Suelo pélvico: enfermedades y ejercicios para fortalecerlo

El suelo pélvico es el conjunto de estructuras que cierran en forma de rombo el estrecho inferior de la cavidad abdomino-pelviana; hay varias enfermedades que se presentan producto de su debilitamiento, entre las más comunes están: Incontinencia urinaria, incontinencia fecal y prolapsos pélvicos.

En conjunto, estas son patologías que deterioran la calidad de vida, limitan la autonomía y repercuten en varios aspectos de la vida como el social, laboral y sexual; además, se presentan con mayor frecuencia en el sexo femenino. Es por este motivo que resulta necesario realizar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, que no sólo ayudan a prevenir dichas condiciones sino también a manejarlas en el caso de que se presenten.

Hay varias formas de hacer estos ejercicios y no son complicadas, sólo necesitas estar relajada y concentrada para realizarlos eficazmente. Actualmente existen centros de fisioterapia para el suelo pelviano y si prefieres la ayuda de un profesional en este aspecto, entonces esta es la alternativa ideal.

Suelo pélvico


¿Quién forma el suelo pélvico?

El suelo pélvico es una estructura anatómica compleja, que se encuentra constituida por:

Huesos:

En total son cuatro:



Dos ilíacos.

Sacro.

Coxis.

Articulaciones:

 Igualmente son cuatro:



Dos sacroilíacas.

Una sacrocoxígea.

Sínfisis del pubis.

Ligamentos:

Son tres:



Útero Sacro: Este se origina en el útero y se inserta en el sacro (S1-S2-S3).

Ano coxígeo.

El que va desde el pubis a la parte anterior de la vejiga.

Músculos:

Estos se distribuyen en tres planos.

¿Qué músculos conforman el suelo pélvico?

Los músculos representan el 30% del contenido del suelo pélvico y se dividen en tres planos:

Plano superficial:

El cual está conformado por los siguientes músculos:



Bulbo-cavernoso: Es uno de los músculos encargados de mantener la erección, el cual tiene su origen en la parte inferior de la sínfisis del pubis y se inserta en el núcleo fibroso central.

Isquiocavernoso: Este es otro de los músculos encargados de mantener la erección y tiene su origen en el isquion, se inserta en el ligamento suspensorio del clítoris.

Transverso superficial: Tiene su origen en el rafe tendinoso del periné y se inserta en las tuberosidades isquiáticas.

Esfínter estriado del ano: Este es el músculo que se encuentra por fuera del canal anal.

Plano medio:



Esfínter estriado de la uretra: Este músculo tiene la función de cierre activo y pasivo de la uretra.

Transverso profundo: Cuya función es sujetar el núcleo fibroso con el isquio, este músculo tiene su origen en el pubis y se inserta en el centro tendinoso.

Plano profundo:

Este plano es el más complejo, ya que a su vez se divide en:

Parte anterior:



Pubovaginal: Tiene su origen en el tercio inferior de la vagina, atravesándola hasta insertarse en el núcleo central fibroso.

Puborectal: Este se origina en el pubis y se inserta en el canal rectal.

Parte posterior:

Está representado sólo por el músculo elevador del ano, el cual se compone de tres fascículos:



Pubo-coxígeo: Tiene su origen en el ligamento ano coxígeo y se inserta en el pubis.

Íleo-coxígeo.

Isquio-coxígeo: Se origina en la espina isquiática y tiene su inserción en el borde externo del coxis.

Músculos del suelo pelviano


¿Por qué se debilita el suelo pélvico?

Hay varias causas que se relacionan con el debilitamiento del suelo pelviano, entre ellas están:

Parto por vía vaginal:



Este es el principal factor asociado al debilitamiento y a lesiones del suelo pelviano.

Claramente, esto va a depender de la forma en la que se desarrolló el embarazo y sobre todo del momento del parto.

Si hubo alguna anomalía de la fase de dilatación o durante el periodo expulsivo, habrá más riesgo de daño de los músculos pélvicos.

Hay mayor probabilidad de debilitamiento del suelo pélvico en los casos de partos traumáticos (desgarros, episiotomía o uso de instrumentos) o partos múltiples.

