Karen es una inclaudicable promotora del cambio cultural. Su principal bandera es acabar con los estereotipos y probar que las personas con capacidades diferentes tienen mucho para aportarle a la sociedad.
También alienta a la gente a ampliar su concepto de belleza: ¿no se dan cuenta de que una mujer con discapacidad es tan atractiva como cualquier otra? ¿No notan que una chica con capacidades especiales es una persona llena de valores, porque ha debido enfrentar al mundo con una limitación?
Karen está atenta a las oportunidades que surgen en el mundo del modelaje inclusivo. Fue así como se enteró del concurso Miss Silla de Ruedas 2017, que tendrá lugar en Polonia entre el 29 de septiembre y el 8 de octubre de 2017. Se propuso entonces participar y lo logró. Es una de las 25 finalistas seleccionadas.
Un cambio inesperado
Nadie tiene entre sus planes perder capacidades físicas. Sin embargo, la vida no siempre transcurre como quisiéramos. Eso le ocurrió a Karen, que era una chica común y corriente, con los sueños y deseos de cualquier joven. Cuando tenía tan solo 20 años, sufrió un grave accidente automovilístico en San Diego (California, USA). Ahí fue cuando todo cambió para ella.
Karen sufrió una tremenda lesión en las vértebras cervicales. Ella explica que cuando se sufren ese tipo de traumatismos, se pierden funciones de movimiento y sensibilidad. El cerebro es como un gran centro de procesamiento y desde allí se recibe y se envía información a todo el cuerpo. Pero accidentes como el que ella sufrió hacen que se rompa la comunicación, como cuando se corta el cable de un teléfono y ya no hay manera de establecer conexión.
De seguro no es nada fácil estar en la plenitud de la vida y ver que un accidente corta tus alas. En un comienzo, Karen estaba devastada. Fue una etapa de informarse, pedir segundas opiniones médicas y adaptarse a su nuevo cuerpo, tan diferente al que tenía antes del accidente.
Pasó por un fuerte duelo. Se preguntó lo obvio: “¿Por qué a mí?” Estaba deprimida. No encontraba respuestas y eso la atormentaba. También la acongojaba ver a su familia sufriendo. Por eso a veces se hacía la fuerte para que ellos no se sintieran mal.
Después de una noche oscura, siempre sale el Sol
Karen no olvida el día en que salió del hospital. Justo en ese momento conoció a un señor que era cuadrapléjico, pero llevaba su vida de una forma prácticamente autónoma en todo lo que hacía. Además era un hombre optimista, que inclusive le dio aliento a ella.
Eso la sorprendió mucho. Entendió que discapacidad no era incapacidad y se dijo a sí misma: “¿De qué te quejas?” Se dio cuenta de que tenía todavía mucho por hacer.
Poco a poco fue entendiendo que la clave de todo está en aceptarnos como somos y aceptar la vida tal y como se presenta. Descubrió que debía soltar los recuerdos.
El secreto estaba en dejar atrás el pasado y concentrarse en el presente, admitiendo que ahora sus desafíos eran otros. En adelante ya no volvió a pensar en todo lo que no podía hacer, sino en todo aquello de lo que sí era capaz.
Mirando al futuro
Karen encontró en el deporte una excelente vía para sentirse bien física y mentalmente. Se vinculó a un equipo de basquetbol llamado “Rayos de Mexicali”. Más recientemente también comenzó a practicar tiro con arco. Tiene en la mira los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. También, por supuesto, el concurso Miss Silla de Ruedas, que pronto comienza.
Es una convencida de que la discriminación y la exclusión siguen siendo el pan de cada día en su país y está dispuesta a luchar contra esto, desde cualquier frente. Dice que el tema no se toma en serio. Todos hablan de inclusión, pero se quedan en palabras. Eso se hace evidente cada vez que se encuentra una puerta en donde no cabe la silla de ruedas, o un servicio de transporte que no toma en cuenta a los discapacitados.
Quizás ahora todos van a escuchar más a Karen. Tiene grandes posibilidades de conquistar la corona para México en el concurso de Miss Silla de Ruedas 2017. Si no lo logra, igual marcará un hito. Su participación es una forma de decir: Sí puedo.