Desde la Asociación Americana de Diabetes advierten que las principales causas de desarrollo de la diabetes tipo 2 en niños y jóvenes son:
No hacen mucha actividad física.
Tienen sobrepeso.
Tienen otros familiares con diabetes tipo 2.
Tienen la presión alta.
Son de raza negra, hispanos, indígenas americanos o estadounidenses de origen asiático. (Su genética es más propensa al desarrollo de la diabetes tipo 2)
En el caso de verte identificado con alguna de estas características o con más de una, lo primero a cambiar debe ser la alimentación, realizar ejercicio físico y cambiar algunos hábitos relacionados con la disciplina (revisiones periódicas) y el autocuidado con el fin de, en caso de no estar aún diagnosticados, retrasar el diagnóstico.
Pero si aún no estamos diagnosticados ¿cómo sabemos sin un análisis clínico que podemos tener diabetes?
Existen ciertos indicativos de la enfermedad, como son los síntomas de la misma (micción excesiva, mucha sed y mucha hambre) y otros como la aparición de manchas oscuras en el cuello, barriga, rodillas, codos, axilas, manos, senos o ingle. Estas manchas oscuras se relacionan con la acantosis nigricans o AN e indica que el páncreas no está funcionando adecuadamente debido a la resistencia a la insulina (dificultad para que esta no cumpla su función).
Si tenemos un familiar diabético en casa, podemos usar en ocasiones su medidor de glucosa para medir nuestra glucemia capilar, por ejemplo en esos momentos en los que tenemos dolor de cabeza, irritabilidad, pesadez, o mucha sed, que pueden estar indicando que estamos en hiperglucemia o niveles altos de glucosa. Para ello es fundamental recordar que hay que cambiar la lanceta y usar una nueva para nosotros, ya que hay que evitar la contaminación entre personas aunque sean de la misma familia. Hay que tener las manos perfectamente limpias y secas y tirar la lanceta (aguja del medidor) una vez la hayamos usado.
Una vez nos han diagnosticado diabetes tipo 2, hay que saber una serie de cosas:
**Si no tenemos medicación es que tenemos una prediabetes, es decir, si controlamos la alimentación, perdemos peso y hacemos ejercicio retrasaremos el momento de tomar una pastilla o tener una medicación combinada de insulina y antidiabético oral.
**Si tenemos una medicación a base de antidiabéticos orales no hay duda de que es el momento de cuidarnos. Somos niños o jóvenes y por tanto tener buena salud en el futuro dependerá fundamentalmente de nuestro presente a diario, ya que vamos a vivir muchos años con ella y si no la controlamos, la medicación cada vez crecerá más y las complicaciones aparecerán pronto. Los antidiabéticos orales sirven para potenciar la acción de la insulina y abrir las células para el correcto aprovechamiento de los nutrientes. Aunque hay otras que ayudan a que el cuerpo produzca más insulina.
**Si tenemos una medicación a base de insulina y pastillas, normalmente se debe a que la resistencia a la insulina es elevada, que nuestro no produce suficiente insulina y quizá llevamos varios años viviendo con la diabetes sin saberlo. Esto puede haber afectado algo a nuestros órganos y por tanto debemos cuidarnos mucho para evitar que nuestra glucosa siga elevándose con el tiempo. Esta terapia se indica cuando nuestro páncreas no produce suficiente insulina (pincharnos) y las pastillas para potenciar la acción de la insulina que producimos.
Lo bueno de la diabetes tipo 2 es que aunque no tiene cura, si realizamos deporte a diario, comemos bien, no fumamos y no abusamos de las bebidas alcohólicas se puede reducir bastante la medicación ya que la resistencia a la insulina se irá disminuyendo. E incluso en los casos de no estar diagnosticado seguir estas pautas pueden ser decisivas para vivir varios años más sin diabetes.
Ya tengo mi medicación y ¿ahora qué?
Es importante controlar que la medicación es la adecuada, ya que si estamos altos de azúcar constantemente sufriremos complicaciones. Para saber si es correcta habrá una serie de indicativos que nos ayudarán como son el medidor de glucosa (si tenemos), las revisiones periódicas y la hemoglobina glicosilada. Debemos estar muy pendientes a ellos porque si notamos niveles altos de glucosa en sangre debemos pedir cita a nuestro médico para que valores is es algo puntual o necesitamos cambiar la medicación.
Los síntomas de hiperglucemia más comunes son:
Sentirse cansado o tener mucha sed o sueño
Estar sin energía para jugar, trabajar o divertirte
Tener la vista nublada o borrosa
Hacer que orines (vayas al baño) con más frecuencia
Hacer que te levantes de noche para ir al baño
Enfermar con más frecuencia o que las infecciones y heridas tarden en cicatrizar o curar.
Tener daños en los vasos sanguíneos de los ojos, riñones o corazón
Los niveles óptimos de HbA1c para una persona con diabetes son de 7% o menor y este parámetro representa el nivel promedio de glucosa en la sangre de los últimos tres o cuatro meses. Aquí está la relación entre el porcentaje y el nivel medio de glucosa:
6.0% 126 mg/dl
7.0% 154 mg/dl
8.0% 183 mg/dl
10.0% 240 mg/dl
12.0% 298 mg/dl
A pesar de todo ello y aunque sigamos la medicación a diario puede que tarde varias semanas en bajar los niveles de glucosa, pero si esto no cambia, el equipo médico optará por cambiar la medicación. Además es importante que sepas que los efectos secundarios como dolores de cabeza o mareos surjan si no tienes disciplina y no tomas tu pastilla a diario.
En caso de fiestas, días de ayuno…. habla con tu médico ya que quizá tengas que cambiar tu dosis durante ese día o tomarla a otra hora del día
**imagen cogida de la web “hablamos de europa”