Esto puede derivar en molestias futuras por alteraciones de la vejiga, el recto o incluso durante la sexualidad.

En relación con esto, puedes leer: Desgarros del canal blando del parto.

Cirugías ginecológicas o tratamientos agresivos:



La manipulación quirúrgica a nivel de la pelvis puede generar debilidad de los músculos.

Hay tratamientos agresivos como la radioterapia para tratar tumores pélvicos que se asocian con alteraciones anatómicas del suelo pelviano.

Estreñimiento crónico:



Esto se asocia al esfuerzo que debe realizar la persona para poder defecar.

Los músculos son sometidos a una gran presión y pueden ir perdiendo el tono progresivamente.

Enfermedades respiratorias crónicas:



Las mujeres con diagnósticos de ese tipo de enfermedades, al igual que las fumadoras tienen mayor riesgo de desarrollar debilidad del suelo pelviano.

Esto se debe a los accesos de tos repetidos que llevan a incremento de la presión abdominal.

Obesidad:

Altera los mecanismos de sujeción de la vejiga y se asocia con una mayor carga de la que pueden soportar los músculos pélvicos.

Si quieres saber más sobre la obesidad, pincha aquí.

Malas posturas:

El estar sentada con la espalda encorvada, ejerce una mayor presión sobre la pelvis y esto a la larga lleva a debilidad del suelo pélvico.

Ejercicios de alto impacto:



Actualmente, muchas mujeres practican distintos tipos de ejercicios con el fin de tener una mejor figura o de adelgazar, sin embargo, se debe tener en cuenta que algunos de ellos pueden ocasionar debilidad de los músculos del suelo pelviano.

Entre ellos están: Aerobic, tenis, levantamiento de pesas, abdominales tradicionales, entre otros.

Hormonas:



Así como el resto del cuerpo, los músculos dependen de las hormonas en muchos aspectos, en especial para mantener un metabolismo adecuado.

Es por esto que cuando hay alteraciones hormonales en casos de menstruación, embarazo y menopausia, los músculos pueden verse afectados.

Una de las formas más frecuentes de presentación es la incontinencia urinaria.

Ejercicios post parto:



A muchas mujeres les preocupa su figura luego de un embarazo y es por esto que realizan ejercicios, pero esto está completamente contraindicado porque independientemente de si el parto fue por vía vaginal o mediante una cesárea, hay que esperar que el suelo pelviano se recupere antes de realizar ejercicios.

Se debe esperar por lo menos seis meses, en donde no sólo se deben evitar los ejercicios, sino también los saltos y el levantar pesos.

Herencia:



Aunque parezca extraño, a través de distintos estudios se ha demostrado que mujeres con familiares que tienen debilidad del suelo pelviano presentan mayor riesgo de padecerla y dos de cada 10 mujeres presentan debilidad innata del suelo pelviano.

Por esto es importante que si alguien en tu familia sufre de esto, acudas con un especialista.

¿Cómo reconocer el suelo pélvico?

Esta es una duda frecuente que se plantean muchas mujeres, ya que la propiocepción a veces resulta difícil, pero a continuación te menciona algunos consejos para encontrar los músculos del suelo pélvico:



Primero, debes estar en un lugar tranquilo en donde te sientas cómoda y relajada, procede a apretar fuerte como si quisieras detener el flujo de orina; luego de eso aprieta fuerte el ano, como si estuvieras reteniendo gases y por último, debes apretar y subir con fuerza ambos músculos a la vez. De esta manera estarás contrayendo los músculos del suelo pelviano.

Si aún así, no eres capaz de hacerlo, entonces una opción es contraer el músculo durante la micción, si logras detener el flujo de orina, ya habrás identificado los músculos del suelo pelviano.

Enfermedades producto del debilitamiento del suelo pélvico:

A continuación se describirán las patologías que se asocian con más frecuencia al debilitamiento del suelo pelviano.

1.- Incontinencia urinaria:

Es la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra y se presenta con frecuencia en mujeres, sobre todo en aquellas en edad menopáusica

Tipos:

De esfuerzo:



Se presenta cuando hay incremento de la presión abdominal, como ocurre en casos de esfuerzo físico, tos, estornudos.

