Su mayor función es la de proteger las vísceras, además de ser una pieza fundamental a la hora de proporcionar estabilidad a la columna.
Esta zona va a estar revestida por unos músculos que van a ser clave en la dolencia de la dorsalgia. Los más vinculados a este dolor van a ser los ubicados en el musculo trapecio, los romboides mayor y menor y por último los de la musculatura espinal.
Otro musculo que podría estar ligado al dolor de la dorsalgia podría ser el angular de la escápula. Cuando la región lumbar o la zona torácica se encuentran atravesadas por una dolencia continua, ahí es cuando estamos en presencia de la dorsalgia.
La mala posición al estar sentados, al estar de pie y mientras realizamos los quehaceres cotidianos pueden ser los responsables de los dolores en la espalda.
Acciones tan simples como limpiar, planchar, dormir o hasta cepillarse los dientes pueden influir para la aparición del dolor. Otros factores que inciden en que padezcamos de este incómodo dolor pueden ser los trabajos en los que debemos realizar esfuerzo e inclinar la espalda hacia adelante.
Las molestias en la mayoría de los casos se presentan en uno de los costados de la espalda o en los dos al mismo tiempo. Suelen estar focalizadas en la parte superior de la espalda atrás de los hombros o en medio de los omóplatos.
Esta patología va a resultar, si no se trata debidamente, en un dolor que se puede convertir en crónico. Se va a dar constante o intermitente y se va dar casi siempre en el reposo, mientras duermes y en algunos casos a diferentes horas del día.
Este dolor tiene como particularidad que se sienta alivio al presionar fuertemente la zona afectada. Otros síntomas muy comunes pueden llegar a ser dolores muy intensos en las costillas o en las vértebras y que causen problemas al respirar, al mover el cuello o incluso al mover el tronco.
Las articulaciones se verán seriamente afectadas generando pesadez en la espalda, dolor en la zona lumbar al mantener una posición durante mucho tiempo, espasmos esporádicos en la espalda, dolor físico general, dificultad al respirar, al realizar una actividad sentimos ese dolor, y además sentimos que la espalda no responde como otras veces y limitación de los movimientos, entre otros.
En lo referente al tratamiento, en primer lugar, el especialista es muy probable que nos medique con antiinflamatorios. Esto se hará para reducir y aliviar de inmediato el dolor.
Como segunda medida nos derivará con un fisioterapeuta que trate el dolor y sus causas. Algunas técnicas utilizadas son la terapia miofascial, aplicación de calor, estiramientos, tratamientos con láser, localización de puntos gatillo y aplicación de punción seca, utilización de vendaje neuromuscular, relajación de la musculación dorsal por medio de kinesiotaping y masajes descontracturantes.
También nos darán algunos ejercicios caseros para ayudar con el tratamiento y mejorar nuestra higiene postural.