Sólo hay dos miedos innatos: el miedo a caer y a los ruidos fuertes. El resto son aprendidos.
Miedo a perder lo nuestro, miedo a ser agredidos, miedo a ser ridiculizados, dañados. La sociedad occidental entera funciona así. Vivimos alerta, buscando dónde está el siguiente peligro.
Esto tiene su lógica desde el punto de vista antropológico: hemos evolucionado para detectar y evitar los peligros. El hombre primitivo debía evitar ser comido por depredadores más que apreciar la belleza del amanecer ¿cierto?
Pues bien, después de 195.000 años de existencia del homo sapiens, estos mecanismos de supervivencia siguen vigentes y ya es tiempo de evolucionar, de refinar estas conductas.
La tribu da seguridad y protección. La tribu son nuestros semejantes, cuanto más parecidos mejor. Eso nos hace sentir pertenencia a esa comunidad y nos tranquiliza. Cuando un miembro del grupo se desmarca, se diferencia, lo vivimos como una amenaza a la cohesión del grupo. Curiosamente, han sido estos individuos que rompen lo establecido los que han hecho avanzar la humanidad entera, pero todos fueron mirados con recelo al principio, sobretodo por los que más les envidiaban su valentía.
Nuestro mundo es cada vez más mezclado, más heterogéneo y eso es un reto evolutivo sin precedentes. En pocas décadas en occidente, hemos pasado de una sociedad uniforme, donde la diferencia se escondía e incluso estaba penada, a una sociedad mucho más diversa, donde han aparecido otras razas, religiones, lenguas, tradiciones, etc. dónde se han hecho visibles colectivos antes escondidos como los homosexuales, transexuales, bisexuales, colectivos feministas, antisistema, agnósticos, ecologistas, naturistas, esotéricos, okupas, progresistas, veganos, librepensantes en general, que han puesto en jaque el conservadurismo reinante.
En realidad no hemos inventado nada nuevo, sólo hemos dado visibilidad y difusión a lo que siempre ha existido, y eso genera inseguridad a muchos con dificultad para adaptarse al cambio, para aceptar la diferencia.
A nivel inconsciente somos muy tribales, basta con ver a los adolescentes que usan su imagen para "ser diferentes" pero dentro de cada grupo son todos muy parecidos, son sus señas de tribu.
Mientras la humanidad se extendía por el planeta, cada grupo adquiría sus propios caracteres diferenciales, sus costumbres, su lengua, su cultura, que los distinguían de los demás.
Pero en los últimos siglos este proceso de cientos de miles de años se está invirtiendo progresivamente y las poblaciones se mezclan con toda su riqueza cultural a cuestas. Lo que para muchos es una oportunidad , para otros es una amenaza para su "tribalidad" y lo viven con miedo.
Para cambiar, primero hay que saber dónde estamos y hacia dónde dirigimos este cambio.
Entender cómo funcionamos, como una tribu que se siente amenazada por los que no conocemos, lo que son distintos, tanto los que surgen dentro de nuestra propia tribu, como los que vienen desde fuera.
El mecanismo que interpretamos como fobia a la diferencia, subyace en el miedo a perder nuestra identidad de tribu. Pero a nivel racional lo justificamos con mil excusas. Creemos que debemos entender a los demás, cuando de lo que se trata es de aceptarlos sin necesidad de entenderlos, aprender de ellos, no es dejar de ser nosotros.
Ese miedo se alimenta de la desinformación, de generalizaciones absurdas, mitos y leyendas. Difundimos rumores sobre el musulmanes, sobre los chinos, los negros o los transexuales sin tener ninguna experiencia de primera mano, sólo es fruto del miedo irracional o de la manipulación informativa.
Para mucha gente, es cuando conocen a una persona distinta más de cerca, cuando cambian su mentalidad.
