Si hay algo gratificante, satisfactorio y único es el placer de se uno mismo.
Somos el fruto de los aprendizajes y experiencias de la infancia, de la relación que establecimos con nuestros primeros maestros que fueron nuestros padres, hermanos y familiares; y de las demás relaciones que establecemos a lo largo de nuestras vidas.
De los compañeros y amigos del colegio también aprendimos, de ellos también nos llevamos y dejamos algo. Luego vinieron los amigos de la universidad, del trabajo y todos aquellos con quienes hemos tenido la oportunidad de cruzarnos en el camino. Con algunos de ellos establecimos incluso relaciones más cercanas en las que tomamos el riesgo de entregar algo más que nuestra amistad.
De todos ellos nos hemos llevado algo y también les hemos dejado una parte de nosotros.
El placer ha sido inmenso cuando en medio de ese compartir, de ese soñar juntos, de esas risas e incluso de esos momentos en los que el horizonte se torna gris, hemos contado con la valentía de ser nosotros mismos. Mostrarnos tal y como somos, con nuestras contradicciones, nuestras dudas, nuestros temores; pero también con nuestro sentir espontáneo, cálido, y alegre; cuando hemos tenido el placer de ser nosotros mismos y revelar de manera sagrada nuestra esencia.
Es de valientes soñar y atreverse a mostrar ese lado sensible, vulnerable, humano; pero siempre mágico que nos hace seres únicos.
Esta semana te invito a que jamás dejes que la autenticidad y la espontaneidad desaparezcan, ellas son cualidades que te permitan revelar tu esencia y dar la oportunidad al otro de disfrutar de un ser humano que no pretende, que no imposta solo por conseguir lo que quiere; de encontrarse con un ser humano que "es quien es por el placer de existir y ser el mismo".
Un abrazo repleto de amor y luz,
PAOLA ANDREA LONDOÑO MORENO
Terapeuta de Reiki y Bioreprogramación