Entre sus causas están: Presiones abdominales demasiado intensas, pérdida del soporte anatómico de la uretra y de la unión uretrovesical o por falla en el cierre uretral.

No se asocia a deseo miccional ni se nota la sensación previa a la pérdida de orina.

De urgencia:



Este tipo también se conoce como vejiga inestable y a diferencia del anterior, en estos casos, el paciente siente deseos de orinar.

Dicho deseo se presenta de forma súbita y antes de que se dé la pérdida de orina, el paciente lo siente y no puede evitarlo.

Se asocia a contracciones involuntarias del músculo detrusor producto de defectos neurológicos.

Mixta:

Es la incontinencia urinaria que combina los dos mecanismos previamente descritos, es decir, el paciente presenta urgencia y también pérdida de orina ante aumentos de la presión abdominal.

Por rebosamiento:



Es aquella que se da producto de la sobredistensión de la vejiga cuando la presión dentro de la misma excede la de la uretra, por lo que asocia a retención de orina continua.

Se puede manifestar como un goteo o como un chorro urinario fino y sin fuerza.

El deseo miccional está ausente.

Neurógena:

Las alteraciones de la dinámica miccional que tienen su origen en el sistema nervioso central, se dividen en cuatro niveles:



Cerebral: Esta se manifiesta como una incontinencia urinaria de urgencia, en donde existe un fuerte deseo miccional y se puede presentar en casos de enfermedades cerebrovasculares, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinsosn, entre otras.

Te puede interesar leer: Esclerosis múltiple, enfermedad neurológica enigmática.



Medular: Pueden ser por lesiones altas (estas son suprasacras, en donde se produce descoordinación entre la vejiga y la uretra) o bajas (también conocidas como sacras, en donde tanto la vejiga como a uretra quedan desconectadas del sistema nervioso).

De los nervios periféricos.

Mixta.

Alternativas terapéuticas:

En esencia, todas ellas están orientadas al fortalecimiento del suelo pélvico; de forma que la persona pueda retener el flujo urinario cuando realiza esfuerzos o si siente la urgencia miccional, entre las alternativas están:



De existir hiperlordosis, se debe corregir.

Ejercicios de Kegel.

Gimnasia abdomino-pelviana.

Biofeedback.

Bolas chinas.

2.- Prolapsos:

Otras de las patologías que se asocian con debilidad del suelo pélvico y se definen como el descenso parcial o total de los órganos genitales internos de la mujer a través de la vagina, ellos representan la primera causa de histerectomía en todos los grupos de edad.

Tipos:

Según el órgano que se prolapsa, recibe varios nombres:



Uretrocele: Prolapso que se produce a nivel de la uretra.

Cistocele: Prolapso a nivel de la vejiga.

Retrocele: El recto es la estructura que se prolapsa.

Elytrocele: Se prolapsan las asas intestinales a nivel del saco de Douglas.

Colpocele: Prolapso de las paredes vaginales.

Histerocele: El útero se prolapsa arrastrando las paredes vaginales.

Grados:



I: Se da un descenso de la estructura entre su posición normal y el introito.

II: Descenso de la estructura a nivel del introito.

III: El descenso se da por fuera del introito.

IV: El prolapso es total, fuera del plano vulvar.

Tratamiento fisioterápico:



Reducción manual del prolapso: Sólo en casos de prolapsos grados I ó II.

Ejercicios de Kegel.

Ejercicios abdominales preservando el periné.

Biofeedback.

Gimnasia abdomino-pelviana.

Prolapsos genitales


3.- Incontinencia fecal:

Es la pérdida involuntaria de materia rectal, ya sea sólida, líquida, gaseosa o mucosa y para manejar este trastorno, las técnicas fisioterapéuticas resultan muy útiles, ya que la mitad de los pacientes presentan curación, mientras que un 75% de ellos presentan mejoría. Entre dichas técnicas están:



Masaje transversal.

Electroestimulación.

Ejercicios perineales contra-resistencia.

Biofeedback.

Balones rectales.