De repente ese sij con turbante de la verdulería, pasa a tener nombre, familia, una cultura interesante que no es hindú ni musulmana, vemos que es trabajador, honesto, con un gran sentido de la familia...y nos tranquilizamos. Salimos de la generalización absurda de llamarle "moro" o "paki" y aprendemos quién es y de donde viene, deja de ser una amenaza, para ser un amigo interesante.
O esa pareja de lesbianas que tienen dos niños, dejan de ser "las bolleras del cuarto" para ser dos mujeres interesantes que viven su vida libremente, fieles a sus sentimientos, que son mucho más que su orientación sexual y que tienen mucho que enseñar a quién quiera aprender.
A la que damos identidad i reconocimiento a las personas, vemos el ser humano que hay dentro y ese sí es mucho más parecido a nosotros. En esencia somos muy parecidos, en apariencia podemos parecer muy distintos. Pero es mucho más lo que nos une, que lo que nos diferencia.
Así que no hay que entender a los demás, basta con conocerlos y aceptarlos sin juicios. No necesito entender desde mi modo de pensar a los demás, es mucho más enriquecedor abrir la mente y enriquecerse de sus puntos de vista, sin miedo, rompiendo viejos corsés reduccionistas y dando espacio a que las personas diferentes de nosotros son quienes más nos van a enseñar. No vamos a dejar de ser de nuestra tribu, tan sólo vamos a abrirnos a otras manera de entender la vida para ampliar la nuestra.
Sal de tu cueva, husmea en otros mundos, no sólo viajando, ahora tenemos el mundo al lado de casa. Conoce a gente muy diferente a ti, que te muestren otras maneras de ver el mundo, sal de tu territorio conocido y aprende de quién vive una vida distinta a la tuya, charla con gente de otras esferas sociales, culturales, de otros orígenes y religiones, de distinto color de piel, religión, orientación sexual, edad.
Y no lo hagas solo por ti , sino por la siguiente generación, que tus hijos vean ese mundo diverso con seguridad y tolerancia. Que puedan aceptar como amigos en el colegio a los que son distintos a ellos por el motivo que sea, por ser gordos, estrábicos, extranjeros, homosexuales, pelirrojos pecosos, pobres o ricos, artistas, bailarines, disléxicos, tímidos, inquietos, callados, etc, etc, etc, . El bullying es incultura, miedo, mediocridad, inseguridad, rabia. Demos a nuestros hijos, sobrinos, alumnos... esa seguridad en sí mismos para que no necesiten acosar a nadie para reafirmar a su tribu donde sentirse "menos amenazados".
El bullying no es un problema escolar, es un tema familiar y social. Esos comentarios viendo la tele :"putos moros", "mira la gorda", "gafotas patoso", "mira qué maricón", "demasiados negros".... son escuchados por los niños, interiorizados, si sus familias hacen bullying, es muy probale que ellos también lo hagan. Si sus familias están abiertas a los demás, sin juzgar, permitirán a sus hijos ser quienes realmente son, expresar sus propias diferencias e interesarse por las de los demás.
Quién tiene luz propia no necesita ensombrecer a otros para brillar.
Héroes Antibullying
Así que sé sincero, acepta quién eres, ábrete a los demás, conoce gente nueva, abandona ya el miedo de ser juzgado por ir con gente distinta a ti, no intentes cambiar a nadie más que a ti mismo, valora quién eres y al mismo tiempo, pon en duda tus "verdades", sé libre de los juicios ajenos.
Todos somos distintos para alguien, todos somos personas para todos.
El amor es universal, todos amamos, si miramos dentro de las personas, más allá de su apariencia, veremos esa esencia, esa llama , en el corazón de todos.
Ser libre del miedo, de los prejuicios, de las generalizaciones y atrévete a ser libre para hacer los que realmente quieras. Deja que los que aún no han logrado tu grado de libertad, cuchicheen y critiquen, desde su estrecha madriguera, mientras tu sales al mundo a volar.