¿Me acompañas?
Los tratamientos contra el cáncer, como cirugía, radioterapia y quimioterapia, van encaminados a destruir las células cancerosas, pero en este proceso es inevitable que se dañen algunas células sanas y esto causa una serie de efectos secundarios que pueden afectar a la alimentación del enfermo como, por ejemplo, falta de apetito, náuseas, vómitos, sequedad de boca, úlceras bucales, cambios en el sabor y olor de los alimentos,... Para cada intentar disminuir el efecto de estos problemas sobre la alimentación podemos repasar algunos consejos que nos ofrece la web de la Clínica Universitaria de Navarra y el National Cancer Institute de Estados Unidos:
Si tienes falta de apetito:
Haz comidas frecuentes pero de poca cantidad.
Toma alimentos con alta densidad calórica y poco volumen; en cambio no pierdas el poco apetito que tengas con alimentos que te aporten pocas calorías y pocos nutrientes
Evita los alimentos con mucha grasa
Evita beber agua o líquidos que no te aporten nutrientes durante las comidas para no llenar el estómago. Si necesitas líquido toma zumos, batidos o preparados nutritivos que te haya pautado el médico.
Come en los momentos en que te sientas mejor física y psíquicamente, en un ambiente relajado y agradable.
Un tentempié antes de dormir aumentará las calorías consumidas durante el día y no te restará apetito para la próxima comida, por lo que es aconsejable.
Cuando te sea imposible comer sólido, toma alimentos líquidos nutritivos (caldo, zumos, batidos,...)
Si notas alteraciones en el gusto o el olfato:
Evita los alimentos de olores fuertes como el café, los mariscos,la coliflor o las coles, el ajo,...
Hay que cocinar sin intensificar los sabores, tendiendo a los sabores neutros
Es mejor que el enfermo no sea el encargado de cocinar ni esté oliendo los alimentos mientras se preparan
Se suelen tolerar mejor los alimentos y bebidas ácidos
Se aprecian menos los olores y sabores de los alimentos si se consumen fríos
A veces el problema es que se notan sabores metálicos al comer y en esos casos es mejor utilizar cubiertos de plástico
Si nos molesta el olor o sabor de una bebida y es necesario que la consumamos, podemos tomarla con pajita o cañita y en un recipiente con tapa.
Si sientes náuseas:
Suelen sentar mejor los alimentos secos como pan o galletas, sobre todo a primeras horas del día. Puedes tenerlos en la mesilla de noche y si te despiertas con náuseas tómalos despacio antes de levantarte.
No se recomienda beber durante las comidas y, de nuevo, estas deben ser frecuentes pero poco copiosas. Durante el día sí que hay que beber, pero a pequeños sorbos.
Elige siempre los alimentos que te apetezcan en ese momento y con la consistencia que toleres mejor (líquida, semilíquida o sólida). No se aconseja tomar siempre los alimentos preferidos cuando se tienen náuseas, pues acabaremos relacionándolos con la enfermedad.
No dejes pasar muchas horas sin comer; aunque no tengas apetito, es mejor tomar una galleta o un poco de pan tostado porque las náuseas suelen empeorar con el estómago vacío.
De nuevo, evita los olores fuertes y estar presente mientras se cocinan los alimentos.
Las comidas no deben estar ni muy calientes ni muy frías; deja siempre que se templen.
En cuanto a qué comer antes del tratamiento, depende mucho de cada persona; algunos prefieren recibirlo con el estómago vacío (2-3 horas de ayuno) y en cambio otros lo toleran mejor si comen algo antes del tratamiento.
Descansa después de las comidas pero sentado, no acostado.
Si tienes vómitos:
Mientras tengas vómitos no comas ni bebas nada, Una vez cesen, comienza con pequeños sorbos de zumos ligeros como de manzana o de uva, refrescos como Sprite o 7up tras quitarles el gas o bebidas isotónicas.
Cuando ya se toleran las bebidas se puede pasar a una dieta blanda hasta ir introduciendo poco a poco alimentos sólidos, que se consumirán lentamente y masticando bien.
Como ya es habitual, una vez se reanude la alimentación normal, se recomiendan comidas frecuentes pero poco copiosas. Suelen caer bien al estómago el arroz blanco, las patatas y la pasta hervida sin salsas, pollo, pavo o pescado blanco, verduras bastante cocidas, pan galletas saladas, helados, yogur natural,... cada paciente es el que mejor nos podrá decir lo que le apetece en estos momentos.
No tomes ninguna medicación ni producto de herbolario o parafarmacia para náuseas o vómitos sin consultar antes con tu médico.
Recuerda que no todos los enfermos de cáncer van a tener problemas relacionados con la alimentación pero lo que sí es verdad es que, para todos ellos, va a ser esencial una nutrición completa y adaptada al proceso en la que aumentemos el número de calorías y la proporción de proteínas en la dieta. Esto nos ayudará a tolerar mejor el tratamiento y a alcanzar los mejores resultados, como también nos ayudará mucho apoyarnos en nuestros seres queridos, "dejarnos querer" y hacer todo lo posible por encontrar y disfrutar de aquellas pequeñas cosas que nos hagan sentir mejor, como pueden ser un masaje relajante, un tratamiento facial o una sesión de fisioterapia. En Tenerife tenemos la suerte de contar con Ceocan, un espacio en el centro de Santa Cruz donde excelentes profesionales lo ponen todo de su parte para que el paso por este duro trance sea lo más llevadero posible. ¡Acércate a conocerlos!
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