Según explica el doctor Josep María Elorza, del Instituto Catalán de la Salud y del Instituto de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol de Barcelona, y autor del estudio, “hemos observado un incremento del consumo de fármacos antidepresivos coincidiendo con el aumento de las cifras del paro en el año 2008, momento de inicio de la crisis económica, y también a comienzos de 2010”.
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Esta situación ha tenido también su reflejo en los últimos años en las consultas de Atención Primaria (AP), puerta de entrada en el Sistema Nacional de Salud. En palabras del doctor Carlos Calderón, del Centro de Salud de Alza en Donostia, “en las consultas de Atención Primaria la prevalencia anual de depresión se calcula alrededor del 15% llegando al 20% en mayores de 65 años. A lo elevado de la frecuencia se suma el hecho de que la depresión generalmente no es el único problema de salud por el que acude el paciente, lo cual contribuye a la dificultad en su clasificación y registro, y a la complejidad de su manejo en circunstancias de elevada demanda y de escasez de tiempo”.
Los médicos de familia tienen un papel clave en la detección y manejo de todos los trastornos mentales, incluyendo a pacientes con alteraciones de carácter psicótico. En este sentido, en muchas ocasiones es difícil para este profesional distinguir un cuadro de depresión grave de otros trastornos de ansiedad más leves.
¿La crisis económica ha afectado a algún miembro de tu familia de este modo?
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