Comentamos los últimos datos de las encuestas, dando la razón a la decepción que sentimos ante este atajo de chorizos. De paso, me cuentas que fulana, algún cargo de la Junta de Comunidades, ha liado alguna, y asiento, te escucho, opinamos, te cuento yo algún caso madrileño, llegando a la misma conclusión los dos, como siempre.
Hablamos de las injusticias en el trabajo, de los vagos que chupan del frasco, de las pagas que nos roban y los horarios que nos amplían para nada, justificando, o no, levantando la voz por la calentura del momento, yo escucho, otra vez, cuanto sabes, cuánta razón.
Comentamos algo sobre el Atleti, TU Atleti, bien si van bien, y bien si van mal, siempre defendiendo el rojiblanco. Ay papá, si vieras lo que está haciendo Simeone, que ganas de oír tu opinión.
Llegamos a la Montearagueña, a tomarnos una cañita, con aperitivo, si hace falta nos pegamos para que al final siempre pagues tu… Anda, tonta, tira….
Seguimos por la calle San Francisco hablando de las pequeñas, el cole, los deberes, los horarios, las competiciones… De paso, recordamos algo de cuando nadaba, o a alguien, o me cuentas si fulano vive fuera o si aquel sigue en el mundo del deporte.
Ay, papá, como te echo de menos. Que difícil venir de nuevo a Talavera un 9 de noviembre, reviviendo como lloraba el cielo hace tres años.
No quiero olvidar, no puedo, no quiero recordar, no puedo.
Lo pasaremos las 8 contigo y sin ti, lanzando flores a tu recuerdo y rezando por estar juntas un año más, aunque estemos enfadadas con tu Virgen por robarte.
Cuida de todas, sobre todo de las pequeñas que consiguen hacernos reír, volvernos locas y perder la paciencia. Yo soy sincera, odio este día, aunque me guste volver a estar todas juntas, reunidas para recordar algo que no queríamos olvidar.
Te quiero, y te seguiré queriendo como a nadie. Sigo dando paseos, agarrada del brazo de tu mujer, enfermera jefe en activo otra vez, pegando gritos a las adolescentes que no se enteran ni del NODO, conversando con tu morenita , que ya tiene mucho que contar, y de la mano de la rubia pequeña, el regalo.
Lo hiciste muy bien, ocho mujeres aferradas a tu recuerdo paseando por la Trinidad.
Os leo!