- El agua de lluvia es maravillosa para aclarar el pelo y el rostro e incluso sustituye al tónico facial, en caso de que sea necesario.
- Para mantener el peso, tener una buena higiene digestiva y tener un cutis increíble es necesario beber dos vasos de agua a temperatura ambiente nada más despertarte y debes dejar media hora antes de desayunar.
- Si engordas, porque retienes agua junto con la grasa, se trata de una obesidad blanda; en este caso no es necesario tomar un diurético, sino una dieta controlada rica en proteínas ya que, estas son un estupendo diurético natural y en alimentos que contengan agua como son las frutas y verduras.
- En el caso de que, el agua con la que te lavas el cabello sea alcalina, los depósitos calcáreos dejarán el pelo sin brillo; para evitar esto, debes añadir un chorro de vinagre en un último aclarado.
- También, sin saberlo todos usamos técnicas de hidroterapia: por ejemplo, cuando nos damos baños alternos de agua caliente y fría para activar la circulación o cuando nos ponemos una compresa caliente sobre una herida.
La Hidroterapia consiste en el empleo de agua (un remedio asequible, natural y baratísimo) para promover la salud.
Las propiedades curativas del agua caliente y fría fueron reconocidas en muchas civilizaciones antiguas. En el siglo IV a.C. el médico griego Hipócrates ya recetaba agua de manantial para beber y para tomar baños terapéuticos. En el siglo XVI las curas de agua se desarrollaron en Europa y, desde entonces, miles de personas se han sometido a ellas en balnearios y centros de reposo.
Como su nombre indica, consiste en la utilización del agua para curar enfermedades, producir relajación, aliviar el dolor y conservar una buena salud general; pero no todas las aguas de manantial son iguales; unas tienen más minerales, otras más oligoelementos, otras más sales... y por esos sus propiedades varían. Las hay antiinflamatorias, analgésicas, depurativas, etc...
En los balnearios se utiliza normalmente combinada con otras técnicas, como la fangoterapia, el masaje o la terapia con algas (algoterapia). El agua se usa caliente o fría, en forma de hielo, a chorro (perfecto para activar la circulación), con inmersiones, o por inhalación mediante vapor y en algunos centros -dependiendo de la dolencia y del tipo de agua- se recomienda ingerirla.
En el hogar con una bañera de hidromasaje o con chorros de agua; también con una toalla empapada en agua o compresas; o haciendo baños de asiento.
En el gimnasio solo como sauna.
La temperatura del agua del baño o la ducha tiene su interés ya que, dependiendo de ello tiene propiedades diferentes:
a) Si está fresca o fría, actúa como estimulante del sistema nervioso central, endurece los tejidos corporales y mejora la vitalidad.
b) En el caso de estar caliente, relaja las terminaciones nerviosas, seda los dolores musculares y de huesos y aumenta la nutrición de la piel.
Por lo que las indicaciones son: en caso de problemas circulación o la linfa, para calmar la ansiedad o el estrés, para aumentar la movilidad del cuerpo en caso de artritis y relajar músculos y articulaciones, para las hemorroides, las fisuras anales, las infecciones vaginales, estreñimiento o trastornos en el hígado, riñón o región pélvica en cuyo casos se aplicará como baños de asiento y para lesiones deportivas.
No obstante, hay que hacer una excepción , no deberían tomar saunas las embarazadas, los diabéticos y las personas que tengan dificultades respiratorias o problemas de tensión arterial así como personas con diabetes ya que al tener una disminución de sensibilidad si el agua esta muy caliente pueden producirse quemaduras en la piel.