4.- Disfunciones sexuales:

Estos son los trastornos más frecuentes en mujeres que presentan alteraciones de suelo pélvico, ya que cuatro de cada cinco mujeres con diagnóstico de debilidad del suelo pelviano, presentan alteraciones sexuales; entre las que destacan:



Frigidez: Se ve afectada la fase de excitación, por lo que la mujer presenta poca lubricación y hay ausencia de la vasocengestión vaginal.

Dispareunia: Es el dolor que se presenta durante o después del coito.

Anorgasmia: Se ve afectada la fase del orgasmo, por lo que la mujer no llega al clímax, en donde la fase de meseta se prolonga y se pasa directamente a la fase de resolución, la cual es lenta y puede llegar a ser molesta.

Vaginismo: Es el espasmo intenso e involuntario del tercio inferior de la vagina que se produce ante cualquier intento de penetración.

Técnicas de fisioterapia:

Hay una gran variedad de técnicas que pueden usarse, pero su elección dependerá del trastorno que presente la mujer, entre ellas están:



Técnicas de relajación.

Masoterapia.

Ejercicios perineales.

Trabajo de la zona vaginal.

Ejercicios de respiración.

Biofeedback.

Ejercicios de toda la musculatura que interviene en el coito.

Electroterapia.

5.- Estreñimiento:

Una persona presenta estreñimiento si tiene alguno de los siguientes criterios:



Heces duras en el 25% de las evacuaciones.

Esfuerzos defecatorios excesivos en al menos el 25% de las evacuaciones.

Menos de tres deposiciones a la semana.

6.- Trastornos de la menstruación:

A pesar de que estos no se relacionan con la debilidad de los músculos del suelo pélvico, si estos se fortalecen, se presenta mejoría del cuadro clínico. Entre algunos trastornos menstruales están:

Dismenorrea:

Esta es la menstruación que se acompaña de dolor discapacitante, que se localiza en vientre o en región sacra. Las fisioterapias ideales en estos casos son:



 Técnicas de relajación.

Masoterapia descontracturante.

Ejercicios de relajación de los músculos del suelo pélvico, de la espalda, abdomen y glúteos, los cuales deben realizarse una vez que finaliza la menstruación.

Termoterapia en zona pelviana y abdominal.

Oligomenorrea e hipomenorrea:

La primera es la ausencia de menstruación por algunos periodos de tiempo y la hipomenorrea se refiere a un sangrado menstrual en pequeña cantidad, ambos trastornos se suelen acompañar de fatiga, retención de líquidos, entre otros. La fisioterapia se basa en:



Masoterapia vibratoria en región abdominal y lumbar.

Ejercicios de contracción y elongación de los músculos abdominales, del suelo pelviano y de los glúteos.

Termoterapia pélvica.

Amenorrea:

Se refiere a la ausencia de menstruación por más de 90 días (ausencia de tres ciclos menstruales). Las técnicas de fisioterapia son:



Electroterapia.

Crenoterapia.

Fortalecimiento de los músculos abdominales.

Técnicas de relajación.

Ejercicios de movilidad pelviana.

Menopausia:

Se refiere al cese de la menstruación, que debido a los cambios hormonales (detención de la producción de progesterona) se asocia con algunos trastornos, entre los cuales están: Osteoporosis, incontinencia urinaria, artrosis, alteraciones sexuales, inestabilidad circulatoria, entre otros. La fisioterapia se basa en:



Tratar los síntomas que se presenten.

Masoterapia circulatoria.

Ejercicios del suelo pélvico.

Técnicas de relajación.

Incrementar la actividad física.

¿Cómo fortalecer el suelo pélvico?

Hay muchas formas de fortalecer el suelo pélvico, desde métodos que deben realizarse en un consultorio hasta otras que puedes realizar en la tranquilidad de tu hogar, pero la elección del ejercicio más ideal dependerá de si es para el manejo de una enfermedad o si los están indicando para prevenir el debilitamiento.

A continuación se describen algunas formas de realizar estos ejercicios, algunos conocidos como ejercicios de Kegel.

1.- Rutina de ejercicios:

Consejos:

Antes de comenzar con los ejercicios, primero sigue algunos consejos:



Cada contracción que realices, debes intentar mantenerla por 5-6 segundos, con el resto de los músculos relajados.

