Cocinar un gesto de amor, el uso del queso el rey de las proteínas.
Amigos cuando hablamos de cocinar para quienes amamos, nos referimos a hacer lo posible siempre por cuidarlos, alimentarlos y también complacer sus gustos.
Pero no podemos negar que al cocinar debemos ser equilibrados y además conocer lo que vamos a dar de comer a la familia.
Por eso hoy decidí escribir sobre el queso, y lo importante que resulta en la cocina y porque.
Todos sabemos que es un alimento importante tanto es así, que en la dieta es como la carne y las pastas y comiendo a diario 100 gr se cubren por completo las necesidades de calcio de nuestro organismo.
1. Concentran el calcio de la leche
Consumiendo 100 gm de cualquier queso que habitualmente encontramos en el supermercado cubrimos casi todo el calcio que necesita un adulto como requerimiento diario. Sin duda, este es un punto a favor, más aún si se tiene en cuenta que la proporción que tiene de fósforo es muy favorable a la absorción de calcio
2. Aporta oligoelementos
Se debe tener en cuenta que los quesos son buena fuente de zinc, mineral muy importante como antioxidante. Por todo esto, el queso es un alimento que debe ocupar un lugar tan importante como el que le damos a las carnes, los cereales o a las pastas.
3. Ricos en vitamina B
Especialmente los quesos denominados azules, debido a los mohos, son los que aportan más vitaminas del grupo B.
4. Tienen muchas vitaminas
Son ricos en vitamina A, como buen derivado lácteo, y también las del grupo B, sobre todo B2 (Riboflavina), B3 (Niacina) y B12.
¿Cómo elegir un buen queso?
Por sus grasas:
Hay productos en el mercado que, bajo el rótulo de diet, magros o descremados, tienen un contenido de 0% en productos untables hasta 16% en compactos.
Será bueno recordar que con dos cucharadas de queso untable, magro o no, no se cubre ni siquiera el 10% de los requerimientos de calcio, así que para aquellos que no toman leche ni yogur y creen que con esta cantidad de queso es suficiente para el día, les decimos que aún les sigue faltando calcio. En cambio si en su dieta se permite un trozo de 50 a 70 g de queso magro, tal vez el 50% del calcio de su día esté cubierto.
Recuerde que los quesos rallados son ricos en grasa así que si le agrega a sus comidas, como sopas y rellenos este queso estará agregando unos 3 gm por cucharada de grasa innecesaria a su dieta.
No se deje confundir tampoco por los nombres que tienen los diferentes tipos de queso. El que un queso llame saludable no significa que es ´´saludable´´. Mire la tabla de grasas y los porcentajes que posee.
Otra cosa que debemos mirar al elegir un queso es su maduración.
Los quesos duros o estacionados, y otros como el Roquefort, el Camembert, el Pepato y otros, tienen procesos de elaboración muy específicos, algunos con estacionamientos muy importantes durante los cuales se producen modificaciones en sus proteínas y grasas. Llegan a formarse productos muy estimulantes y hasta irritantes para la mucosa gastroesofágica. Por eso cuando hay problemas de gastritis y esofagitis es de suma importancia seleccionar productos de sabor suave, de poca maduración, poco estacionados, sin condimentos y en lo posible con poco sodio.
Los quesos suaves, blandos y magros, tienen menor tiempo de permanencia en el estomago así que resultan menos agresivos para una mucosa enferma.
¿Cómo conservarlos?
Los quesos frescos se guardan en heladera. Unos 3 a 4° C puede resultar una temperatura ideal. No deben guardarse en el freezer ya que el descongelado produciría una alteración en la textura de la masa del producto.
Los quesos semiduros tienden a secarse, y perder el aroma y el sabor que los hace agradables. Por esa razón, aún si se guardan en la heladera, conviene tenerlos cubiertos con papel film o papel de aluminio y no conviene almacenar grandes cantidades.
Un secreto: Enfríe muy bien los trozos de mozzarella, rállela y acomódela en asadera. Luego lleve al freezer. Cuando esté fría dividida en bolsitas para usar en pizzas y gratinados.
ATENCIÓN: En su proceso de elaboración casi todos los quesos son productos riquísimos en sodio (sal). Por lo tanto, si usted padece de hipertensión, edemas o problemas renales, deberá controlar su ingesta.
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