Revolucionando el tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas
con hierro intravenoso
-Una solución eficaz para más del 60% de los afectados-
El Síndrome de Piernas Inquietas (también llamada Enfermedad de Willis-Ekbom), es un trastorno neurológico que cursa habitualmente de manera crónica y que consiste en una necesidad imperiosa e irresistible de mover las piernas por la noche, que en ocasiones se acompaña de sensaciones molestas como hormigueo y dolor. Como su condición de cronicidad lo indica, suele acompañar a los pacientes de por vida y tiene un predominio genético importante.
La gran mayoría de las personas afectadas no es diagnosticada por sus médicos y como consecuencia no recibe tratamiento adecuado. El Síndrome de Piernas Inquietas es un trastorno frecuente y se estima que lo padece aproximadamente el 3% de la población adulta.
Aunque desconocemos algunos de los mecanismos que la causan, existe un alto grado de evidencia científica sobre el hecho de que el déficit de hierro cerebral juega un papel central. Normalmente, el hierro lo adquirimos a través de la dieta, y aproximadamente un 90% de lo ingerido es eliminado por vía gastrointestinal. De lo absorbido en el intestino, la mayor parte es utilizado para los diversos depósitos que existen en el organismo. A su vez, el depósito que requiere de mayor cantidad de hierro es la médula ósea, que es la encargada de generar glóbulos rojos. Si bien en condiciones normales, solamente un 1% del hierro absorbido alcanza los depósitos cerebrales, en situaciones de déficit de hierro esta cifra es aún menor. Debido a esto, cualquier pérdida de sanguínea, cualquiera sea su naturaleza, trae como consecuencia que la captación de hierro cerebral sea vea disminuida.
Gracias a las diversas investigaciones realizadas en este campo, basado en estudios de biopsia cerebral post-mortem y técnicas de neuroimagen sabemos bien que, en un altísimo porcentaje los pacientes con SPI poseen reservas de hierro cerebral inferior al requerido. A su vez, si replicamos esta información en modelos de ratón con falta de hierro cerebral, obtendremos sintomatología similar al síndrome de piernas inquietas.
A modo de tratamiento, se podría pensar que la administración de hierro por vía oral fuese efectiva, pero en realidad, la absorción de hierro por esta vía es escasa, por lo cual la mejoría de los síntomas no es factible. Y es que, cuando los niveles de ferritina en sangre son superiores a 75-100 mcg/L, el hierro que aportamos como complemento a la dieta deja de ser absorbido en el intestino. Cabe destacar , que la administración de hierro vía oral, presenta algunos efectos secundarios de tipo gastrointestinal.
¿Cómo solucionar este problema?
“Si administramos el hierro por vía intravenosa, contrarrestamos el principal obstáculo de la absorción de hierro en el intestino”.
Si bien este es un tratamiento que se ha usado en la medicina, el foco de pacientes al cual ha estado orientado es distinto al tratamiento del síndrome de piernas inquietas. Pues bien, diversos estudios han mostrado que el tratamiento con hierro intravenoso puede producir una remisión completa de los síntomas en aproximadamente el 30% de los pacientes. Además, otro 30% mejora parcialmente. Por último, un 40% permanece igual. Esto significa que podemos eliminar completamente o al menos reducir sustancialmente la medicación en el 60% de los pacientes.
Si todo esto lo combinamos con técnicas de eco-doppler transcraneal (una técnica no invasiva que se realiza en la clínica con facilidad), podemos elevar las probabilidades de éxito hasta un 70%.
En el Instituto Europeo del Sueño, trabajamos en base a las últimas evidencias en cuanto a diagnóstico y tratamiento de nuestros usuarios, es por ello que estamos aplicando estas técnicas con notables resultados, y creemos que revolucionarán la forma en que hasta la fecha, se ha abordado esta enfermedad.