Para tener una piel esté sana no basta sólo con cuidarla desde fuera con productos cosméticos, sino que también es necesario seguir una alimentación adecuada que incluya ciertas vitaminas.
Tiene una piel flexible, suave y sana es esencial para nuestra belleza. Una piel sana y brillante no es sólo una cuestión de estética. Aunque sí es cierto que es una de las primeras cosas que vemos en una persona.
Pero la piel es también un órgano importante para proteger nuestro organismo frente a agentes externos. Por lo tanto, debemos mantenerla bien cuidada y dedicarle todas las atenciones posibles. Y no sólo en verano, cuando más lo recordamos porque estamos más expuestos…
Lo mejor es mantenerla durante todo el año. Y eso va desde una limpieza profunda pero suave con los productos más adecuados (hidratantes, protectores solares, restauradores, nutritivos…), hasta vigilar aquello que comemos. De hecho, la piel debe ser tratada especialmente desde el interior, con valiosos nutrientes tales como las vitaminas. Nuestra piel refleja sin duda lo que comemos y las vitaminas A, B, C, D y E son las aliadas perfectas para mantenerla joven y saludable.
Sin olvidar los minerales como el calcio, magnesio, fósforo, potasio, hierro, cobre y silicio. Que también son cruciales para mantener el equilibrio hídrico, las reacciones bioquímicas y la producción de hormonas y anticuerpos que necesitamos.
Todos podemos lucir una piel increíble si sabemos lo que debemos comer. La dieta es muy importante para la salud en general pero también para nuestra belleza. Hoy os quiero mostrar las vitaminas que influyen en el aspecto de nuestra piel. Gracias a ellas notarás una piel más hidratada y joven.
Vitamina A – por lo general se puede adquirir a través de las zanahorias, mantequilla, huevos, pescado, leche, queso, verduras de hoja, perejil, lechuga, espinacas, mandarinas, naranjas, melones, melocotones, calabazas, patatas dulces, aceite de hígado de bacalao…
El sol, el tabaquismo y el alcohol contribuyen a envejecer prematuramente la piel, mientras que los radicales libres son la causa principal de que aparezcan arrugas. La vitamina A (retinol) nos ayuda frente a estos aspectos negativos. Su acción antioxidante lucha contra los radicales libres y elimina las toxinas del cuerpo, reduciendo así los signos de envejecimiento de la piel.
Y, además, fortalece la piel, previene el acné y estimula la renovación celular.
Es necesaria para la reparación del tejido celular. Una deficiencia de vitamina A, de hecho, hace que la piel presente un aspecto apagado y se vea muy seca.
Además ayuda a pigmentar la piel, por eso puede parecer que se nos broncee la piel un poco aunque en realidad no es que se forme melanina sino que se crean ciertos pigmentos que le dan un toque de color a la piel.
Otra característica que tiene es que gracias a esta vitamina se produce un incremento en la formación de colágeno porque hace que la piel se renueve con más facilidad. De hecho, es muy recomendable tomarla en casos de dermatitis o acné.
Vitaminas del complejo B – se encuentran en alimentos como plátanos, arroz, espárragos, huevos, leche, pescado azul, cereales, legumbres, frutos secos, a harina de avena, levadura, soja, germen de trigo, habas, nueces, almendras, col, coliflor…
Ayuda a restaurar la hidratación de la piel y su deficiencia puede conducir a dermatitis y pérdida de cabello. Es una de las vitaminas que aporta elasticidad a la piel, por eso es tan importante para combatir estrías, rosácea o incluso el envejecimiento de la piel.
Protege la microcirculación y eso ayuda también a mantener la piel en buen estado de salud. Además de ser ideal para la lucha contra el acné.
Algunos suplementos del grupo B son útiles precisamente para mantener el cabello y uñas fuertes y sanos debido a que el complejo B contiene biotina, que forma la base de las uñas y el pelo.
Vitamina C – Esta vitamina es ideal para el verano y para periodos en los que nos vemos más expuestos a factores externos climáticos porque ayuda a incrementar las propias defensas de la piel.
La encontramos sobretodo en alimentos como los cítricos, tomates, col, perejil, brócoli, fresas, kiwi, mango, frambuesa, papaya, espinacas, pepinos, melones, cerezas, grosellas…
Además de tener una alta actividad antioxidante, la vitamina C es esencial en la formación de colágeno, proteína importante que confiere tono y elasticidad a la piel. Además, la vitamina C es importante en la prevención de la lesión de los capilares. Es buena para prevenir la rosácea, pero también para acelerar el proceso de curación.
Asociada con la vitamina A también contrasta las alteraciones provocadas por el fotoenvejecimiento o envejecimiento de la exposición prolongada al sol.
Vitamina D – Esta vitamina ayuda a mantener la piel hidratada y protegida, sobretodo en verano, ya que determina la calidad de la película hidrolipídica y promueve la maduración de las células superficiales cutáneas, dando a la piel un aspecto joven y saludable.
Nuestro cuerpo es capaz de producirla por la acción de los rayos del sol, de hecho, los rayos convierten el precursor de la vitamina D (ergocalciferol o vitamina D2) presente en la piel en la propia vitamina.
En la dieta la encontraremos en almendras, semillas de sésamo, aceite de germen de trigo, aceite de girasol, aceite de oliva, cereales, leche, salmón y atún.
Vitamina E – La vitamina E se encuentra en el maíz, frutos secos, manzanas, plátanos, espinacas, legumbres, aguacates, aceite de oliva, granos enteros, aceitunas, aceites de girasol, aceite de lino, aceite de oliva, vegetales verdes, col, brócoli, espárragos, zanahorias, diente de león, berros, apio…
La peculiaridad de la vitamina E es que ayuda a mejorar la apariencia de cicatrices y es muy eficaz contra la piel seca y áspera.
En la categoría de los antioxidantes la vitamina E es una de las más nombradas por excelencia. Mejora la hidratación de la piel y la mantiene flexible. Además, contrarresta la actividad dañina de los radicales libres durante la exposición a los rayos ultravioletas, y reduce la aparición de arrugas y manchas causadas por efecto del sol.
Eso sí, recuerda que no debes excederte en el consumo de vitaminas porque algunas de ellas pueden dar problemas si se toman en exceso. En el artículo ¡Cuidado con el exceso de vitaminas! os hablé de los problemas que pueden dar cada uno de ellos. Te recomiendo que le heches un vistazo y que preguntes antes a tu farmacéutico o médico antes de empezar a tomar suplementos.
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