Se coloca desde la primera sesión antes de la misma, con el gorro, los vasos sanguíneos no suben de temperatura, disminuyendo el daño que en ellos produce la quimioterapia e impidiendo que el pelo se caiga. Se utiliza para casos de tumores sólidos y no líquidos (leucemias y linfomas), siendo válido tanto para hombres como para mujeres, con excepción de los niños ya que éstos, la mayor parte de los cánceres que padecen suelen ser líquidos.
El uso de estos cascos para mantener el cabello puede ayudar mucho a la autoestima de la persona y a llevar con mucho más ánimo la enfermedad, eso hace que el paciente tenga más fuerza para sobrellevarla y mucho más ánimo de superarla al no sentirse “diferente”, al no ser punto de conversación, observado ni juzgado, porque además, en la mayoría de los casos también es efectivo sobre cejas y pestañas. No tiene apenas efectos secundarios ni afecta para nada a la calidad de vida del paciente, aunque al principio es un poco molesto por la presión y sensación fría (que no doloroso y totalmente soportable), con el gorro puesto se puede leer, comer, beber, ir al baño, incluso escuchar música o dormir.
En el Hospital público de Ourense ya se ha demostrado en 22 personas que es efectivo, y aunque no entra en la Seguridad Social, sale más barato que una peluca natural.
Una vez terminado el tratamiento, sería conveniente seguir unos consejos de mantenimiento: usar champús suaves, no cepillar de forma brusca o usar lo menos posible el secador.
Mis felicitaciones para los creadores de éste sistema, enhorabuena! un gran trabajo!
Otras fuentes:
Antena3.com
elnuevoherald.com