El calor récord que asoló gran parte de Europa estas últimas semanas tuvo efectos inmediatos y evidentes en la salud pública. Más de 2.200 personas murieron por causas relacionadas con el calor como insolación o deshidratación solo en España y Portugal; el Servicio de Ambulancias de Londres atendía 400 llamadas por hora durante los períodos más calurosos... Por no hablar de las decenas de miles de hectáreas calcinadas por incendios forestales (en Zamora en menos de un mes varios incendios han devastado 60.000 hectáreas, 29 veces más grande que la destrucción del volcán de La Palma), cortes de carreteras y líneas férreas, un descarrilamiento, pérdidas en agricultura y ganadería... Pero el calor también tiene un impacto en nuestra salud mental.
El impacto del calor en la salud física está bien documentada (fatiga, dolores de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, taquicardias, confusión, parto prematuro, infecciones en la piel, problemas renales...), pero son pocos los estudios que han examinado los efectos del calor extremo en la salud mental.
Investigadores de de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston publicaron en la revista "JAMA Psychiatry" un estudio donde se asociaron mayores visitas a urgencias tanto en hombres y mujeres de todas las edades y personas que viven en todo EEUU. Por ejemplo, analizó los registros médicos de más de 2,2 millones de adultos que visitaron los departamentos de emergencias de 2.775 condados de los Estados Unidos entre 2010 y 2019. Los autores encontraron que había alrededor de un 8% más visitas a emergencias por problemas de salud mental en los días más calurosos del verano que en los días más frescos. Las visitas a emergencias por problemas como autolesiones, así como por abuso de sustancias, ansiedad, trastornos del estado de ánimo y esquizofrenia, aumentaron constantemente en proporción con la temperatura.
Qué hacen estas temperaturas tan altas a tu cerebro?!
Disminución en la función mental: Una serie de estudios muestran que a medida que aumentan las temperaturas, las personas se desempeñan más lentamente y con menos precisión en las pruebas cognitivas. Este fenómeno nos afecta a todxs, desde estudiantes que realizan exámenes en secundaria hasta trabajadores de oficina que intentan concentrarse.
Errores de juicio, mayor riesgo de lesiones en el lugar de trabajo, bajo rendimiento, esquizofrenia y demencia en personas vulnerables e incluso algo tan básico como sumar, resulta un poco más difícil de hacer.
Altera las emociones: Se ha demostrado que las temperaturas extremas sostenidas intensifican las emociones negativas como la ansiedad, el estrés y la irritabilidad. Investigadores también analizaron más de 600 millones de tuits y descubrieron que las personas eran más propensas a expresar sentimientos depresivos a medida que subían las temperaturas.
La calidad del sueño: Pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida durmiendo. Nuestros cuerpos están bien diseñados para regular nuestra temperatura interna, siendo la sudoración y los escalofríos dos signos evidentes de que el cuerpo hace ajustes a su temperatura, en respuesta a nuestro entorno y otros factores, como enfermedades , estrés y esfuerzo; Pero la temperatura corporal todavía está fuertemente influenciada por la temperatura de nuestro entorno,de hecho, la temperatura del entorno que nos rodea es uno de los factores más importantes que influyen en el sueño.
Las altas temperaturas dificultan que el cuerpo libere calor y se enfríe. Las noches húmedas y llenas de vapor hacen que nos despertemos con más frecuencia durante la noche, lo que reduce la eficiencia del sueño. La eficiencia del sueño es una medida de la calidad del sueño, basada en la cantidad de tiempo que pasas en la cama en comparación con la cantidad de tiempo que realmente pasas durmiendo.
El ambiente térmico es uno de los factores más importantes que pueden afectar el sueño humano. La exposición al calor aumenta la vigilia y disminuye el sueño de ondas lentas y el sueño de movimientos oculares rápidos. La exposición al calor húmedo aumenta aún más la carga térmica durante el sueño y afecta las etapas del sueño y la termorregulación.
La magnitud de los efectos de las temperaturas nocturnas en la interrupción del sueño es casi tres veces mayor durante el verano, en comparación con todas las demás estaciones, según sus hallazgos.
Entre las personas mayores, se encontró que los efectos de las noches atípicamente cálidas eran más de dos veces mayores, en comparación con la población general.
Los suicidios alcanzan su punto máximo durante la primavera y el verano: Quizás lo más importante a señalar sobre el pico estacional de suicidios es que un clima más cálido no significa que las personas con desórdenes mentales piensen de forma repentina en terminar con sus vidas. Además del hecho de que existen otras causas subyacentes en el suicidio, no todo el mundo con una enfermedad mental contempla la posibilidad de (o intenta) suicidarse. Con el tratamiento adecuado, un desorden mental puede ser manejado con seguridad y efectividad, lo cual reduce drásticamente el riesgo individual de suicidio.
"El horario de máxima audiencia para el asesinato es claro: el verano", afirma The New York Times. Las altas temperaturas están asociadas con un aumento de casos de agresión y violencia: posiblemente debido al impacto en algunas hormonas y en la función cognitiva.
Las personas se vuelven más agresivas en condiciones cálidas porque la temperatura de su cuerpo también aumenta. Un aumento de la temperatura corporal va acompañado de un aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, sudoración de la piel y respiración agitada. Los investigadores llaman a esto un aumento en la excitación. Pero no siempre somos conscientes de por qué sucede esto: inconscientemente, podemos atribuir este aumento de la excitación relacionado con el calor a otra cosa (porque mi vecino tiene la música muy alta hoy!) y eso nos hace enfadar. Debido a esta llamada transferencia de excitación, un aumento de la temperatura corporal puede interpretarse erróneamente como ira que conduce a más agresión y violencia.
Esta conexión no solo se limita a los aumentos repentinos de temperatura, sino que también está presente para las personas que viven en climas donde el calor es constante. (Aunque, por supuesto, las tendencias de salud mental también pueden depender de una variedad de factores fuera de la temperatura).