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La intolerancia a un cosmético puede manifestarse de múltiples formas, en ocasiones con picor o ardor y, lo más frecuente, con lesiones cutáneas que van desde un eczema irritativo a una alergia, aunque se puede manifestar con lesiones de urticaria, alteraciones de la coloración, etc… Cualquiera de los componentes de un cosmético puede originar intolerancia, pero los más frecuentes son los conservantes y las fragancias.
Todos los cosméticos, incluso los naturales, necesitan conservantes, por lo que podrán originar los mismos problemas que el resto de cosméticos, sólo dependerá del tipo de conservantes y concentración que lleven. Pero el problema de la intolerancia a los cosméticos es que no indican su composición, y en muchos casos no llevan ni etiqueta: en este caso no podemos fiarnos, pues no resultan tan inocuos como los pintan.
Los parabenos han tenido y tienen mala fama de iniciar la intolerancia a los cosméticos, al utilizarse en grandes concentraciones y ser usados, antes que a nivel cosmético, a nivel médico, en enfermos con la piel alterada por úlceras. En los últimos años la existencia de sensibilización a ellos por su presencia en cosméticos es prácticamente nula, mientras que los casos de sensibilidad a otros conservantes actualmente usados ( Kathon Cg, Fenoxietanol) se ven a diario.
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Por otra parte, la mayoría de los cosméticos tiene fragancias en concentraciones muy bajas, desde el año 2003 existe una lista de 26 fragancias de declaración obligatoria proporcionada por STAMPA (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética). Con todo, las fragancias pueden dar lugar a dermatitis alérgicas de contacto. Por todo ello, es aconsejable en personas con piel sensible utilizar cosméticos sin perfume. Además, algunos de ellos pueden ser fotosensibles y manchar la piel. Ocurre preferentemente con el aceite esencial de bergamota, que puede ser causa de la dermatitis de Berloque (caracterizada por hiperpigmentaciones y otras lesiones cutáneas). Además de utilizarse como fragancia es utilizado en cosmética como antiséptico, cicatrizante, antiacné, etc.
Para evitar todos estos problemas, lo ideal es comprar los cosméticos en un lugar de confianza, como la farmacia. Hay que fijarse especialmente en la casa o laboratorio que lo produce y tener clara su composición (que debe aparecer mediante etiqueta).
¿Alguna vez has sufrido alguna reacción a cosméticos?