múltiples propiedades para la salud de nuestro cuerpo. Es un antiséptico natural, es utilizado para tratar infecciones, es un aliado del sistema digestivo, diurético, disminuye la fiebre, purifica la sangre, contrarresta los efectos de los radicales libres, y además de todo esto ayuda a depurar el hígado.
Cuando nos referimos a su valor nutricional, el limón es rico en vitamina C, aporta más del 20% de lo que debemos consumir de esta vitamina en un día. También es rico en calcio, magnesio, fibra y potasio.
Ingredientes
Un limón
Dos manzanas
Una taza de agua
Miel
¿Cómo lo realizo?
Lavar y cortar cada frutas en cuatro trozos
Añadirlas en la licuadora
Licuar hasta obtener un zumo
Agregar agua al gusto
Endulzar con unas cucharadas de miel
Se pueden consumir dos tazas al día
4. Jugo de betabel
El betabel es más que un simple vegetal. Su color purpura concentra vitamina A, B y C, minerales y antioxidantes. Así mismo es rico en calcio, hierro, magnesio, fosforo, sodio, zinc y cobre. Ante todos sus beneficios, es utilizada para eliminar grasas y activar el metabolismo, cuidar el corazón, depurar la sangre, y disminuir la tensión arterial.
Este vegetal también es un aliado para la salud de nuestro hígado. Consumirlo ayuda al cuerpo a deshacerse de sus toxinas. También ayuda a adelgazar la bilis, permitiendo así que mejore el funcionamiento del hígado.
Ingredientes
Un vaso de agua
Remolacha (una)
Zanahoria (una)
Manzana (una)
¿Cómo lo realizo?
Lavar muy bien todos los ingredientes
Cortar en pequeños trozos
Agregar en la licuadora hasta obtener un jugo homogéneo
Vertir la mezcla en un vaso de agua para diluir
Ingeror media hora antes del almuerzo
Consumir por al menos una semana
Concluyendo
Una vez más he sido testigo de que falta sembrar conciencia entre nuestros familiares y amigos, para que la sociedad entienda como lo que consumimos nos afecta y que no son necesarios el uso de químicos o medicamentos para mantenernos saludables. En cualquier supermercado ecológico o en nuestros jardines tenemos los alimentos para tratar nuestros padecimientos.
Ana Paula me escribió dos meses después de iniciar su desintoxicación con el jugo de cúrcuma y una rutina de ejercicios. En ese tiempo perdió más de 10 kilos y sus médicos le aseguraron que su hígado había perdido más del 70% de la grasa que lo enfermaba. Se encontraba entusiasmada con sus resultados y me agradecía por acompañarla en el inicio de una alimentación sana. Me aseguro que era el cambio que realmente necesitaba para recuperar su figura y dejar de sentirse siempre cansada y sin ánimos.
Es momento de no solo ayudarnos a nosotros, sino de compartir esta información con nuestros allegados y así aportar nuestro granito de arena para que la sociedad tome consciencia de que la salud está en sus manos, y es algo que la mayoría aún desconoce.
“El mayor regalo que le puedes dar a tu familia y al mundo es un tú saludable.”
Joyce Meyer
Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.
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Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30949432
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27717115
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4499388/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4621466/
https://www.webmd.com/digestive-disorders/liver-detox#1
https://www.researchgate.net/publication/303868861_Treatment_of_Non-alcoholic_Fatty_Liver_Disease_with_Curcumin_A_Randomized_Placebo-controlled_Trial_Curcumin_Supplementation_for_NAFLD
https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-higado/esteatohepatitis-no-alcoholica
https://www.health.qld.gov.au/__data/assets/pdf_file/0030/835635/gastro-nafld.pdf