Debes hacer series en 5-10 veces.

Los ejercicios los debes realizar hasta 10 veces al día, luego puedes ir aumentando progresivamente.

Intenta mantener un ritmo de respiración adecuado mientras realizas los ejercicios, contrae los músculos con la espiración y relájalos con la inspiración.

Antes de comenzar con los ejercicios:

Es importante que mantengas relajados los músculos del suelo pélvico durante 3-4 minutos antes de comenzar con la rutina de ejercicios y esto puedes lograrlo adoptando cualquiera de estas posturas:



Arrodíllate e inclina el cuerpo hacia delante, apoya los antebrazos en el suelo y coloca tu cabeza entre las manos.

Acuéstate en el suelo, sube las piernas a una silla y debajo de tu pelvis, coloca un cojín.

Tabla de ejercicios:

Puedes cumplir con esta tabla por completo al menos una vez al día, mientras que el resto del día puedes hacer series de contracciones repetidas que ayudarán a mantener un tono adecuado de los músculos pélvicos.



Colócate de pie y con las piernas bien separadas procede a colocar las manos en los glúteos y asegúrate de que cuando contraes los músculos del suelo pelviano hacia arriba y hacia dentro, no utilizas los del glúteo.

Siéntate en una silla sin apoyar la espalda y curva la columna hacia dentro, contrae la musculatura del suelo pelviano, específicamente concéntrate en la vagina y la uretra.

De pie, flexiona ambas rodillas y coloca las manos sobre los muslos, comienza a contraer los músculos del suelo pelviano hacia arriba y adentro.

Sentada en una silla, sin apoyar la espalda, coloca un objeto entre ambas piernas para que ofrezca resistencia como un cojín y contrae los músculos.

Siéntate en una silla y apoya la espalda, cruza las piernas una sobre la otra y presiona las partes externas del pie una con la otra.

Debes sentarte en la posición de loto con la espalda recta y tirar hacia arriba el suelo pelviano separándolo del suelo.

Para saber más sobre los ejercicios de Kegel, observa el siguiente vídeo:



2.- Ejercicios para el suelo pélvico con bolas chinas:

Las bolas chinas son unos de los instrumentos que pueden usarse para fortalecer el suelo pélvico y esta es una técnica de estimulación pasiva que para poder realizar necesitas dichas bolas, ellas las introduces en el canal vaginal por tres horas al día.

3.- Biofeedback:



Esta es una técnica que se lleva a cabo en centro especializado y consiste en el uso de un sensor electromiográfico, el cual se introduce en la vagina.

Dicho sensor tiene la función de representar en un monitor la contracción de la musculatura, de manera que la mujer pueda autoevaluar los ejercicios que realiza.

Biofeedback en el fortalecimiento del suelo pélvico


4.- Electroestimulación:



Otra técnica de estimulación pasiva.

Consiste en colocar un electrodo vaginal o cutáneo, el cual provoca la contracción de los músculos a través de corrientes eléctricas.

5.- Gimnasia abdominal:

Son una serie de ejercicios posturales que se agrupan en secuencias rítmicas. Con ellos se logra disminución de la presión abdominal, produciendo activación automática del suelo pélvico.

A pesar de que todos los ejercicios son útiles para el fortalecimiento del suelo pélvico, lo recomendable es que sean combinados. Es decir, ejercicios pasivos y activos, ya que en conjunto se activara la musculatura lisa y la estriada. Sin embargo, todos ellos están contraindicados en los siguientes casos:



Embarazo.

Hipertensión arterial.

Primeros seis meses del puerperio.

El suelo pélvico es una estructura anatómica importante para las mujeres, el cual se compone de huesos, articulaciones, ligamentos y los elementos más importantes, músculos. Si estos músculos pierden el tono debido a diversas causas, entonces se pueden presentar patologías como la incontinencia urinaria, disfunciones sexuales, incontinencia fecal y prolapsos.

La ventaja es que actualmente existen una gran variedad de ejercicios y métodos para fortalecer el suelo pelviano. Los más populares son los ejercicios de Kegel que se pueden realizar desde la comodidad del hogar, pero existen métodos que son ejecutados por especialistas en fisioterapia.

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