Aquí hay una secuencia de movimientos que puedes encontrar en muchas clases de este método. Pruébalo!
1: Siéntate en el borde de una silla.
2: Coloca tu mano derecha sobre tu cabeza, con el codo derecho apuntando hacia la derecha.
3: Con la mano derecha sobre la cabeza, y sin deslizarla hacia arriba, baja el codo derecho hacia el suelo.
4: Repite este movimiento varias veces.
Ahora que has realizado el movimiento, reflexiona sobre él un momento. ¿A qué prestabas atención mientras te movías? ¿Fue tu mano, tu codo o alguna otra parte de ti mencionada en las instrucciones? ¿Quizás estabas prestando atención al suelo, tu aparente destino? ¿Qué tan rápido te moviste? ¿Tuviste alguna sensación placentera o de malestar mientras te movías?
Es muy posible que no tengas ninguna respuesta a mis preguntas. Simplemente estabas haciendo el movimiento indicado. Así ha sido la mayor parte de nuestras vidas; la educación del movimiento es una serie de instrucciones a seguir, y así nos movemos. Generalmente, a eso lo llamamos ejercicio.
Ahora, sigue las instrucciones nuevamente, teniendo en cuenta los comentarios en cursiva:
1: Siéntate en el borde de tu silla.
Mientras estás sentad@, observa cómo tu pelvis hace contacto con la superficie de la silla. ¿Sientes que la silla presiona un lado de tu pelvis más que el otro?
2: Coloca tu mano derecha sobre la cabeza, con el codo derecho apuntando hacia la derecha.
¿Observaste el recorrido de tu mano desde su lugar de descanso hasta la parte superior de tu cabeza? ¿Pasó por tu oreja? ¿Por tu nariz? ¿Hacia dónde se orientaba tu palma? Repite solo esta parte del movimiento, subiendo y bajando la mano, para que puedas descubrir más sobre cómo prefieres hacerlo.
3: Con la mano derecha sobre la cabeza y sin deslizarla hacia arriba, baje el codo derecho en dirección al suelo.
¿Qué partes de tu cuerpo intervienen al bajar el codo de esta manera? ¿Sientes algún cambio en tu columna? ¿Se doblan tus costillas? ¿Tu pelvis cambia su contacto sobre el asiento, tal vez una nalga presiona más que la otra contra la silla mientras bajas el codo?
4: Repite este movimiento varias veces.
Cada vez que hagas el movimiento, vuelve a las preguntas formuladas anteriormente, ¿qué está claro y qué no? Continúa explorando la dirección del movimiento que te resulte agradable. Experimenta ampliamente en cómo podrías doblar y cambiar el peso cada vez. Detente y descansa con la mano hacia abajo, permaneciendo en el borde de la silla. ¿Cómo estas ahora? ¿Qué sensaciones te llaman la atención? ¿Hay algo diferente en la forma en que estas sentad@ en la silla? ¿Qué notas sobre tu respiración? ¿Qué notas sobre tu comodidad general?
Este segundo conjunto de instrucciones es bastante diferente del primero, aunque el movimiento descrito es exactamente el mismo. Estas instrucciones te sumergen en el proceso de Tomar Conciencia través del Movimiento y te invitan a dirigir tu atención hacia ti mientras te mueves. Tu maestro te guía para que notes sensaciones concretas, como el contacto que hacen tus nalgas con la silla. Una y otra vez, te sientes en quietud y en movimiento.
“Si no sabes lo que estás haciendo, no puedes hacerlo distinto”, dijo Moshé Feldenkrais en una frase célebre. Sus numerosas lecciones de AutoConciencia a Través del Movimiento son laboratorios de aprendizaje sobre la acción humana, en los que tú eres tanto el sujeto de investigación como el investigador. Te sientes a ti mismo antes, durante y después de cada movimiento, guiado por las instrucciones del maestro, de modo que tú puedes discernir por ti mismo qué haces y cómo lo haces, no de manera abstracta, sino de una manera real y concreta, como si dijeras “Así es como me siento aquí y ahora”. “Cuando bajo mi codo derecho al suelo, se desplaza hacia delante, hacia mi rodilla. No me di cuenta de que lo estaba haciendo de esa manera” y entonces la autoconciencia abre la posibilidad de crecimiento y aprendizaje. Si sientes que lo haces de esta manera, entonces puedes sentirlo y hacerlo de otra manera también, hacerlo diferente.
La invitación a sentirse uno mismo continuamente durante el movimiento distingue a Feldenkrais® de la mayoría de los ejercicios, porque prioriza el aprendizaje sobre uno mismo por encima del logro de una meta que viene de afuera. Cuando se enfatiza el aprendizaje sobre el logro, sucede algo muy interesante: el que se mueve y el movimiento del que se mueve se sienten como uno solo, unificados en tiempo, espacio y acción.
La Toma de Conciencia a Través del Movimiento no es ejercicio, así como escuchar no es oír. Es un proceso de “escucha profunda”, en el que aprendes sobre ti mismo al “abrir tus oídos” a la forma más fundamental que tienes de estar en el mundo: a través de tus acciones.
*** Denominaciones de las lecciones basadas en el movimiento, la atención plena y el autodescubrimiento:
AutoConciencia a Través del Movimiento
Tomar Conciencia a Través del Movimiento
Conciencia a Través del Movimiento