Reconozco que durante bastante tiempo creí que eran prácticamente lo mismo, hasta que en un proceso de coaching personal descubrí que no era exactamente así. Siempre lo pensé así: tengo baja la autoestima, por eso no tengo autoconfianza. Pero aunque ambas cosas van unidas, en realidad mi problema no partía de la autoestima, cosa que de hecho me confirmó mi coach y con la que estoy bastante de acuerdo.
¿Entonces en qué se diferencian?
Básicamente la autoestima viene de la autovaloración que hacemos de nosotros mismos: imagen propia, aceptación y amor a uno mismo, pensar que tengo valía. Y por cierto, no tenemos la misma autoestima en todos los ambientes. En el ambiente familiar, por poner un ejemplo, podemos tenerla baja, porque además es uno de los ambientes que influyen directamente sobre nuestra autoestima. En cambio en el laboral, podemos sentirnos por el contrario muy valorados, ya que nos sentimos grandes profesionales.
Como véis, estoy empleando la palabra "sentirse" o incluso "ser", porque la autoestima es una cualidad muy importante, genérica, que incluso dará lugar a una mayor o menor autoconfianza, aunque no siempre.
La autoconfianza tiene que ver con nuestras capacidades, con aquello que conseguimos "hacer". Aquí está más el aspecto de habilidad, de realizar determinadas acciones. Confío o creo en mí para hacer o conseguir esto o lo otro. La autoestima en cambio no tiene que ver tanto con qué hago bien o mal o qué sé o no sé hacer, sino con cómo soy o me siento conmigo mismo.
Alta autoconfianza / baja autoestima
Por poneros algunos ejemplos, imaginaos al tipo”duro” de películas de acción: un tío que en apariencia es muy seguro de lo que hace, no duda, va directo al grano. O un ejemplo más cercano: un vendedor excelente, capaz de vendernos la moto. ¿Significa esa confianza que tienen que también son personas que se valoran completamente? No tiene por qué. Puede coincidir pero puede que el tipo duro en el fondo sea duro porque no sabe mostrar sus sentimientos o el comercial exitoso lo sea sólo en el trabajo, pero en el fondo no es feliz.
Alta autoestima / baja autoconfianza
Y pensemos también en un caso contrario. Personas con buena autoestima pero baja confianza. Es un caso menos típico, porque normalmente la autoestima alta da lugar a mayor confianza en uno mismo. Como decía más arriba, no somos iguales en todos los ambientes de nuestra vida. Imaginaos que cambiáis de trabajo o cambiáis de profesión. ¿Tendréis mucha autoconfianza desde el principio? Es probable que os sintáis algo confusos, sin saber al 100% qué pasos dar… a pesar de que os valoréis completamente.
Éste creo que es mi caso. Me valoro, me cuido, pienso en mí y trato de perseguir mis sueños… pero el camino no es sencillo y a veces viejos miedos resuenan en mí. Hay cosas que se me dan bien y confío en mí al hacerlas, otras que por unas causas u otras me cuestan más, como por ejemplo ponerme a hablar en público. Por dentro, mi voz interior me dice: vales mucho, puedes hacerlo bien. Pero al mismo tiempo esa otra voz saboteadora, susurra: pero hasta ahora no lo has hecho todo lo bien que podías, así que no te creo.
Un ejemplo de lucha entre la autoestima y autoconfianza. La primera es básica, sin ella nuestra vida se iría a pique o al menos no sería la vida tal como la deseamos. Pero la segunda es también vital y la única forma de demostrarnos que sí podemos hacerlo, es haciéndolo. La autoestima no necesita de razones, demostraciones… es como su nombre indica: amor, amor a uno mismo.
Creencia vs. Esencia
La autoconfianza se basa en 3 aspectos: sinceridad (con uno mismo y/o con los demás), competencia (sé cómo hacerlo) y credibilidad (que los demás crean que tengo capacidad y autoridad, pero sobre todo que yo me lo crea). Uno de los pilares de la autoconfianza es por tanto la creencia: creo que puedo, creo que sé y mi creencia es sincera, no es inventada ni forzada.
La autoestima va más con el verbo “ser”. Sí, creo que soy valioso, pero no puedo ?y sobre todo, no tengo por qué? demostrar mi valía, la valía es algo más intrínseco, más esencial. El mero hecho de que exista me hace sentir valioso. Es la raíz de mi ser, de mi por qué en el mundo.
La autoconfianza en cambio necesita que se le demuestre que podemos y la única forma de demostrarlo es ponernos en marcha y con ejemplos claros y directos ir demostrándonos a nosotros mismos que podemos, que somos capaces. Si veo que puedo, me lo acabaré creyendo.
Y ahora, mi pregunta va para vosotros, queridos lectores. ¿Creeis que tenéis más de una o de la otra? O puede que tengáis una opinión diferente sobre este tema. ¿Me lo contáis en los comentarios? Estoy segura de que cada persona lo ve a su manera y sé que tenéis mucho que aportarme en este aspecto.