¿Qué es la educación sexual?
La educación sexual se define como el aprendizaje sobre sexualidad y las relaciones adaptado a cada edad y cultura, que proporciona una información adecuada, científica, realista y sin prejuicios. Este tipo de educación facilita la oportunidad de explorar los valores propios y las actitudes para tomar las decisiones personales, hablar y conseguir las destrezas que reduzcan los riesgos sobre distintos aspectos de la sexualidad.
La UNESCO (2014) señala que la sexualidad es un aspecto básico de la vida humana con dimensiones físicas, psicológicas, espirituales, sociales, económicas, políticas y culturales. Es decir, constituye una parte integral de la vida de las personas y contribuye al desarrollo social y de la identidad.
La educación sexual es adquirida de manera informal, a través de tradiciones, costumbres y actitudes de los demás; de manera formal, dentro de un sistema educativo reglado; y de forma incidental. En relación a esta última, la familia, los amigos o los medios de comunicación pueden tener efectos educacionales de gran peso aunque no tuvieran la intención inicial de hacerlo.
Para ofrecer una educación sexual de calidad es necesario respetar, proteger y hacer cumplir los derechos sexuales y reproductivos; lograr el acceso a la educación integral en materia tanto de salud sexual como reproductiva; asegurar que los/as jóvenes tengan acceso universal a la educación integral en sexualidad dentro y fuera de las escuelas; y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas, así como hombres y niños, velando por el acceso universal a los servicios fundamentales para todas las víctimas y sobrevivientes de la violencia por motivos de género.
¿Por qué es necesaria la educación sexual?
La diferencia sexual es la primera que se da entre los seres humanos y está siempre presente, pero nunca debe servir para justificar la discriminación. Esas diferencias muestran lo que cada cual es: una historia que evoluciona y un cuerpo que se encuentra en continua transformación. Los niños y niñas deber ser conscientes de esta realidad desde la primera infancia, sin interpretar esta diferencia de forma jerárquica. Es de vital importancia ayudarles a valorar a ambos sexos por igual para que puedan llegar a comprender que los conocimientos y valores forman parte de la vida y aprendan a erradicar la violencia como forma para resolver los conflictos entre las personas.Según la psicóloga Fátima López Herrera, la importancia de la educación sexual se encuentra en que concede los conocimientos necesarios para que el individuo realice elecciones responsables. Así, nos proporciona habilidades para la vida como el autoconocimiento, la empatía, la comunicación asertiva, favorecer las relaciones interpersonales, la toma de decisiones, el manejo de problemas y conflictos, fomentar el pensamiento crítico y creativo, el manejo de las emociones, los sentimientos, la tensión y el estrés.
Además, la educación sexual prioriza la adquisición y fortalecimiento de valores como la reciprocidad, la igualdad, la responsabilidad y el respecto. Estos requisitos son necesarios para lograr y mantener relaciones sociales y sexuales consensuadas, sanas y seguras.
En consecuencia, los objetivos de la educación sexual son:
Conocer, aceptar y cuidar el propio cuerpo sexuado.
Dar un sentido y un significado propio y singular al cuerpo sexuado.
Reconocer y valorar la diferencia sexual.
Vivir y expresar la sexualidad en relación, es decir, teniendo en cuenta a la otra persona.
¿Cómo abordar la educación sexual?
Si se acepta que la sexualidad es algo que somos y que nos constituye como seres humanos, entonces será fácil aceptar que la educación sexual es fundamental y básica para el desarrollo de cada persona. Por ejemplo, entre los recursos y materiales educativos empleados se encuentran:El cine como instrumento para analizar la evolución social, sexual y la visión de género
Cuentos e historias.
La fotografía como medio de expresión y comunicación que ayuda a ampliar contenidos, sensibilidad, expresarse y analizar.
Internet como canal de comunicación y de información. Es de vital importancia analizar los contenidos que puedan encontrarse por la red y valorar cómo pueden influir en la construcción de la sexualidad.
Analizar las revistas de entretenimiento dada su influencia en el modelo de sexualidad que cada persona pretende desarrollar en autonomía y en la contextualización de los deseos, gustos, necesidades y placeres.
Otros recursos son el uso de libro-juegos, donde los lectores se enfrentan a la toma de decisiones y abordan temáticas relacionadas con las sexualidades como: el consentimiento, la comunicación, la empatía, el respeto, la erótica, los roles de género, los estereotipos, etc.
En Psicólogos PsicoAbreu abordamos la educación sexual mediante la creación de un espacio para la reflexión sobre la toma de decisiones, las relaciones de pareja y la propia sexualidad. De esta manera, ofrecemos los conocimientos sobre las sexualidades y generamos un espacio para desarrollar la capacidad crítica de la persona, con independencia de su edad.
Fátima López Herrera
Psicóloga colaboradora de PsicoAbreu