A veces parece fácil, pero cuando queremos medirnos la temperatura para saber si tenemos fiebre o no muchas veces empezamos a dudar. ¿Será debajo de la axila? ¿Habrá que poner el termómetro en la boca? ¿Cuál es la temperatura que indica que tengo fiebre?…
Medir adecuadamente la fiebre y a interpretar los datos de temperatura
La fiebre es uno de los mecanismos que el cuerpo pone en marcha para hacer que la destrucción de los virus y las bacterias que nos atacan se den de forma más rápida. Las altas temperaturas son perjudiciales para los microbios, pero también es cierto que nos causan malestar general.
En los seres humanos, la temperatura que se considera normal puede variar en el intervalo entre 36,5 y 37,5 ° C.
Hay fiebres y fiebres…
Primero de todo debemos recordar que la fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. Es decir, que la necesitamos para que nos ayude a matar las bacterias y virus que han entrado en nuestro cuerpo para hacernos daño. Por eso lo mejor es no intervenir durante una enfermedad infecciosa, especialmente cuando no exceda de 38 °C. Si hacemos que esta temperatura baje, estaremos impidiendo que nos ayude a matar las bacterias infecciosas.
Precisamente por esta razón, hasta tales niveles de temperatura se trata de fiebre de bajo grado. Luego, cuando el intervalo va de 38,1 y 38,5 hablamos de fiebre leve.
En casos de temperaturas que no superen los 39 grados se tratará de fiebre moderada.
Y si ya está más alta de 39 es cuando hay fiebre alta.
Más allá de esta temperatura y hasta 41 ° C, se considera hiperpirexia y debe ser controlada, y mayor que 41 °C es muy alta (hiperpirexia extrema). En estos casos sí se debe tratar de bajar.
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No hay que olvidar que cada persona tiene variaciones diarias de temperatura de medio grado, más o menos. Y que la temperatura también puede aumentar por otros factores como haber hecho ejercicio, por la dieta e incluso por la temperatura exterior.
Además, hay que tener presente que la temperatura es más alta en los niños que en los adultos.
¿Cómo se mide la temperatura corporal?
Termómetro Multifunción
Los médicos, especialmente los pediatras, sugieren utilizar antipiréticos cuando la temperatura supere los 38,5 ° C. Por eso es esencial aprender a medir con precisión la temperatura y, sobre todo, saber distinguir entre la temperatura interna y la externa, dependiendo del método que se utiliza para medirlo.
La temperatura interna, por lo general, es medio grado mayor que la externa. ¿Qué quiere decir eso?
Pues que si estamos tomando la medida en la axila o en la zona inguinal podemos empezar a hablar de fiebre cuando la temperatura supere los 37 grados. Pero si tomamos la medida por vía rectal u oral empezará a haber fiebre a partir de los 37,5.
Mercurio fuera del mercado
Aunque aún a día de hoy siga habiendo amantes de los termómetros de mercurio hay que recordar que son muy tóxicos, tanto que la Unión Europea decidió prohibir su uso. Tóxicos si se rompe el termómetro y entramos en contacto con el mercurio en sí, pero no pasaba nada por usarlo mientras estuviera dentro del termómetro. De todas formas, debido a la toxicidad de este metal, se retiró del mercado y ahora existen otros modelos de última generación como los digitales, los de galinstan o los que usan infrarrojo (para usar en la oreja o en la frente).
¿Qué tienen cada uno de estos aparatos?
Termómetro chupete
Digital. Es difícil que se rompa, es resistente al agua y hace la lectura muy rápido. La temperatura se visualiza en la pantalla en menos de dos minutos. Pueden ser utilizados por vía axilar, inguinal, oral o rectal, si está equipado con una sonda flexible.
Galinstan. Se asemejan al termómetro de mercurio, pero contienen una aleación de galio, indio y estaño. La medición es muy precisa y exacta y se puede detectar en tres minutos por vía axilar, inguinal oral y rectal.
Infrarrojos. El secreto radica en un sensor especial que mide el calor irradiado por el cuerpo en forma de rayos infrarrojos. El modelo auricular tiene forma de cono y se debe insertar en el conducto auditivo externo. La temperatura se considera normal cuando oscila entre 36 y 38 ° C. El de la frente (sin entrar en contacto con la frente, sólo acercándolo a la zona), detecta la temperatura de la parte frontal de la cabeza a unos centímetros de distancia gracias a un puntero óptico. Ambos modelos son especialmente adecuados para los niños.
¿Dónde se mide la temperatura?
La medida ideal para los bebés es por vía rectal. Es la vía más fiable, precisa y tiene la ventaja de ser lo suficientemente rápida. Por supuesto, la punta del termómetro debe estar recubierta con un gel lubricante.
Cuando el niño empieza a crecer, se puede optar por la medición oral. Se ajusta perfectamente el termómetro bajo la lengua o entre la encía y la mejilla y esperamos 2-3 minutos. En ambos casos, se trata de la temperatura interna, a la que hay que restar medio grado para tener el nivel correcto.
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En los adultos, sin embargo, se puede proceder con la medición cutánea, axilar o inguinal. El termómetro debe permanecer en estrecho contacto con la piel perfectamente seca durante un tiempo que varía de 3 a 5 minutos.
Consejos prácticos:
Para ser lo más precisos posible, aquí os dejo algunos consejos útiles:
Medir la temperatura en condiciones constantes. Es decir, con el mismo termómetro y en el mismo lugar y, a ser posible, a la misma hora.
El mejor momento para tomar la medida es una por la mañana y otra por la tarde.
Evitar medir la temperatura de la noche, ya que suele aumentar más de un grado respecto a la temperatura diurna.
Tampoco es recomendable tomarla después de haber comido o de haber bebido bebidas frías o calientes. Esto hace variar la temperatura y no será una lectura fiable. En estos casos deberíamos dejar pasar media hora antes de medir la temperatura corporal.
Si hemos fumado o hemos hecho ejercicio también deberemos dejar pasar media hora antes de usar el termómetro.
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