El sangrado de implantación es provocado por el empotramiento del óvulo fecundado en el endometrio. Este proceso daña algunos vasos sanguíneos alrededor por lo que surge una hemorragia muy ligera, que más tarde puede notarse en forma de manchas saliendo de la vagina. Por lo general, esta secreción es escasa, de color rosado o marrón oscuro. La presencia de coágulos no se considera normal cuando estamos hablando de sangrado de implantación. Si la mujer presenta un sangrado abundante en las primeras etapas del embarazo, eso podría indicar el aborto involuntario.
El sangrado de implantación en el primer trimestre y los posibles riesgos asociados
El sangrado de implantación puede ser la señal que tanto has esperado, pero debes tener claras sus características para no confundirlo con otras condiciones. Como se mencionaba anteriormente un sangrado abundante con coágulos en el primer trimestre puede ser un síntoma de aborto involuntario, especialmente si la cantidad aumenta más durante el día, la sangre es de color rojo, contiene coágulos y hay calambres severos en la parte baja del abdomen. O peor aún, un sangrado abundante que dura varios días, acompañado de malestar, dolor y fiebre, también podría apuntar a un embarazo ectópico.
También es posible experimentar sangrado anormal en el segundo y tercer trimestre. Esto se debe principalmente a situaciones graves que requieren atención médica. Un sangrado abundante durante esta etapa, acompañado de cólicos fuertes o dolor pélvico, puede indicar una afección grave como el desprendimiento de la placenta. Por otra parte, si se experimentan síntomas como calambres o dolor de espalda, lo más probable es que la mujer haya entrado en trabajo de parto prematuro.
Si el carácter de cualquier manchado parece anormal, se recomienda acudir al médico lo antes posible. Tanto tu salud como la del futuro bebé pueden estar en riesgo.