El consumo de alcohol se ha disparado entre los menores de edad. La falta de responsabilidad de algunos comercios y la poca conciencia y percepción del riesgo que tienen los jóvenes, hacen que sea raro que un adolescente no consuma o no haya bebido alcohol alguna vez. Ignoran que el abuso del alcohol es el causante de más de 60 enfermedades y de 9.000 muertes en España cada año.
Incluso jóvenes de trece años ya presentan estos peligrosos hábitos. La inconsciencia y la ignorancia de los riesgos que conlleva, provocan que esta práctica empiece cada vez a edades más tempranas. La euforia, la facilidad de relación y la evasión son algunos de los motivos que los jóvenes defienden para consumir bebidas alcohólicas. Lo que no saben es que las consecuencias pueden ser nefastas: deterioro mental, dificultad para pensar, fracaso escolar, disminución de la fuerza física, y enfermedades como la cirrosis hepática, hipertensión o cardiopatías.
Para intentar revertir esta tendencia negativa, y coincidiendo con la campaña del Ministerio de Sanidad sobre los Riesgos del Consumo de Alcohol en Menores, los médicos de familia han recordado el papel decisivo que pueden tener para frenar esta conducta. Este tema, entre otros, se abordó la semana pasada en Valencia, en las Jornadas de Actualización de Medicina de Familia.
El colectivo de profesionales de atención primaria y médicos de familia están en una posición privilegiada para detectar pautas de consumo de alcohol entre los menores de edad cuando estos acuden a su consulta para revisiones rutinarias. De ahí que en estas jornadas de actualización se hayan impartido talleres para enseñar a cómo detectar signos de consumo habitual de alcohol: insomnio, alteraciones alimenticias, cambios de conducta...
La herramienta clave para lograr detectar algunas conductas que sean riesgosas es la entrevista clínica pues en las consultas se puede empatizar con el paciente.En este sentido, el doctor Ignacio Ruz afirma que “se pretende dar al paciente una información personalizada según su predisposición a cambiar su actitud. El paciente responderá mejor si le pedimos permiso antes de aconsejarle”. El profesional de atención primaria debe centrarse en aquellas circunstancias familiares que puedan favorecer el consumo de alcohol u otras drogas.
¿Que les parece este plan? ¿Creen que es lo mejor que se puede hacer?